Tocado sí; hundido, no


Ya llegó, queridos lectores de este mi humilde blog. Pero no el cortejo de Rubén Darío, ése que empieza así…

¡Ya viene el cortejo!
¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines.
¡La espada se anuncia con vivo reflejo;
ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines!

Llegó más bien un cortejo fúnebre, los claros clarines dejaron de oírse y el espadón nos ha pegado un tajo en los cataplines que nos ha dejado temblando a todos, pero especialmente a funcionarios y a pensionistas.

El tajo nos lo dieron ayer, en una memorable sesión en que, por una vez, no faltaba ni uno. Ni hubo de votar un compañero especialmente ágil por los demás. Incluso aquellos a quienes pillaba lejos (como Ana Pastor, invitada a China, que tuvo que pillar el vuelo más inmediato y más rápido). Espectáculo inusitado, pues: el hemiciclo lleno. Parece ser que la ocasión lo merecía: sus Señorías iban a ver cómo ZP se hacía el harakiri sin hacérselo en realidad.

Esto parece un contrasentido, pero no lo es. No lo es, sobre todo, porque estas decisiones que sí son trascendentes tienen su trastienda. Si hubiésemos podido aplicar el SITEL a sus Señorías, como seguramente hace Rubalcaba, seguramente hubiesen aparecido llamadas aquí, allá y acullá de Moncloa a sus apoyadores, al nivel de los más vulgares mercachifles. Mal por ZP y mal por ellos también. Algo del estilo de lo siguiente:

–Hola, soy el Presidente. Tengo que hablar contigo de la votación de las medidas.
–Muy bien. Tú dirás.
–No me voy a andar con rodeos. El día de la votación tendré que dar por muerta mi política anti-recortes sociales. Necesito vuestro apoyo. ¿Cuánto pedís por el voto positivo o abstención?
–Queremos tantos millones.
–Eso me parece mucho. ¿Qué tal la mitad y la competencia X, que es exclusiva del Estado?
Breve silencio al otro lado del auricular. ZP se impacienta.
–Bueno… Estamos de acuerdo en que sea la mitad, pero nos tienes que dar dos competencias. Si no, no hay trato. Y mira que te hacemos un favor, porque la pela és la pela.
ZP respira aliviado:
–No os preocupéis. Dadme vuestro apoyo y en unos días mando a la Comisión de Traspasos que acelere la cuestión con las competencias que queráis.
–Hecho, pues. Pero no me falles, ¿eh?
ZP hace como que se ofende:
–¿Cuándo te he fallado yo?
És veritat, nunca nos has fallado –responde la voz, conciliadora–. Siempre te hemos sacado el que ens ha donat la gana.
–Vale –ZP suspira, resignado–. Pero vosotros haced por mí.
Setze jutges mengen… –canta la voz, con sorna.

ZP cuelga sin despedirse. ¡Qué insoportables y zumbones son! Nunca se había visto tan humillado, tras varias llamadas como la precedente. Otros simplemente le han dicho que no. Ya se acordará de ellos en los Presupuestos. ¡Pero tener que llamar para pedir! ¿Qué digo pedir? ¡Suplicar, suplicar una migaja de apoyo! ¡Y caros que se venden, los muy…!

Un día antes, la Märschallin Salgado despacha con ZP. Éste la alecciona, tras las conversaciones con los apoyadores:

–Tú tranquila, Elena. Sales al ruedo, echas tu discurso y después abres el paraguas porque nos caerá un chorreo de mil pares de narices. Vamos, que lo de «Váyase, señor González» parecerá una nana al lado de lo nuestro.

–Presidente, ¿pero estás seguro de que nos podemos fiar de ellos?

–Tienen mi palabra de que cumpliré lo que les he prometido.

«A buena parte vas» piensa la Märschallin Salgado, pero se calla y asiente con la cabeza.

Y así es como se fraguó el sainete de ayer. Rajoy, naturalmente –no podía hacer otra cosa–, votó en contra del recorte, con un irreprimible sentimiento de parecer Casandra en el desierto, acompañado esta vez y sin que sirva de precedente por Rosa Díez, Uxue Barkos, Gaspar Llamazares, Josu Erkoreka y Francisco Jorquera. Si tenemos en cuenta la citada trastienda, no es tan sorprendente la postura de Duran Lleida, a quien algunos empiezan a comparar con el Dalai Lama. Que en Cataluña tenemos de todo, oiga: desde un mestre Yoda, pasando por el citado Dalai Lama, hasta un Gran Hermano (espero que Mr. Bob Flag, el Big Brother de la película «1984», no se ofenda por compararlo con Carod Rovira).

¿Lo peor? Pues ya se lo imaginarán ustedes. Primero, que el recorte se aprueba por la mínima, lo que implica que ZP es desde ayer un zombie en busca de reposo, con la credibilidad agotada dentro y fuera de nuestras fronteras. Segundo: que el descanso llegará únicamente en 2012, a no ser que antes en Bruselas Frau Merkel o Monsieur Sarko den un puñetazo en la mesa y obliguen al zombie a largarse convocando elecciones anticipadas. Tercero, eso hará visible y patente que nuestro margen de maniobra como nación independiente se ha terminado y que durante un tiempo indeterminado seremos un protectorado económico franco-alemán. Que a lo mejor es lo que querían, porque ni Schröder ni Chirac soportaban el aire de Aznar de «llevar los deberes hechos y la economía viento en popa». En tal caso, ZP habría sido el peón miserable de unas decisiones que se tomaron muy arriba. Los frères y los brüder pueden respirar tranquilos.

Nosotros ya veremos cómo salimos del embolao. De momento y como siempre desde hace dos años, la culpa de todo la tiene el PP (creemos sinceramente que la Voguemomia tendría que cambiar el discurso, que ya no cuela). Y por si fuera poco, cuando ZP empezaba a consolarse un poco recibe la coz del criado de Chaves, José Antonio Griñán, admitiendo que ZP es «malo». ¡Este país está lleno de desagradecidos, oiga! Sí. Y también de parados, y de pobres no nominales que se tendrán que «apretar el cinturón» una vez más, y de…

2 comentarios en “Tocado sí; hundido, no

  1. ¿Por qué empezar por Funcionarios y Pensionistas? ¡Ojalá ZP si se hubiera hecho el harakiri! ¡Comprando los Votos positivos, o abstenciones!. ¡Menos mal que tiene casi que suplicar para el apoyo! ¡Por lo menos, Rajoy como no podia ser de otra manera, votó negativamente! El Recorte se aprueba por la minima. ¡Puede haber un descanso en el 2012, a no ser que se le eche con Moción de Censura, y se fuera antes (no caerá esa breva)!

    ¡Ya veremos cómo se sale del lio! ¡Como siempre, la culpa de todo es del PP pero, irremediablemente, mientras se deshace el entuerto, a apretarnos todo el mundo el cinturón, hasta asfixiarnos!.

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    1. La culpa no es sólo de ZP, que vende España por unos votos en el Congreso. La culpa es también de los que se dejan comprar, pervirtiendo así la representación que la ley y las elecciones les han concedido.

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Gotas que me vais dejando...

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