Lloriqueos demográficos (I)
No sé si decir que me hacen gracia o me dan pena algunos políticos. Para ellos –y para sus terminales mediáticos– todo está en acuñar alguna frase o latiguillo que los proles, ese «pueblo» o «gente» atontado y/o embrutecido del que habla Orwell en su celebérrimo 1984 –no se engañen: para esa chusma que nos desgobierna por delegación, no somos mucho más que los proles orwellianos–. Permítanme una cita de lo que Orwell describe y, si son honestos, empezarán a reconocer algo de lo que se dice: Nacían, crecían en el arroyo, empezaban a trabajar a los doce años, pasaban … Continúa leyendo Lloriqueos demográficos (I)