Últimos tiempos (y II)


Ignorancia, incompetencia y sostenella

Y volviendo al ruedo nacional, lo que a mí y a ustedes nos faltaba por ver: resulta que al frente de la «gestión de la pandemia» (o sea, a la «vigilancia de la plaga») ponen a un tipo que en realidad ni siquiera es especialista en la materia. Y, para blindarlo de las acusaciones de ignorancia y/o incompetencia, lo nombran por la vía de la libre designación (es decir, que no tiene obligación de demostrar nada, tan sólo el cariño del ministro del ramo). Luego uno tiene que escuchar sandeces como ésta: «Da igual que no tenga la formación y/o experiencia necesarias. A uno lo nombran y ya está, ¿no? A nadie le amarga un dulce. Es un cargo «político» (como si eso lo tapara todo). ¿Tiene que demostrar que posee la formación necesaria? No. ¿Tiene experiencia? Sí. Pues eso».

Al hilo de esa sandez, yo les hago una pregunta: ¿ustedes se subirían a un coche con un señor al volante que dicen de él que «tiene mucha experiencia», pero que no tiene el carnet de conducir? No, ¿verdad? Porque saben muy bien que:

  1. Le pueden meter una multa de mil pares de narices si le pillan.
  2. La multa se la pueden meter también a ustedes.
  3. En el peor de los casos puede ocurrir que uno de los dos (o los dos) ingrese cadáver en un hospital.

Y ya si nos ponemos leguleyos, nos preguntamos lo siguiente: ¿es «alto cargo» Fernando Simón? Responderemos a esta pregunta en dos tiempos. En primer lugar acudiremos al BOE, concretamente a la Orden SSI/298/2013, de 13 de febrero, por la que se resuelve la convocatoria de libre designación, efectuada por Orden SSI/5/2013, de 2 de enero. En ésta se nos informa de lo siguiente:

Puesto de procedencia

Puesto adjudicado

Ministerio, Centro Directivo,

Provincia: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación. Madrid.

Nivel: 29.

Complemento específico: 19.626,88 euros.

N.º de orden: 1.

Código puesto: 4979276.

Puesto de trabajo: Director. Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias.

Nivel: 29.

Sorprende un poco que Simón fuera nombrado como «Director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias»… por el PP (siendo menestra de la cosa nada menos que Ana Mato). Pero si vamos a los hechos, tenemos lo siguiente. Si es «alto cargo», entraría en alguna de las muchísimas categorías que establece el art. 1.2 de la Ley 3/2015, lo que le obligaría a cumplir los requisitos del art. 2 de la citada ley: «honorabilidad, formación y experiencia», además de una declaración jurada al estilo de L’Oréal, «porque yo lo valgo, o sea».

Si, por otro lado, no es alto cargo, resulta que le afecta el contenido de la Orden SSI/5/2013, de 2 de enero, por la que se convoca la provisión de puesto de trabajo por el sistema de libre designación. En su base tercera leemos lo siguiente:

Además de los datos personales, número de Registro de Personal y destino actual, los aspirantes deberán acompañar a su escrito un currículum vítae en el que harán constar:

a) Títulos académicos.

b) Puestos de trabajo desempeñados, tanto en la Administración Pública, como en la Empresa Privada, en su caso.

c) Estudios y cursos realizados, conocimiento de idiomas y cuantas otras circunstancias estime el aspirante oportuno poner de manifiesto.

A la citada solicitud podrán los aspirantes acompañar, en todo caso, aquellas publicaciones, informes o cualquier otra documentación que permita apreciar las especificaciones del puesto.

Si, como dicen algunos medios, este señor ni siquiera ha hecho el MIR de su especialidad (virología o epidemiología: corríjanme si me equivoco), no es más que un médico de «medicina general» y, todo lo más, podrá recetar aspirinas y poner alguna que otra inyección. Es decir, no tiene la formación específica necesaria para ocupar ese puesto. Cabe decir aún más: que miente y les engaña como un bellaco el que diga que para el cargo que ocupa Simón «no es necesario demostrar formación ninguna, porque es un cargo de «libre designación»» y que «vale con la experiencia (¿eeeeeeh?)»

Y ahora este señor se ha encastillado en que no dimite y reta a los que no le quieren a que pidan su cese. Dado que es un cargo de «libre designación», o sea, «de confianza», habrá que entender que caerá cuando se den dos circunstancias:

  1. Cuando su posición en el cargo resulte insostenible dada su gestión y, por tanto, caiga en desgracia ante el Ministro del que dependa como tal cargo de confianza.
  2. Que el Ministro del que dependa caiga en desgracia ante el Presidente del Gobierno, con lo que el cese o dimisión del Ministro acarrearía la de sus «cargos de confianza». No se nos ocurre en qué pifia podría incurrir el ministro Illa que le acarreara la caída en desgracia ante Sánchezstein (¿acabar en los Tribunales, tal vez?); pero teniendo en cuenta lo que sabemos de este último, es algo que podría ocurrir y de la noche a la mañana. Claro que también es verdad que cayó la menestra que le nombró y él no cayó con ella.

Siguiendo con el símil automovilístico, la situación en que nos coloca Simón con su encastillamiento sería la de ir montado en un automóvil con ese señor que va al volante sin carnet, incrementa su velocidad hasta 200 km/h y se niega a aminorarla. Lo mejor que les puede pasar a ustedes es que le pillen y le impongan una multa. La reacción de la casta va más o menos por estos carriles:

«¡Olé tú! ¡Así se hace! ¡Pisa, moreno, pisa con garbo…! (pero esperemos que la dicha dure y no se la pegue antes de tiempo)».

«Bueno, es que a nosotros que conduzca ese señor no nos va ni nos viene. Nos preocupa más la meteorología y el estado de la carretera. Pero apoyamos, ¿eh?, apoyamos para que no nos llamen «antipatriotas»…

«A ver, a nosotros nos preocupa que ese automóvil sea de gasolina de 96 octanos. Nosotros preferiríamos que usara uno diésel, que es más ecológico y económico…».

«A nosotros nos da igual todo. Si se la pega, miel sobre hojuelas. Y si no, también porque va por el mal camino que a nosotros nos interesa…».

Luego hay unos, pero que van por el carril bici y nadie les hace caso.

Y mientras discutimos si son «galgos» o «podencos», nos la van metiendo doblada con una Ley de hedukazion que va a condenar a nuestros hijos, si Dios no lo remedia, al infantilismo y la ignorancia, con lo cual el futuro del país quedará comprometido. Y lo más lamentable es que, después del miserable discurso de Pablo Cansado dirigido contra Santiago Abascal, un servidor de ustedes ve al PP votando a favor de la propuesta socialcomunista, entre otras, de que los maestros puedan meter mano (en todos los sentidos) a nuestros hijos, sin que nadie diga ni mú. Resistiéndose un poco, claro, pero sólo para la galería («Nosotros no somos como ésos de VOX»). Y después votando sin remordimiento de conciencia.

Esto es España, señores. ¡Viva Estepaís!

Gotas que me vais dejando...

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.