¿Imprudencia o estupidez?


Digamos que ocurrió lo que no tendría que haber ocurrido. Básicamente, que unos jóvenes fueran arrollados por un tren de larga distancia que iba, si no recuerdo mal, a unos 130 km/h. Ahora bien, los trenes van por la vía y no se meten en los pasadizos por donde las personas cruzamos al otro lado. Sin embargo, parece que en la mágica noche de San Juan, unos jóvenes (tal vez émulos del Neng de Castefa, pues a Castelldefels iban) decidieron «portarse mal» y cruzar por donde no debían. Y los arrolló el tren. Parece ser que no hubiesen podido pasar de la estación del tren porque no habían comprado el correspondiente billete.

Naturalmente, se abrirá un expediente administrativo de responsabilidad patrimonial porque, como dice la ley, el ciudadano tiene derecho a ser indemnizado cuando concurran las circunstancias legalmente determinadas, por el «funcionamiento normal o anormal» de la Administración. Mejor será que recuerde a ustedes lo que quiero decir:

Los particulares tendrán derecho a ser indemnizados, por las Administraciones Públicas correspondientes, de toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos (art. 138.1 de la LRJPAC).

Habrá que determinar, en todo caso, si cabe dentro del «funcionamiento normal» de la Administración el que los administrados (perdón, ciudadanos) cometamos la estupidez de poner en riesgo nuestra vida. En algún lugar tendrá que decir o poder interpretarse que la Administración no indemnizará los daños producidos por la propia conducta de la persona lesionada. ¿Qué falsa sensación de «invulnerabilidad» o de «efecto oveja» les llevó a cometer semejante estupidez («imprudencia», si nos ponemos políticamente correctos)?

En mi modesta opinión, además de las causas mencionadas, hay una incorrecta medición del tiempo, que es una de las carencias de nuestra juventud. Esos jóvenes tenían tanta prisa por empezar a disfrutar de la noche que consideraron una tontería seguir las reglas. Nothing can stop us now, dicen tantas y tantas canciones consumidas por el segmento juvenil de la población. Y esos jóvenes pensaron que realmente nada podía detenerlos, y mucho menos el sentido común de cruzar por donde debían. Lo razonable es carca, lo lógico es una limitación intolerable, pagar un billete es una costumbre burguesa, hay que «saltar las barreras». Así rezaban en 1968: «Pidamos lo imposible». Pero es imposible que nadie, ni siquiera la Administración, pueda protegernos de nosotros mismos.

Vayan, desde luego, mis condolencias a las familias de esos jóvenes fallecidos. Y también para el conductor del tren, bajo tratamiento psicológico y en estado de shock por una desgracia en que él ha sido el involuntario y desafortunado causante. Y aprendamos todos la lección. No se puede ir de esta manera…

Descansen en paz. Deseamos igualmente una pronta recuperación al conductor del tren.

3 comentarios en “¿Imprudencia o estupidez?

  1. ¡Vaya forma de jugarse la vida!, ¡Ya sabemos que eran jovenes y tenian prisa y querian divertirse!. ¡Pero ¡tanto les costaba, pagar los billetes?, ¡Es lo normal, y de esa manera nadie se juega la vida!. ¡No entiendo estos comportamientos, un tanto salvajes!. ¡A pesar de que
    sean jovenes y no sientan igual el miedo !.

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  2. El suceso está bien claro, las victimas lo fueron a causa de su estupidez, creerse más listos que los que cruzaban por el pasadizo, y la total falta de respeto por las normas.
    Saludos

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Gotas que me vais dejando...

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