
Entierros
Habrán reparado ustedes en que la semana está resultando pródiga en pompas fúnebres. Los batuecos adoramos los entierros, aunque no sea una costumbre específicamente batueca. El negro es un color adecuado para los entierros: hace indistinguibles a las personas y los cuervos. Es una retorcida forma de sadismo acudir al entierro para ver (o regodearse en, según el caso) el dolor de la familia: la viuda o el viudo deshechos, los hijos llorosos, los parientes serios… Pero además, los entierros sirven también para reunir a la familia alrededor del ataúd y para que los enemigos del finado se hagan perdonar la enemistad frente a los deudos declamando un panegírico, el de «qué bueno era Fulano». A veces hay quien tiene un poquito más de lucidez y ve las cosas tal cual son. Continúa leyendo «Entierros»