Pobre iluso


Siempre entendí que la política era el noble arte de gobernar. Y que gobernar era servir a aquellos sobre los cuales se manda, respetándolos y creando las condiciones necesarias para que puedan desarrollar libre y armónicamente su personalidad.

Sin embargo, miro la actualidad de nuestra nación, ¿y qué me encuentro? Que la supuesta nobleza de la función de gobernar brilla por su ausencia. El feroz relativismo que se ha imprimido a la vida de la nación ha provocado que cada cual trate de hacer de su capa un sayo. La negociación política se ha vuelto chalaneo de feria, cuando no chantaje o intimidación.

Los políticos se aferran a sus sillones con un empeño y energía dignos de mejor causa. Son políticos orondamente encantados de haberse conocido. Protegidos —mientras no discrepen, y ya les guardarán Dios y todos los santos del calendario si discrepan de la línea oficial— por su partido, no les importa aprobar leyes inicuas, porque ellos no las van a soportar. Y cuando por fin los desatornillan, su pregunta no es: «¿En qué puedo servir más al pueblo?», sino «¿Qué hay de lo mío?». Y ese mío acaba siendo un puesto directivo en una empresa pública, de consejero de Estado o de eurodiputado, carísimo cementerio de elefantes. Es el principio del coche oficial: el que sube a uno ya no se vuelve a bajar de él.

Que el Gobierno no nos respeta como ciudadanos —ni éste, ni los anteriores en mayor o menor medida— es un hecho. El Gobierno insulta a nuestra inteligencia cuando hoy, junio de 2008, se resiste como gato panza arriba a hablar de crisis y prefiere decir esa chorrada de «desaceleración intensa». Cuando las amas de casa ven que los precios suben sin freno y las hipotecas rompen todos los límites, resulta que la culpa la tiene Jean ClaudeTrichet, que no se entera, no el Gobierno por no haber llamado a las cosas por su nombre desde un principio y haber tomado las medidas pertinentes desde hace meses, como Alemania.

¿Y qué decir del «desarrollo libre y armónico de la personalidad»? Las constantes educativas van cayendo en picado. El desgaste del concepto de autoridad, propiciado desde las instancias gubernamentales —tan progresistas ellas, hijas del «prohibido prohibir»— ha devenido en «nadie tiene derecho a poner límites, siquiera razonables, a mi libertad y además, papá Estado está obligado a darme incondicionalmente y en todo momento lo que yo quiera». Se discute —o directamente se burla— la ¿autoridad? del profesor en las aulas. Se discute incluso la autoridad de los padres («ya no sabemos qué hacer con el niño»), hasta el punto de que hay padres que han delegado su derecho de custodia en la Administración.

Y ésta, por lo demás, hoy partida en diecisiete taifas nada menos, se preocupa únicamente de fidelizar a sus siervos, presentes y futuros. En algunas taifas se enseña a hablar con desprecio de la madre patria, que hoy, más que madre patria parece madre soltera. En algunas taifas el subgobierno se preocupa de tener cautivos ideológicamente a sus habitantes, para que no piensen lo que no deben y se borre la identidad de la odiada madre patria. Los apátridas son ciertamente más manipulables que los que tienen patria, raíces o pertenencia.

Hoy el Gobierno no quiere ciudadanos; quiere súbditos. Personas que no le rechisten cuando se equivoque o cometa alguna barbaridad. Algo así como los proles de 1984 (claro está que Orwell no está de moda precisamente cuando más debería leerse). Por eso se ha inventado la EpC: para detener el alud de información que proviene de Internet y consagrar la autocensura como un valor para que el súbdito no se entere de lo que no debe.

Sería verdaderamente horroroso que el mundo futuro fuese una mezcla de 1984 y Un mundo feliz, ¿no?

Pues eso: iluso de mí…

Avatar de Desconocido

Autor: Aguador

Mi vida personal no tiene gran cosa de interesante...

Un comentario en “Pobre iluso”

  1. Es una conquista silenciosa, inexorable. Si discrepas eres un facha. Nos tienen tan bien amaestrados que incluso nosotros mismos no nos atrevemos a pasarnos de la raya, por temor a resultar demasiado fascista!! Nos autocensuramos, sin darnos cuenta, opinamos casi pideiendo perdón por disentir… ¡Hasta utilizamos el lenguaje que ellos mismos nos han impuesto!Sí, Orwell y Huxley fueron visionarios.Un saludo

    Me gusta

Replica a Daniel Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Pensamientos al vuelo

Ideas, intuiciones y otras cosas que se me pasan por la cabeza

starcrazypie astrology

the astrology blog | sara shipman

Las cuatro esquinas del mundo

Nadie entre sin aumentar la entropía

Mirando hacia arriba...

Reflexiones sobre cosas que pasan en los cielos

El vuelo del albatros

Pensamientos diversos a vista de pájaro

Cuatro amiguetes y unas jarras

Ya que no podemos arreglar el mundo, hablaremos de lo que nos interesa: la política y los políticos, el fútbol, el cine, y todo lo que nos molesta, acompañados por unas jarras de cerveza. Bien fresquitas, por supuesto

General Dávila

Nada hay como el soldado español y mi única aspiración siempre ha sido estar a su altura

VIA LIBRE

Escribo y difundo lo que me interesaría leer. Para todos los públicos

Verdades Ofenden

"Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga" Diderot. / "El que tiene la verdad en el corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión" Ruskin – (Bitácora-Biblioteca virtual y PERSONAL, recopilatória de aquellos artículos que despiertan mi interés)

C Y K L O S

Asociación de Astrología de Cataluña

Queremos salir de la Crisis

¿Los políticos Tambien?

Galicia Futura

Blogazine Independiente / Abierto 24 horas

La Imagen Reflejada

El Patito se vió reflejado en el agua, y la imagen que ésta le devolvía le cautivó por su hermosura: era un magnífico Cisne

Es war einmal...

"Los dogmas del quieto pasado no concuerdan con el tumultuoso presente." (Abraham Lincoln)