Créanme que después del disgusto que me he llevado (y probablemente algunos de ustedes también) con lo de la liberación del secuestrador y asesino Bolinaga, que se morirá en breve o no se morirá pero que en su pueblo lo recibirán como un héroe de la tierra y la patria vasca; después del infame papel que ha interpretado el Gobierno, mi Gobierno, que ha tenido además la desfachatez de decir que «se ha cumplido la ley»; después de que la justicia se manchara la toga no sólo con el «polvo del camino», sino con eso otro que ustedes se imaginan, el único refugio que me queda es la música.

La obra que les traigo a colación hoy es la monumental El clave bien temperado, del viejo maestro, de papá Bach. Es música pura: sin aditivos, colorantes ni conservantes. Música, sin más. Música para tranquilizar el alma y calmar el ánimo enardecido por las grandes y pequeñas injusticias y mezquindades que diariamente nos toca enfrentar. Posiblemente algún purista afirme que una versión en piano no es auténtica; pero da igual. No es ésa la razón por la cual la comparto con ustedes. De paso, es también un avisito al compadre Noatodo, por si creía que un servidor había abandonado nuestro amable mano a mano en materia musical.

Y ya, sin más preámbulos, les dejo con esta versión, interpretada por los pianistas Nikolai Demidenko y Angela Hewitt. Que lo disfruten.

Parte I:

Parte II: