¿Reciproci… qué?


Así deben quedarse, queridos lectores, los musulmanes, cuando se les dice que tendrán su mezquita si nosotros podemos construir una sinagoga o una ermita en su tierra. No lo entienden, naturalmente. Es más: según su Corán, quien convenza a alguien de que una religión distinta es tan buena o más que el Islam resulta ser reo de proselitismo y condenado a una buena manta de palos y a la expulsión.

En otra entrada de este blog mío y de ustedes me preguntaba yo si «otro Islam es posible». No lo tenía muy claro entonces, aunque creía que podría ser. Hoy, tres años después, veo las cosas de forma muy distinta. De entrada, para que existiera «otro Islam» debería existir una etapa como la que hubo en Europa de Renacimiento. También es verdad que nosotros tuvimos dónde mirar: la cultura grecorromana, mientras que los musulmanes no tienen dónde mirar, porque antes del Islam no había nada y una vez llegó el Islam ocupó todo el espacio y cortó de raíz posibles evoluciones.

Debería haber, en segundo lugar, un florecimiento del librepensamiento dentro del Islam, como ocurrió en la Europa de los siglos XVI-XVII. Debería existir algún país musulmán que hiciera el papel de la Holanda de aquella época. Cosa que tampoco ocurre porque el Islam es un sistema absolutamente cerrado y hermético. El Islam invade todas las esferas de la vida de la persona y no es solamente una religión: es una ordenación social, cultural y religiosa tan absolutamente invasiva que el creyente de a pie no puede ni respirar. Sin embargo y con buen criterio, el Corán hace que el natural resentimiento de los creyentes se desplace hacia otros grupos sociales con los que pueda convivir. ¿Es una casualidad que, después del Corán, el libro más leído entre los musulmanes sea el Mein Kampf? A partir de ahí, tampoco es raro el concepto que en su mayor parte tienen de los judíos.

Y de los no creyentes en general, claro. Del propio Corán se desprende que matar a un no creyente (un dimmí) está «mal», pero es menos «pecado» que matar a un hermano musulmán. Lo mismo se diga de robarle. Y mucho más aún. Aun admitiendo que puedan convivir creyentes y dimmíes en el mismo espacio, la relación distará mucho de ser de igualdad si los musulmanes imponen la Sharia. A los que no nos queramos convertir a la fe de Alá nos harán la vida a cuadritos, como ocurre ya allí donde la Sharia impera con todo su rigor. Nuestras catedrales y obras de arte arquitectónico correrán la suerte de las estatuas de Bam (es decir, ¡BOOM!).

Lo que no entiendo es que, cuando existen signos tan evidentes de que la expansión del Islam va a ser tan mala para el país, nuestros gobernantes (¿) miren hacia otro lado. Pero si el Islam avanza (y no tengo duda de que con estos gobernantes y esta oposición lo hará), llegará un momento en que ya no habrá que luchar por «defender las tradiciones y la cultura». Habrá que luchar por defender la vida, la familia y la hacienda, todo eso que nuestros gobernantes se empeñan en saquear y destruir. Y habrá que echarlos, puesto que ahora vienen para quedarse. Sólo así se explican reacciones como la que relata la Gaceta.

El citado diario relata que en una peluquería una musulmana se hizo un peinado precioso porque tenía un pelo muy bonito. Terminado éste, la musulmana se puso el hiyab y ante el comentario de la profesional de que era una pena que no se viera el peinado, la musulmana le contestó: «Yo lo llevo porque quiero; tú lo llevarás por obligación». ¿Nadie va a hacer nada? Silencio en las bancadas políticas. Estamos en vacaciones y deje usted de joder con malas noticias. Pero tal como dijo Goethe, «el enemigo duerme de cuando en cuando, pero no descansa».

2 comentarios en “¿Reciproci… qué?

  1. ¡ Estos Islamistas, si que son Democraticos!.Ja,Ja,Ja. ¿ Invade todas las esferas de la vida de una persona!. ¡Es totalmente invasiva, ¡hacen verdaderas masacres Inmolandose por sus creencias!. ¡Terminaremos llevando el velo como ellas, pero por obligación, y nuestros Politicos paseando, o pegandose la Gran Vida!. ¡Encima hasta nos maltrataran, violaran, se quedaran con toda nuestra Patria, pero mientras a mirar todos hacia otra parte!.

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    1. No sé si podría decir tanto. Lo que sí sé es que si llegan a mandar un día los moros en España, nuestra vida de cristianos no valdrá ni media mierda. Eso sí: seguro que los políticos responsables de haber llegado a ese punto o estarán muertos o se habrán largado de España y vivirán un retiro dorado bastante más allá de nuestras fronteras.

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Gotas que me vais dejando...

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