Abendland


Comienzo por señalar a ustedes que Abendland es el término alemán para designar a Occidente, De las varias traducciones posibles, no obstante, me interesa una especialmente, de carácter literal: «tierra del crepúsculo». Se trata de una traducción que, además, viene como anillo al dedo para el tema que quería tratar en mi entrada de hoy.

Sí, se está poniendo el Sol en Europa. No sabría decir en qué momento exacto empezó a ponerse; pero si pudiera señalar un año, marcaría 1992. Ya les estoy oyendo: «¿Pero qué dice este hombre? ¿1992? ¿El año de nuestras Olimpiadas? ¿El año de Maastricht?». Bien, no es más que una percepción personal, podrán decir ustedes. Pero no es la primera vez que las semillas del desastre se plantan mientras circula el champán a raudales y nadie ve los nubarrones en el horizonte. Es más, a quien sí los ve le llaman «cenizo» y de paso piden otra de gambas o de fúrbo.

Se pone el Sol en Europa cuando el peso de la tradición, el saber y la ciencia europeos (tanto por la parte grecorromana como por la cristiana) ya no significan nada para muchos de sus habitantes y cuando la «corrección política» teledirigida por algunos hace olvidar a los 350 millones de europeos quiénes son, por qué son lo que son y de dónde vienen. Uno de los intentos más graves en este sentido fue la nonnata Constitución Europea que intentaron perpetrar el grado 33 Giscard d’Estaing y sus secuaces. Constitución en que se intentaba borrar de un plumazo la tradición cristiana que contribuyó a que nos sintiéramos todos europeos.

Se pone el Sol en Europa cuando los presuntos depositarios de esa tradición (la UE, en primer término y los Estados nacionales en segundo) viven completamente de espaldas a los ciudadanos o en una burbuja y atienden solamente a sus propios intereses, rara vez coincidentes con los de los ciudadanos. La UE es ese elefante capaz de regular cuántas cañas de cerveza pueden salir de un grifo al día en un bar, pero es incapaz de enfrentarse al problema del mantenimiento de sus fronteras exteriores, abandonando a su suerte a los Estados nacionales.

Se pone el Sol en Europa, cuando de resultas de lo anterior, nuestros gobernantes se la cogen con papel de fumar en materia de inmigración islámica, muy significativamente Angela Merkel, que tiene un problema con la inmigración turca que no quiere reconocer (igual que Hollande en Francia). Da la impresión de que han hecho sus proyecciones demográficas y han decidido que, para cuando ésta sea un problema serio, ellos ya no estarán en este mundo. O que, como ya son un número suficiente, son votos, y los necesitan. Señores políticos: ¡ya tenemos problemas serios! Y si no, que se lo digan a las doce víctimas del atentado del Charlie Hebdo, que son las últimas pero no las únicas. No creo que en Francia caigan en lo de pedir «serenidad y firmeza», que es lo que aquí pedían los Ministros del Interior con cara de palo mientras Giscard y Miterrand daban asilo sin despeinarse a los asesinos etarras. Si ustedes, señores políticos, no están dispuestos a afrontar ese problema, no nos sirven.

Se pone el Sol en Europa cuando incluso el Papa tarda en alzar su voz por el genocidio de cristianos que se está produciendo en Siria, Irak y otros lugares de Mesopotamia. Tampoco es que le vayan a hacer mucho caso y seguramente si intentara llamar a una Cruzada lo meterían en un manicomio y lo tratarían con litio. Pero lo cierto es que tardó mucho en levantar la voz. ¿Cuándo lo decidió? ¿Tal vez cuando alguien le dijo: «Oye, Paco, ¡que es que están matando a los tuyos!». Pero eso debió ocurrir no hace mucho.

Me queda una cosa más por decir. Espero que los tontiprogres a los que el Islam les fascina caigan del burro de una puñetera vez. Y que no crean que esos islamistas (¿islamistas moderados? Eso no existe allí donde mandan) van a distinguir entre católicos, protestantes, agnósticos o ateos si alguna vez toman el poder. La sharia es totalmente excluyente. Y sería lamentable que todos tuviéramos que sufrirlo porque una gran parte de estos tontiprogres no quiso abrir los ojos o estaba ahíta de comer gambas.

Finalizo con el dicho una imagen vale más que mil palabras. Aquí la prueba.

Un comentario en “Abendland

  1. De esta nueva entrada me quedo, sobre todo, con la última parte, la de los tontiprogres. Me hace recordar su entrada sobre el Real Madrid y su escudo y, dado las alianzas de este afamado y exitoso equipo de futbol y algún país de esos donde peinan turbante, quizá sea la hora de que nuestras alianzas sean revisadas y seamos mas exigentes. Los atentados de Francia, sumados a los anteriores sufridos en distintos países, deben de ser condenados, en primer lugar, por todos y cada uno de esos gobiernos musulmanes, como hacemos en los países occidentales cuando asesina ETA, el IRA cualquier zumbado por ahí.
    Estos paises deben de tener claro que el fundamentalismo de sus fundamentalistas nace entre ellos y a ellos les corresponde erradicarlo. Como no se pongan las pilas, y rapidito, esto irá a mas y cada vez que veamos un rasgo moruno, cualquiera puede pensar que la «yihad» está cerca.
    Ya está un poco bien de consentir lo que se consiente. Ya basta de barbarie amparada en la civilización occidental. Ya es hora de poner los puntos sobre las ies, sin que paguen justos por pecadores, pero con un par cojones.
    Volviendo al Real Madrid, los petrodólares están bien si hay confianza mútua y esta se percibe en toda la sociedad.

    Un saludo

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Gotas que me vais dejando...

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