Hoy la indignación casi no me deja escribir. Éste era el último favor que ZP pidió a Mariano y éste, graciosamente, se lo ha concedido. La sentencia que hoy ha cagado el Tribunal …stitucional es la mejor prueba de su prescindibilidad. Un «Tribunal» que, como se enseña en las Facultades de Derecho, «no se integra en el Poder Judicial aunque lo corona». También es la mejor prueba de que se trata de un Tribunal creado por políticos para asuntos políticos (por más que también resuelva recursos de amparo y cuestiones de inconstitucionalidad).
Ya anteriormente el TC se había bajado los pantalones por orden superior. Vimos con horror cómo la marca blanca de los asesinos accedía al poder en San Sebastián y en una porción de municipios que les asegura un territorio y, sobre todo, un suministro. Un partido que tenía que haber sido ilegalizado conforme a la Ley de Partidos resulta que ahora, gracias al enjuague entre los dos partidos nacionales, es clave en Vascongadas. Y ahora nos encontramos con la indignidad que remacha el clavo: otra de las marcas blancas de los asesinos etarras puede presentarse a las próximas elecciones vascas y, tal vez, conseguir que un etarra se siente en el despacho principal de Ajuria Enea.
Constato que ambos partidos han perdido la vergüenza: los hunos, por despreciar y ningunear a las víctimas. La última pedrada de ese lado, creo, la de la portavoza Gabriela Bravo, «progresista», cuando dijo esto.
Y los hotros, por pecados de omisión y de interés. Y todo por echar el incienso ante el altar del dios Voto: resulta que defender a las víctimas era aparecer como un «exaltado» y no convenía a la imagen («lo importante es la foto») de centrishta reformishta que quería dar Mariano después de 2008.
Así se entiende que saliese ese merluzo a la vasca, un tal Iñaki Oiartzabal, acusando de ultras a personas como Salvador Ulayar por preguntar todos los días al senyor ministre cuándo era llegada la hora de detener al bestia de Josu Ternera. Si Salvador Ulayar, al que tengo por hombre de bien, fuese un ultra, no se hubiera quedado de brazos cruzados ante el vil asesinato de su padre. Hubiera comprado un arma y primero le hubiera pegado dos (o cuatro) tiros al cobarde de Vicente Nazábal y otros tantos a Eugenio Ulayar Huici, un sobrino suyo, colaborador (¡!) del comando etarra que asesinó a su padre, don Jesús Ulayar Liciaga, cuyo delito contra la tierra y la patria vasca, al parecer, fue haber sido alcalde de Etxarri-Aranatz por UCD. Imperdonable, oigan.
Nuevamente, pues, facta est iniquitas. Seis «magi-astados», seis, han corneado la dignidad de todo un pueblo. Su ley no es muy explícita, pero los «magi-astados» podrían acogerse a la excusa de «cumplimiento de órdenes», porque en la parte del estatuto jurídico de los miembros del TC no se habla en ningún momento de que «no puedan estar sometidos a mandato imperativo alguno» (que sí rige para los jueces, aunque sólo en su relación con sus superiores: 12 LOPJ). Saben muy bien a quién se deben. Y lo han vuelto a demostrar. Ítem más: el TC está ya para el descabello.
Retengan estas caras y estos nombres. Tómense su tiempo. Estos señores (y otros que no salen en la foto pero que no se han movido) son los responsables directos de la infamia. No debería haber paz para ellos. Y se van a morir de viejos y en la cama, después de haber cobrado una buena pensión (que los partidos acuerdan para ellos por los servicios prestados), nada de los miserables 400 euros que cobran muchas viudas en este país. Triste país en que la memoria, la dignidad y la justicia (y casi que la legalidad también) salen echando leches por el retrete cuando la política aparece en escena.
No hay mayor imperativo legal que la propia conciencia. Estos gusanos sabrán por cuantos chavos se han vendido y si les ha valido la pena. En cuanto a Mariano, no es que sea un Cid, pero no me esperaba de él esta marranada, o no quería esperarla porque siempre queda ese algo que te hace concebir esperanzas.
En fin, solo queda lo que dices, que a nadie se le olviden esas caras, las caras de la indecencia, la indignidad, la codicia y la maldad.
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Desde luego, Candela. De Marrano Rajoy, ayudado desde luego por la pesoe, sólo puedes esperar una cosa: marranadas.
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