En mi opinión, sin embargo, el golpe de gracia a su candidatura son sus propias declaraciones: sendas entrevistas en «El Mundo» y en «El País», así como apariciones diversas en televisión. De ellas se desprende que el discurso de Tamames en la tribuna iba a consistir, aparte de decir que «la situación en España es una porquería» y «mira cómo la están dejando», en unas palmaditas a Sánchez y unos capones… a VOX. Para colmo, cuando Espinosa de los Monteros hace como que llama al orden al «candidato», a éste no se le ocurre otra cosa que filtrar su propio discurso. Unas 34 páginas, dicen. Y para más inri, filtradas al juguete de Nachete («El piario»).
La puntilla de la inidoneidad del señor Tamames nos la dan esas declaraciones en que dice que «2017 fue «la gran ocasión perdida para hacer de España una Nación de naciones«». Es decir: al mismo tiempo que apoya sin reservas a los separatistas golpistas, se alinea con el ZP que engolaba su voz para decir aquello de que el concepto de nación es discutido y discutible.
También, a mi juicio, le descalifica por completo su defensa del «derecho» de la mujer a abortar. No estoy seguro de que VOX rechace todos los casos en que la ley lo permite, las famosas indicaciones: terapéutica, eugenésica y moral. Parece ser que este señor, en una entrevista que le hicieron en 13TV, se mostró a favor de defender el aborto en los casos de detectar un síndrome de Down (eugenésica). En referencia al fallido proyecto de ley del aborto del Gobierno de Mariano Rajoy, en el que se abandonaba el aborto libre en función de los plazos y se combinaba con los supuestos, el también economista «consideraba un «disparate» no facilitar la interrupción del embarazo en estos casos porque la vida futura de ese feto sería «desgraciada«». Lo mismo que los nazis pensaban de los «deficientes» y, probablemente, también los comunistas, aunque se guardarían mucho de decirlo. Y ahora que en España, al parecer, el derecho a la vida es también «discutido y discutible», pues…
Todo esto suena muy extraño. Y la palabra payasada («Señor de rojo sobre Abascal gris») se nos empieza a venir a la mente. Uno piensa: «Moción de censura. Presentada por un partido que no es el primero de la oposición. Presentada por un candidato que no es el presidente del partido que la presenta. Presentada por un candidato que, en el remoto caso de que se ganase la moción, no tendría más margen que para el saque de honor, ése que se reserva en los partidos de fútbol a las figuras del arte, la política o del deporte jubiladas.
Hagámonos la famosa pregunta de Cicerón en sentido inverso: Quis nocet? ¿A quién perjudica todo esto? En mi modesta opinión, al propio Santiago Abascal. Por alguna razón (ambición política aparte), alguien quiere «hacerle a Abascal un Macarena». Alguien quiere quitárselo de encima. Parece ser que VOX ha alcanzado tamaño suficiente para que, en opinión de algunos, pueda a optar a entrar en la cueva de los 40 ladrones. Y Santiago Abascal les molesta porque (mientras no se demuestre lo contrario), tiene principios. Algo muy molesto para otros que le rodean, que están hartos de rascar banquillo y quieren pillar cacho ya.
Que se ande con cuidado Santiago Abascal. Algunos que le rodean se fingen «grandes amigos suyos» y sólo quieren ocupar su sitio. Probablemente, para desactivarlo y que «las cosas cambien para seguir igual». Da igual si Roma «paga o no paga traidores». En la política, como en la vida, la traición a la larga no suele reportar beneficios. También va para Tamames, si bien en su caso, muy a la larga no podrá ser.
Un apunte final. La expresión que encabeza esta serie de entradas proviene del rico español de México. «Allende la mar océana», que diría el poeta, la expresión se presenta en dos formas: «No manches» o «no mames», a la que suele acompañarse la palabra «güey» (tío). Los españoles somos bastante menos finos en este punto, razón por la cual el equivalente patrio de esa expresión sería «¡No me jodas, tío!». Pues eso, Tamames: no mames. No nos jodas prestándote a esta payasada que, en realidad, sólo tiene beneficios para tres grupos de personas:
a) Para el PSOE y Sánchez, porque Tamames no le iba a hincar mucho el diente.
b) Para el PP, porque al ponerse «a cubierto», cree que no le va a salpicar el ridículo.
c) Y para los que, desde dentro de VOX, quieren defenestrar a Santiago Abascal, demasiado recto para su gusto.
El que tenga ojos, que lea y entienda.
P.D.- Y mientras tanto se habla de esto, desaparecen de la actualidad el caso Tito Berni y el malestar causado por las llamadas cuatro leyes. Tal y como les decía, unha perna tapa a outra. O «¡Circo, más circo!», que clamaba Shostakovich en los ensayos de su burlona Novena Sinfonía.