Contra lo que algunos pudieran pensar, no, no es este blog el que se cierra. Lo que parece que sí se está cerrando es España. Y se preguntarán ustedes: «¿Pero qué dice este hombre?». Asumo también las críticas por conspiranoico, como también las asumí en su momento cuando los trolls gilipollas de ZP se reían de uno por sumarse al grupo de los que entonces decíamos «España se rompe».
Hoy, después de cuatro legislaturas zapateras en el Gobierno (las dos de ZP y las dos de Rajoy), cada vez es más claro que España va por el derrotero malo. En mi opinión, bastaba simplemente con no hacer nada. Bastaba con dejar intacto el corpus zapatericus (las leyes degeneradas, la de la desmemoria histérica…). Cosa que, de hecho, advirtió la Voguemomia —hoy más restaurada que un cuadro de Van Eyck—: «Ustedes no van a cambiar nada» respondió, acre, cuando algún diputado del PP le dijo —no recuerdo si antes o después de 2008— lo que harían al llegar al Gobierno.
Pero tanto Rajoy como sus ministros se apuntan a la regla del Jefe: si Mariano oficia como «el hombre que nunca estuvo allí», sus ministros lo mismo, si es que quieren seguir siendo ministros. ¿Que el PP está que lo tira con sus ministros de rompe-y-rasga? Da igual. Si al Gobierno le quedaban amigos en el Poder Judicial, los acaba de perder todos gracias a las declaraciones del «borroso Catalá» relativas al magistrado ponente de la sentencia de La Manada. ¿Que hasta una Secretaria de Estado como Carmen-por-favor se cisca en los jubilados? Da igual. Se pide disculpas y listos (no me hagan reír con eso de «pedimos su dimisión»: en España lo habitual es el cese). Tampoco importa que esas declaraciones se hayan cargado el vergonzoso proceso de compra de votos entre los jubilados. ¿Qué Méndez de Vigo, presunto ministro de Des-educación no hace absolutamente nada en Cataiuña? Da igual. Lo que él quiere es tener contentos a los de su logia de eurócratas y poco más. Los españoles le importamos poco.
¿Que la desidia criminal de este Gobierno, juntamente con el cumplimiento punto por punto de los designios zapateros, van por el camino de partir España en cuatro cachos? Da igual. Mariano piensa que «a mí me queda un año y medio y deshpuésh, a vivir de los 80.000 eurosh que me quedarán de penshión». Lo siento por los carboneritos que aún le quedan a Génova, 13. Bastará hacerles esta reflexión: ¿por qué iban a hacer por España con un gobierno con respiración asistida lo que pudieron hacer y no hicieron entre 2011 y 2015, cuando tenían mayoría absoluta?
Remedando a Carmen-por-favor, «¡Qué ganas de hacerles un corte de mangas de cojones y decirles: «¡Pues os jodéis!»». Vale la pena decir que cuando no se tienen principios, o éstos se dejaron por el camino cambiándolos por otros, se corre más rápido hacia el final.