Pedazo 1. Inch’Allah.

Todavía estoy en estado de shock recordando las declaraciones de Gustavo de Arístegui en el Gato al Agua (tirón de orejas a Intereconomía por la dificultad de encontrar el vídeo) y el posterior enfrentamiento con Enrique de Diego. Declaraciones que no vi, pero que naturalmente fueron muy comentadas en la Red. ¿Creerán ustedes que ese hombre dijo –o dio a entender– que existe el Islam moderado? Eso, visto lo visto, es una contradicción en los términos. Por eso, según decía él, «quienes han asesinado a los 500 cristianos en Nigeria han sido los integristas». Falsa distinción.

Como me imagino que el señor de Arístegui no es tonto, sólo queda otra opción: que nos cree tontos y también que nos puede vender esa moto. Y no, señor de Arístegui. El Islam sólo es «moderado» allí donde no gobierna. Incluso aquí, algunos de sus representantes van con unas ínfulas inaguantables («esto es Al-Andalus»). ¿Se acuerda usted de la distinción entre «nacionalismo moderado» y «nacionalismo radical»? Bueno, pues esto es exactamente lo mismo. Lo que me extraña que la gente normal capte la falsedad y él no. Si el señor de Arístegui se postula como futuro titular de Exteriores, que Alá (Dios parece que ya no está de moda en la cúpula del PP) nos pille confesados. Y esperemos, en todo caso, que no sea el Ministro de Exteriores que entregue Ceuta y Melilla después de quedar eso bien atado con ZP.

Pedazo 2. ¡Viva la Pepa!

Dentro de dos años se va a celebrar el bicentenario de la Constitución de Cádiz, apodada la Pepa porque se promulgó el 19 de marzo. No está de más recordar a los produtos LOGSE (para éstos, la historia antes de 1982 no existe o no debe existir) y asimilados que fue una Constitución que los españoles de entonces aprobaron en Cádiz con dos cojones, con la ciudad sitiada por los casacones y con el país completamente desangrado por la guerra. Absolutistas y liberales fueron capaces de sentarse a discutir, aunque fuera unidos únicamente por el odio al invasor extranjero. Después estuvieron todo un siglo repartiéndose galletazos (el último y más fuerte, en el 36); pero en fin, es bueno recordar que al menos, en un primer momento se sentaron a hablar. Lástima que se equivocaran en cuanto a la restauración monárquica: el rey felón no valió todas las esperanzas e ilusiones que se depositaron en él. Más o menos como ahora, con alguna que otra diferencia…

Pedazo 3. La ben-eixida.

María Teresa Fernández de la Vogue, presunta ex vicepresidenta del gobienno, dice que no se va y que no está cansada. No obstante, para que un exministro como Jordi Sevilla se despache contra ella, precisamente él, que fue de un perfil discreto cuando era Ministro de la cosa (todo lo contrario que la Märschallin Salgado), es que el río ha de llevar mucha, pero que mucha agua, casi tanta como la que no hace muchas fechas anegó a los gaditanos. El caso es que la crisis del Alakrana llegó con aguijón para ella, por el bochornoso espectáculo de descoordinación entre Ministerios (Exteriores y Defensa). No creo que seamos muchos los que la echemos de menos cuando efectivamente se vaya. A no ser que su sustituto sea peor que ella, cosa que con ZP es sabido que podría ocurrir. Esperemos que cuando se vaya tenga tiempo de arreglar lo de su empadronamiento irregular; mientras tanto, será la ben eixida del gobienno de ZP.