La cosa quedaría ahí si no fuera porque esa gran obra del arte patrio ha sido financiada con el dinero de todos los extremeños, tanto de los «creyentes» como de los «paganos» (en realidad todos paganos, tirios y troyanos). El señor Rodríguez Ibarra se ha caracterizado siempre por dar la nota y su despedida no iba a ser una excepción. Y sin encomendarse a Dios ni al diablo, su gobierno ha permitido que con dinero público se financiase esta ofensa.
Pensemos por un momento. Si ese libro hubiese sacado a Mahoma, al Moro Muza (con la cara de Ben Laden) y a Hassan II (padre del actual rey de Marruecos) haciendo(se) guarreridas españolas antes de la comida, que diría Chiquito, rodeados de gachises (digoooooooooo huríes) en el Jardín de Alá, se habría armado «la de Dios es Cristo». Enarbolando las coránicas suras, los Yusufgalanes y otros comparsas-compañeros-camaradas de la troupe islámica hubieran declarado un pedazo de fatwa. Una fatwa (una mardisión gitana, para entendernos) más dura que la que le echaron a Salman Rushdie por sus «versos satánicos». Que no era para tanto; para «satánicos», los versos de Les litanies de Satan, de Baudelaire («Gloire et louange à toi, Satan…»)
Viene a ser lo que hemos dicho siempre: que si la Iglesia Católica sostuviera, financiara y alentara a un grupo de locos religiosos terroristas, a los «rojos» no se les ocurriría insultar de ese modo a la Iglesia. Por eso, desde que mandan quienes mandan y donde mandan, insultar a la Iglesia no solamente sale gratis: se computa como mérito a la hora de hacer carrera en el Partido.
Y que no nos traten de confundir: no son laicos, sino anticatólicos.
«rojos»??? eso está trasnochado no?
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El término «rojos» está usado con toda la mala intención… la misma que cuando ellos me llaman «fascista» a mí (que eso sí que tiene narices…)
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