
Sinfonía nº 8 de Gustav Mahler
Retomo hoy la amable competencia que mantengo con el compadre Noatodo. A mi compadre le ha dado este domingo por la monumentalidad y comparte con ustedes la Misa en si menor de papá Bach. Ni qué decir tiene que es una obra de audición absolutamente recomendable y que forma, junto a la Mätthaus Passion una de las cimas (si no la mayor) del arte musical occidental. Les anoto, de paso, un dato curioso: la Misa sirvió como documento justificativo para una petición de trabajo como Kapellmeister en la corte de Polonia, en la que el rey, por narices, tenía que ser católico (no valían todas las cantatas que cubrían un año de liturgia protestante). No resultó; pero afortunadamente y para la historia de la música y para el placer de ustedes queda este monumento a la musa Euterpe.
En cuanto a mi contribución, también yo me he dejado llevar por la monumentalidad. Así, pues, traigo a su consideración la que se puede considerar verdaderamente la obra cumbre del «hijo del carretero ilustrado», Gustav Mahler. Él mismo llamaba a esta obra «su Misa»; y aunque no esté dividida en las siete partes del ordinario latino, uno puede percibir perfectamente que el sentimiento religioso la penetra de principio a fin. Es una sinfonía-oratorio de dos movimientos: el primero, Veni Creator, dedicado al Espíritu Santo, y el segundo, la Escena Final del Segundo Fausto (sobre texto de Goethe), dedicado a la Virgen María y al hecho de que por Su intercesión el alma humana puede salvarse. Ni qué decir tiene que también necesita de un fervor especial para ejecutarse. Continúa leyendo «Sinfonía nº 8 de Gustav Mahler»