Hoy Santiago Carillo Solares, hijo de puta predilecto de la muy noble villa de Gijón (con los votos del PP, que tiene webos la cosa), cumple 96 años. Y se morirá de viejo y en la cama, lo mismo que aquel dictador que intentó derrocar en 1940 con los maquis (y no le salió bien). Se morirá sin arrepentirse de los 12.000 crímenes que cometió en Paracuellos (si fue directa o indirectamente se lo dejo a los historiadores).

Se morirá de viejo y en la cama el asesino (siempre «por orden superior», excusa esgrimida por los nacionalsocialistas en la farsa de Nürnberg) que asesinó al menos a ocho camaradas suyos con sus propias manos (mejor cabría decir con sus propias balas).

Si existe justicia divina (y como católico creo que ha de existir), Santiago Carrillo Solares deberá pagar por sus pecados. Ninguna Transición celestial debe exonerarle de ellos, hasta que su alma quede limpia. Los fantasmas de aquellos que asesinó a sangre fría deben perseguirle día y noche hasta que muestre al menos una partícula de arrepentimiento verdadero. No debe tener paz en esta tierra. Y cuando se presente ante el Altísimo, como hemos de hacer todos un día u otro, alguien tiene que recordarle que no se puede ir de rositas, y que la justicia divina no es como la española.

Pero igual recochineo tiene que él, precisamente él, pretenda pontificar sobre la «reconciliación entre los españoles». Precisamente él, que tanto contribuyó a enconar los odios entre hermanos, entre padres e hijos… entre españoles, en suma. Pero ésta es la ex-Paña de ZP. El mundo al revés, que cantaban los Stones:

Just as every cop is a criminal
And all the sinners saints
As heads is tails
Just call me Lucifer
‘Cause I’m in need of some restraint

Aquí les dejo el vídeo, para que al menos disfruten del rock de His Satanic Majesty Sir Mick Jagger…