Avisos (II)


Siguiendo con este análisis a posteriori, les decía yo que es increíble el número de gente que ha votado a Junts pel Sí, habiendo como hay suficientes atinadas razones como para dejar de lado a estos somiatruites (o sinvergüenzas que se han envuelto en una bandera alegal para que no les registren los bolsillos). No hay más secreto que la educación y la propaganda, pues nadie que esté en su sano juicio y que no le obliguen a dejarse el cerebro en casa votaría a unos pringados por el 3%, pero otros por el 5%… e incluso algunos hasta por el 15%.

No menos importante es el problema que hay enfrente. Enfrente tenemos, gracias a una perversa ley electoral, a una mayoría de votos que no se ha traducido en mayoría de escaños. Debido a que las leyes se aprueban por mayoría de escaños, resulta que esa mayoría social de votos contrarios al malson secesionista no tiene capacidad suficiente como para hacer variar el rumbo y echar por la borda a esos sinvergüenzas travestidos en somiatruites.

Sea como sea, el aviso de verdad llega del lado de C’s. La formación naranja es la que parece haberse llevado el gato al agua del constitucionalismo. Han vuelto a triplicar (casi) representación: de 3 a 9 en 2012, y ahora de 9 a 24 escaños. Sin duda alguna, un triunfo para los naranjitos, con una candidata joven, sin hipotecas políticas y sin complejos… salvo el de los últimos días de campaña, que le hizo mencionar el tarannà y el diàleg (el «diálogo» y el «talante», ¿se acuerdan?) junto con los demás candidatos.

Posiblemente Cataluña, por ser la parte de España donde nació C’s, ha sido vigilada mucho más de cerca por Albert Rivera y su equipo, lo que se ha traducido en un aumento constante y sostenido de sufragios. Y ello a pesar del rosario de dimisiones producido tras el traslado de la sede central a Madrid. Me entra la risa floja al recordar lo que me decía una palmera pepera, valenciana por más señas: «¡C’s no es un partido español, sino sólo de ámbito catalán, porque tiene sede en Barcelona! ¡Que tenga su sede en Madrid y entonces será nacional!». Una de esas consignas idiotas que a algún espabilao se le ocurren en campaña y de las que después nunca más se supo. Ahora que tienen sede en Madrid no sé qué pensará; pero desde luego, es su problema.

Siguiendo con los perdedores, ha perdido el comunismo coletero nacional, aliado esta vez con ICV, la sucursal del PCE en Cataluña. Ya no es sólo que el «fenómeno Podemos» se desinfle a nivel nacional, que también. «La gente», como dicen estos pedantuelos universitarios de medio pelo, ha entendido que aunque la mona se vista de seda, mona se queda; y que el comunismo, aunque lo vistan con perifollos 2.0 y ritmo sabrosón, sigue teniendo este —feo— careto:


En Cataluña y por si faltara algo, han cometido otro error, aparte de vender mercancía averiada de por sí: el candidato. De la misma manera que no hay en Alemania un solo político de peso específico que se llame Adolf (mucho menos aún un presidente de gobierno nacional, regional o municipal), ¿cómo es posible que pongan de cabeza de cartel a un señor que se llama José Luis Franco Rabell? Vale que para amortiguar el impacto haya tomado como nombre de batalla Lluís Rabell; pero hombre, que lo hagan los comunistas tiene su punto surrealista y freudiano.

Del PSC poco que decir. Pierden cuatro escaños, y es poco castigo para las idas y venidas de su candidato. Miquel Iceta es capaz de defender en la misma frase la unidad de España y el federalismo asimétrico que le ha vendido a su jefe. El problema es que el censo, contra lo que él pueda pensar, no es tonto y ve la discrepancia entre ser un partido nacional y y anar del bracet de los secesionistas con declaraciones y demás saraos a los que Iceta se ha prestado sin pensárselo demasiado.

No menos importantes son dos factores. El primero, que al ser un partido nacional todos los escándalos que han surgido y que siguen sangrando en el PSOE sangran también sus votos. Y segundo, que para ser un partido nacional tienen un discurso poco unificado. Quizá Pdr Snchz discursee con una bandera española que cubra todo el escenario; pero de poco sirve eso si, ante la propuesta de una moción sobre la unidad de España, los socialistas mallorquines ya no sólo no se abstienen como hasta ahora (malo), sino qu se oponen. Eso no hay gozadera ni movimientos sexys icetanos que lo arreglen. Aunque, naturalmente, lo vendan como que «han salvado los muebles».

De UDC poco más que decir. Se separaron de CDC por la deriva separatista de éstos. Decían querer enarbolar la bandera del catalanismo assenyat y se ha demostrado que sin CDC no eran nadie. La burguesía catalana moderada mira ahora hacia C’s, que es caballo ganador aunque se hayan definido de centro-izquierda por su programa. Más o menos lo que el PSOE era en 1982… El hecho es que a Duran i Lleida le han roto las dos barajas con las que jugaba. Pero no tiene de qué preocuparse: lleva más de dos legislaturas en el Congreso, luego ya tiene la pensión completa. Y supongo que, como L’Avi, se dedicará a escribir sus memorias, que es lo mejor que puede hacer ahora mismo. A ver si nos enteramos de algo más.

3 comentarios en “Avisos (II)

  1. Mu «guenas» Señor Aguador. No se si se habrá dado cuenta, o lo ha hecho a posta, o que, pero se ha olvidado de los que cierran el Parlament con sus 10 escaños. Las CUP.

    Le echaré una humilde mano.

    Para los que queremos la Unidad de España, que supongo somos mayoría, se nos debería de dar la oportunidad de opinar en las urnas sobre la cacareada reforma constitucional para ir delante de los que , como las CUP y otros anormales parecidos, y dejarles muy clarito que mientras Cataluña, y por lo visto la mayoría de los catalanes quieren, sea parte de España, la unidad nacional NO SE TOCA.

    Está claro que estas últimas elecciones han dado como resultado un parlamento donde al final serán las CUP, es decir, los mas radicales antiespañoles, anticapitalistas, antieuropa y antitodo, van a ser los protagonistas de la peli. No vana apoyar a Mas, pero no les van a doler prendas apoyar al calvo o al vizco. Y a estos dos no les va a preocupar, tampoco, esconder a Mas, aunque sea en Canadá, para conseguir sus propósitos apoyados por los antitodo de las CUP.

    Y mientras, desde el resto de España, asistiendo al espectáculo sin poder hacer nada, mas que nada, por que lo que menos importa a nuestro Gobierno es nuestra opinión.

    Hoy vi un dibujo humorístico en el que un maño en bañador esperaba la independencia catalana para tener playa.
    Ilustrativo.

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  2. Es verdad, amigo Pablo. Y también es cierto que, en tanto en cuanto han triplicado la representación, son también «ganadores» en estas elecciones de nuestros pecados. Lo que ocurre es que son tan secesionistas como los de Junts pel Sí, aunque por ahora digan que no quieren ver a Mas ni en pintura. Quizá por eso me «olvidé» de ellos. No obstante, veremos cuánto dura esa «resistencia» sin ponerse en almoneda y venderse al mejor postor.

    Coincido contigo, amigo Pablo, en una cosa: en que es lamentable que «los mas radicales antiespañoles, anticapitalistas, antieuropa y antitodo» se hayan erigido, casi como sin quererlo, en árbitros de la situación. Uno podría decir que «son las cosas de la democracia»; pero sonroja que haya tanta gente como para que ese grupúsculo, que debería haberse mantenido en poco más que en tres diputados, triplique la representación.

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