Dejen que me defienda, por favor

El otro día unos cafres decoraron abundantemente el portal de mi casa. Desconozco si son negros, amarillos o fruta del país. El aspecto que ofrecía dicho portal era indescriptible. No parecía sino que una piara de cerdos hubiese hecho en él parada y fonda. Montones de patatas fritas desparramadas por el suelo, una botella de refresco a medio vaciar… en fin. Supongo que ofrecía el aspecto de haberse celebrado un botellón. Lo primero que uno piensa es: «Hay que hacer algo. Esto no se puede consentir». Bueno, ¿y qué hacemos? Lo primero, denunciar el hecho a la Policía Municipal. Se … Continúa leyendo Dejen que me defienda, por favor