Nos cuenta la mitología griega que Zeus, padre de los dioses, vio a Ganímedes, un joven príncipe troyano, se enamoró de él y se lo llevó al Olimpo, nombrándolo copero de los dioses olímpicos. Hera, la esposa de Zeus, se quejó porque eso implicaba desplazar a su hija Hebe, sin resultado alguno. Ganímedes acabó en el Zodíaco como la constelación del Aguador.

El blog se centra en el cántaro que, como copero y escanciador, usaba Ganímedes. Éste pasó a la mitología del signo astrológico de Acuario y se dice que de él emanaban las aguas de la sabiduría. Por supuesto, en ningún momento queremos decir que en este blog se encierren las esencias de sabiduría de ningún tipo; sabido es que la sabiduría sólo llega a ser tal cuando se comparte.

Más interesante para la mitología del signo de Acuario es la figura de Prometeo («previsor de acontecimientos»). Prometeo se compadeció de los hombres, tiesos de frío, y roba una brizna de fuego del carro del Sol. Por esta «fechoría» y por algunas otras que nos cuenta Robert Graves, Prometeo fue encadenado en el Cáucaso, donde un águila le comía todas las mañanas el hígado (como inmortal, a Prometeo se le regeneraba el hígado durante la noche).

Es muy posible que quienes detentan el poder fáctico nos prefieran súbditos en vez de ciudadanos, cerrar y/o nuestros pequeños o grandes espacios de libertad. Pero hay malas noticias para ellos: Prometeo sigue vivo, tanto en este blog como en el de otros que no están dispuestos a dejarse someter por ninguna tiranía, sea ésta roja, azul o amarilla.