Inviolabilidad
Cuántas veces no habremos oído que la casa —o, más exactamente, el hogar— suele estar a salvo de las miradas ajenas. Así lo certifica la expresión «lavar los trapos sucios en casa», lejos de las miradas curiosas, interesadas, malvadas o morbosas de la gente. Cada casa —cada hogar— parece ser un reducto en que frecuentemente se impone una ley que no siempre coincide con la de puertas afuera. Si alguien se atreve a mirar, decimos: «En mi casa mando yo», «en mi casa hago lo que me da la gana» y eso suele bastar para disuadir al curioso de indagar … Continúa leyendo Inviolabilidad