Disculpen ustedes que titule la entrada con lo que debería ser su final, pero es que, como dice el dicho, no está el horno para bollos. Que para horno, las temperaturas actuales que padecemos en las Batuecas, aunque no sean muy extraordinarias para la franja más caliente de agosto. Esta franja ha demostrado ser caliente en otros ámbitos: este año, al margen de las típicas, como lo del nieto de Curro Jiménez y de algún otro personajillo que vive de venderlo tó, hay noticias.
El sainete de VOX, por desgracia, no se ha terminado aún. Lo que empezó con la marcha/fuga de Macarena Olona sigue cobrándose piezas: últimamente, las de Juan Luis Steegmann y de Iván Espinosa de los Monteros. Han sido todo un espectáculo lamentable las expresiones de devotio ibérica al producirse ambas bajas. Lo de «contigo a muerte» sigue gozando en las Batuecas de buena salud. Yo, cuando veo eso, siempre me pregunto: ¿y por qué he de decir «contigo a muerte» respecto de alguien que, por definición, me sacrificaría sin pestañear para salvar sus posaderas? Sin embargo, la fe es una cuestión personal. Allá cada cual.
La defección de Steegmann podría corresponderse con el hecho de «haber terminado su tarea». Que además se vaya en un momento en que hay crisis en su hoy expartido… bueno, dice mucho de él, aunque oficialmente lo haga «para no hacer más daño». Ya se puede ir a su casa (Lc 3,22-35). Los ojos del siervo no han visto a su Salvador, sino los fajos de billetes recibidos por instar a la gente a vakunarse, a quedarse en casa e insultar a los no vakunados, no pocos de ellos probablemente militantes o votantes de VOX que no se fiaron del Gobierno del PPSOEPs. Se va justo cuando al partido, entre hunos y hotros, lo están dejando hecho unos zorros.
En cuanto a la de Iván Espinosa de los Monteros… bueno, me cuesta más de entender. Seguramente no disponemos de toda la información. Eso no es problema para algunos, porque rellenan sin pestañear con invenciones lo que les falta por saber de un asunto. Pero para los que todavía tenemos un respeto por la verdad (que no posverdad como dicen los pedantes), habrá que esperar a que el tiempo deshaga las invenciones y haga salir las verdaderas razones de esa defección. En cualquier caso, se enmarca en una especie de guerrita interna con efectos medibles en la militancia y en la votancia. Y no es bueno.
La impresión que me da el asunto, a fecha de hoy, es que VOX está siendo atacado tanto desde dentro como desde fuera. También tengo una sensación de dejà vu. Hay matones fuera e infiltrados dentro. Todos trabajando all’zugleich para demoler el partido. ¿Por qué? A mi entender, hay dos razones: una actual y otra de alcance mayor. La primera de ellas es que VOX es el mayor perjudicado de estos comicios. Las cacicadas (delitos electorales y de otro tipo) que se han cometido en el proceso no han hecho sino perjudicar a VOX. En esta categoría entran tres hechos:
a) La manipulación de los sondeos.
b) La manipulación del voto por correo.
c) La manipulación de los resultados electorales (podría haber sido cosa de INDRA, pero eso tendría que determinarlo un juez).
Imagínense, por un momento, que los resultados verdaderos hubieran sido éstos:

Si esto fuera la verdad, cosa que por otra parte me parecería de perlas dado el hartazgo que hay de las leyes de la izquierda, los «argumentarios» de la izquierda y los trolos de izquierda en redes sociales, se afianzaría aún más la tesis del pucherazo. Un Gobierno PP-VOX constituido así tendría un contrapeso en su actuación. Pero parece que a nadie le importa que el destino de España se halle en manos de un irresponsable al que no le importa pactar con los enemigos (interiores y exteriores) de la nación y partirla a cachos,
Y aliñando estos tres hechos, la infame campaña que le han hecho los medios de comunicación. Que de los medios de la presunta «izquierda» cabía esperarla, con su machacón adjetivo de «ultraderecha» y su subtexto de «católica», tema del que tal vez hagamos algún comentario en otra entrada, porque es lo mismo que he visto en medios alemanes con AfD (Alternativ für Deutschland). Para decirlo simplemente, lo de la «ultraderecha» es un artilugio mediático para señalar a alguien que (en principio) no está en la pomada… aunque eso no ocurra nunca con la «ultraizquierda». Pero lo sorprendente es cómo se han unido a los de siempre algunos medios de «derechas» o libegales. Hasta tal punto ha degenerado la cosa que los medios principales de eso que antes se llamaba «la derecha» se han entregado con armas y bagajes a quien les pague (bien o menos bien) y el resto es «disidencia controlada». Para que un señor como Francisco Rubiales, periodista con muchos años de experiencia, diga que «Los periodistas, profesión de la que he vivido, son hoy carroña tan degenerada como los políticos gobernantes»… pues ya está dicho casi todo.
La segunda, de más largo alcance, se inscribe en el proceso general que se inició en 2016, que no es otro que la eliminación de las cuatro manzanas que podían dar al traste con el régimen del 78 (visto lo visto, ya no me atrevo a llamarlo «democracia», salvo añadiendo «de baja intensidad»). Han caído las manzanas moderadas: UPyD hace mucho ya y C’s hace cuatro días, ésta última mediando sainetes de diversa calidad.
Ahora le tocaría a las menos moderadas. El hostión de reglamento que se ha pegado Podemos era previsible, con al menos cuatro personas que el respetable ha identificado como activos tóxicos: Irene Montero, «La Churri»; Ione (Juana) Belarra; Ángela Rodríguez Martínez «Pam» y Pablo Echenique Robba, «R2D2» o «Hawking malo». Este conglomerado de personas, con su apadrinamiento de abortos jurídicos (Ley del «sí es sí», Ley «trans») que no han hecho sino cabrear más el ambiente, a Dios gracias ha desaparecido del mapa. El intento de rehacer las cosas con la pija «comunista» Yolanda Díaz no ha funcionado: ha acabado ahogándose en Su-mar.
En cuanto a Vox, están en ello. La famosa táctica de las células durmientes, que se entierran para que exploten en el momento conveniente, está produciendo sus frutos. A mi entender, eso tiene una función: impedir que un partido cohesionado y fuerte pueda impugnar con éxito un proceso electoral lleno de irregularidades y cacicadas tales que sonrojarían a un niño de teta. Veremos en qué acaba esto.
El caso es que como estamos en pleno verano, todo esto se lleva sotto voce y tal vez sólo a partir de septiembre empezaremos a ver algo. Por de pronto Hacienda nos aprieta… las tuercas y, cuando uno mira su ticket de compra, resulta que ya no le cobran el 4% de IVA, que es el propio de los alimentos y productos de primera necesidad, sino el 10%, además de la subida del precio base del producto. Otra es que nos limitan la cantidad de dinero que podemos enviar a amigos y familiares, so pena de multa si a Hacienda no le parece bien. Les doy permiso para llamar a Hacienda lo que quieran. Eso por citar algunas de las pifias que se hacen en agosto… y de un gobierno «en funciones», además.
Y mientras tanto, como dice la canción, «Pasa la vida»… Hablamos de las tetas de Amaral como si fuera un «acto reivindicativo» cuando en realidad está demodé; hablamos del hijo de Rodolfo Sancho, que probablemente hubiera tenido la mitad de la visibilidad si no fuera porque es gay… Y así todo. Como dice Mt 23:23-24: «¡Coláis el mosquito y tragáis el camello!». Pero es comprensible: hace mucho calor, la gente se vuelve perezosa y las gambas y la servesita fresquita apetecen mucho más…