En este primer post del verano no hacemos sino constatar lo siguiente: que los españolitos hemos adquirido el derecho a tener un verano caliente. Ríanse ustedes del gabacho dizque científico que aseveró que «en España íbamos a tener el verano más frío de los últimos 100 años». Unos hachas, oigan. Que por cierto y según oímos en la radio hace un par de días, un empresario de la hostelería mallorquina está buscando al genio para darle una manta de… recaos.
Repaso este blog mío y de ustedes. En 2011 estábamos pendientes de cuándo ZP iba a señalar fecha para las elecciones. En 2012 la serpiente de verano fue el «que se jodan» de Andrea Fabra (manipulación magistral de la pesoe, que consiguió hacernos creer por un rato que la diputada se dirigía a los parados cuando en realidad se dirigía a la bancada socialista). Ahora, en 2013, ha ido in crescendo la cosa y, por si no estaba lo bastante podrida la vida pública, iniciamos el verano con dos casos de corrupción en el candelabro y uno en sordina.

El primer caso es, por supuestísimo, el caso Gürtel, que ahora parece haber mutado: para algunos es el caso Bárcenas (Génova, 13), que «es un delincuente» y al que, como si de una timba de mus se tratara, una histérica MariCospe le ha espetado «¡No tienes nada!» cuando el otro ha dicho «órdago a la grande» y el juez Ruz ha terciado diciéndole «le envido (provisionalmente) a prisión». Mariano, que se está ganando a pulso el apodo de La Esfinge, sigue fumando puros como una chimenea, aunque la caja de puros parece no tener fondo. Para otros, en cambio, es el caso PP, por la cantidad de altos cargos que llegaron a recibir esos sobresueldos y, según parece, nadie o muy pocos declararon.
Por otro lado y si es verdad lo que cuenta Almudena Negro, se añade una «nueva dimensión» al caso. No solamente tendría relevancia judicial, sino que además estaríamos hablando de un culebrón palaciego: la fría venganza del Faraón por no permitirle el aparato (la vieja guardia) ser candidato a Presidente del Gobierno. La cosa no tendría importancia mayor si no fuera porque estamos ante un partido que está en el Gobierno. Y déjenme recordar, porque acabo de darme cuenta de un detalle: en la historia de esto que algunos, inocentemente, llaman «democracia» aún, ha resultado que todos los gobiernos no socialistas han acabado descarrilando: el de UCD, al que tanto se parece este PP de ahora, por disensiones internas (generadas desde dentro o incitadas desde fuera o ambas); el PP-de-Aznar, por el luctuoso atentado del 11-M, que el Gobierno marianista se ha negado incomprensiblemente a investigar; y éste, que va camino del descarrilamiento por un quítame allá esos asientos (contables). En cambio, los dos períodos de gobierno de la pesoe únicamente han sido finiquitados por la corrupción (pero aun así, manteniendo el importante feudo andaluz).
De aquí que la oposición irresponsable, que diría uno que yo me sé, no hace más que pedir dimisiones. El que más, Cayo Lara, que precisamente por las cositas de su coordinador en Andalucía Valderas, cayaíto estaría más guapito. Más aún, cuando lo que dice suena a quítate tú pa ponerme yo. Se está trabajando mucho para que el reproche moral pese más que la calificación jurídica de los hechos. Sin embargo, lo que más risa (floja) causa es que quien exige responsabilidades está metido en un asunto bastante más feo y, para más inri, que suscita aún mayor reproche moral: el caso de los EREs falsos.

Aquí, a diferencia del caso anterior, se involucra desde el primer momento dinero público, ése que no era de nadien. Y lo que merece mucho más reproche moral: se trata de un dinero sustraído a los parados para dárselo a otras personas por méritos prestados al Partido. Eso sí es un que se jodan y no lo de Andrea Fabra. También en la pesoe empezaron en plan felipista, pero se ha enredado la madeja y S.Sª Mercedes Alaya lleva imputadas a 40 personas (por ahora). No se entiende muy bien la imputación de Mandatela (la corrupción es delito, pero emanar una norma que le dé cobertura en principio es un ilícito administrativo, no penal); pero los demás, como diría el anuncio del matamoscas Raid, están «imputados y bien imputados». También es un poco chirriante cómo va sorteando la imputación de los aforrados, aunque cabe suponer que tiene su explicación: en el momento en que aparezca un aforrado todas las actuaciones que le afecten son remitidas a un Tribunal superior y la juez Alaya deja de conocer sobre éstas. De forma que para seguir conociendo de ellas y, de algún modo, mantener la continencia de la causa, o no los imputa aún, o los deja para el final. Como sea, S.Sª merece un monumento, no sólo por el trabajo que está realizando, sino por cómo va sorteando las zancadillas que le están poniendo y las condiciones en que la obligan a trabajar.
Tormenta en las Grandes Casas. Tormenta en la House Atreides y tormenta también en la House Harkonnen. Verano caliente, muy caliente. Vamos a ver qué hacen los gusanos de arena.