Sin duda, es el apellido de moda estos días. Sí, ya sé qué me van a decir ustedes: que no es solamente «Bolinaga», sino Uribetxeberría Bolinaga. Los apellidos de alguien presuntamente perteneciente al género humano y uno de los captores de José Antonio Ortega Lara, el señor de los «532 días». Ese hombre que al parecer va a salir de prisión por «padecer una enfermedad terminal», diagnóstico que se está poniendo en duda. Y que lo va a hacer porque, como dijo el maestro Carrascal, «no somos como ellos».
Por supuesto que no lo somos. Sin embargo, el argumento tiene un pequeño fallo: el maestro Carrascal omite que entre el «no somos como ellos» y el «somos como ellos» hay una inmensa zona gris por la cual transitan muchos Estados y cuya división es establecida mediante los criterios «legalidad» y «moralidad». No es una división rígida, desde luego; y en no pocos casos existen acciones que no tienen cobertura de la una o de la otra, si bien es cierto que en estos tiempos que corren la moralidad cotiza a la baja y para determinadas personas o situaciones es prácticamente prescindible.
A partir de ahí, la cuestión es la siguiente: ¿cuánto poder es posible ceder sin que los beneficiarios de esa cesión no tomen al Estado por el pito del sereno y le den por rendido? Francia o Alemania no tienen piedad con los terroristas, y sin embargo no se hacen campañas contra ellos por el trato dispensado a éstos, sean islámicos o no.
Todo lo cual me hace recordar haber oído ese apellido en otro contexto. Concretamente, en relación a cierto teniente coronel (entonces) de la Guardia Civil, de cuyo nombre tuvimos noticia porque al parecer, estuvo machacando a un inferior con grado de teniente (entonces) y que hoy, ascendido a coronel, machaca las teclas en Toledo. Qué extrañas coincidencias tiene la vida. O no.
Al detalle 😀
😀
No somos como ellos pero no definimos lo que somos mmm… no me acaba de gustar, en estas cosas solo existen dos matices, el blanco y el negro cucaracha.
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Digamos que en mi ejemplo hay dos zonas de certeza y una amplia zona de incertidumbre: la verdadera «brutalidad policial», la bajada de pantalones acostumbrada de nuestros gobiernos con ETA y una amplia zona gris en la que yo personalmente hubiera preferido que nos situáramos. Citaré el ejemplo alemán respecto de la RAF, si bien entre la RAF y la ETA hay una diferencia fundamental: la RAF no tenía la «infraestructura civil» y el apoyo social y político del que ETA ha gozado prácticamente siempre, aunque con altibajos.
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