Con la mayor de las perezas me dispongo a abordar el asunto del circo que se ha montado en el panorama político nacional tras el 20-D y la rentrée en la vida política tras el período vacacional, que nuestros políticos todavía no se han atrevido a rebautizar como «vacaciones de invierno». Para más inri, es doblemente vacacional, porque los períodos de sesiones de las Cámaras son dos: de septiembre a diciembre y de febrero a junio. Luego sus señorías estarían aún de vacaciones cuando el resto del país ya hace rato que funciona.
Es un tiempo apasionante para los tertulianos: pueden decir cualquier barbaridad sin consecuencias acerca de lo que va a ocurrir en España en los próximos meses: «porque si el partido A pacta con el B, puede pasar esto. Y si el partido C pacta con el B y hace un arreglo con el A, pasará esto otro. Yo creo que…». Y venga a marear la perdiz. He perdido toda afición a las tertulias desde el momento en que supe que los tertulianos se imponían y se vetaban en la cadena X o Z, dependiendo del color político de la misma (viva la objetividad periodística y el artículo 20 de la muerta).
Pero partamos de donde hemos de partir: los resultados electorales. Vistos los cuales, no nos queda sino repetir algo fundamental, pero que a los trolls y los palmeros pro PP les sienta como a un vampiro el agua bendita: «Gana quien forma gobierno, no la lista más votada». Si al menos se leyesen la LOREG (Ley Orgánica 5/1985, de Régimen Electoral General)… Vamos, que les reto a que encuentren un artículo de la LOREG en que se especifique que es la lista más votada la que gana. Pero no: la LOREG exige que, para ganar, uno haya obtenido la mayoría absoluta (es decir, al menos el 51% de los escaños, que no de votos). Y es extremadamente generosa respecto a la formación de pactos para llegar a esa mayoría, pero nada más.
A partir de esos resultados electorales, que demuestran de sobra que no ha ganado nadie, se mueven las maquinarias de los partidos alrededor del artículo 99 de la Constitución. Transcribo el primer párrafo del precepto porque ésa es la fase en la que estamos ahora:
Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.
Antes de eso, no obstante, quiero referirme a un momento anterior: el de la constitución de las Cámaras. Esa fase previa nos ha deparado dos de los espectáculos más lamentables de la nueva legislatura (por ahora): la falta de respeto de los neocomunistas hacia la Cámara y el mercadeo de escaños entre formaciones políticas (que en algún caso ha fracasado y en otros no).
Es hasta cierto punto lógico que esos neocomunistas, que hablan del capitalismo como su mayor enemigo pero que no se descuelgan de su iPad 3 y su iPhone 6S («o sea, ¿saes cómo te digo, tía?»), no le tengan respeto alguno a la Cámara cuando aspiran a cerrar la barraca. Lo que les gustaría es que su Líder Brillante tomara el poder por medios legales e hiciera lo que hizo Hitler el 30 de marzo de 1933. Pero por ahora y gracias a Dios, no tienen aún el peso ni la masa crítica necesarios para llevar a cabo semejante proyecto. Para ser suficientemente progres y modernos, dejemos a un lado las cuestiones indumentarias y pediculares:
Éstos son los que se enfadan cuando uno les llama simplemente guarros y no «señorías» (uno se acostumbra rápidamente a lo bueno). Pero es lo de siempre: si al hemiciclo uno acude con rastas, un jersey, unos vaqueros y unas deportivas, no se le puede tomar por «señoría». Siendo benevolentes, habrá que tomarle por turista o así. Y sí, es una falta de respeto al recinto. Poco importa que fuera Celia Villacandycrush la que se lo afease, con lo mucho que tiene que callar. Cuestión de formas: antes los delincuentes iban de traje y ahora no se molestan en disimular. Nueva política, ya saben.
Igual falta de respeto mostraron en la jura del cargo. No podían limitarse a jurar defender la Constitución. Qué va. Tenían que dar el mítin:
—¿Jura o promete usted ejercer fielmente las obligaciones de su cargo, con lealtad a la Constitución y al Rey?
—Juro que… esteee… voy a trabajar para reformar y derogar la Constitución como expresión de la lucha de clases y de la dominación de la Iglesia, el Ejército y la burguesía sobre las empobrecidas clases trabajadoras por el capitalismo opresor de los mercados. (Pausa. Lo ha dicho prácticamente sin respirar). Ah… y otra cosa: ¡viva la Tercera República!
—Bueno, ¿pero jura o no?
—Eeeeeh…, sí, juro, juro.
«Ni de coña me pierdo el áipad, el áifon y la conexión gratis a Internet», piensa el imberbe y flamante padre de la patria.
En cuanto al mercadeo de escaños, ha ocurrido en la Cámara Alta. El PSOE ha cedido cuatro escaños para que los secesionistas, enemigos de España en tanto en cuanto quieren reventarla, puedan formar grupo parlamentario propio en vez de ser relegados al Tártaro del Grupo Mixto. Se ha levantado alguna vocecilla en contra, pero parece ser que el espadón de Mojácar ha hablado y ha sido como la Blasa: tós pa casa. Pero de eso hablaremos en la entrada siguiente.
Reblogueó esto en Ramrock's Blogy comentado:
ESTÁ BIEN CLARO: #PodemosChusma
AUTÉNTICA BASURA, AUTÉNTICOS MACARRAS BARRIOBAJEROS EN LAS INSTITUCIONES.
AHORA SI QUE SOMOS EL HAZMERREIR DE TODAS LAS NACIONES CIVILIZADAS Y AVANZADAS.
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…eso sin contar conla ruina económica que se nos avecina si la tribu del «coletamorada» ocupa sillones de poder
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