Pactos
Susana tiene que meditar muy bien con quién va a pactar. Sus votantes verían un pacto con el PP como contra natura, después de toda la propaganda que durante años han tenido que tragar los andaluces. «¿Paztá con lo zeñorito de la deresha? ¡Amoanda!». Da igual que muchos no se den cuenta de que los zeñorito votan hoy PSOE y de que el panorama refleja a la perfección el último párrafo de Rebelión en la granja. La publicidad de la marca, grabada a fuego, lo aguanta todo.
Pactar con Pablemos sería reeditar el pacto con IU, pero con mayores dolores de cabeza. Sería pactar con una individua que ha pretendido someter la celebración de la Semana Santa a referéndum (el «palo a la sotana» siempre es un revulsivo para alguna izquierda patria) y que poco más y se le ocurre pedir el cierre de la Maestranza por «defender los derechos de los animales». Pobrecica, no da pa má.
Finalmente, puede pactar con C’s, pero los naranjitos le han puesto como condición que se quite de encima las «50 sombras de Chaves y de Griñán». Problema: ahora tiene legitimidad de origen, pero en el fondo sigue siendo la recaera de la tienda. Y si se le olvida, ya le mandará Zarrías un recao envuelto en un mandil para refrescarle la memoria. Puede que la omertà siga funcionando. De hecho funciona mejor que en Nápoles y en Palermo juntas.