Surrealismo en estado puro. Una huelga que se monta después de tres meses de ocurrir el hecho que pudo haberle dado fundamento. Unos sindicatos convocantes que son meras correas de transmisión del Gobienno Despaña. ¿Por qué? Porque los tiene agarrados por… las subvenciones. Generosas subvenciones, muy generosas subvenciones: «Tú no me tocas las narices y yo te doy todo el dinero que me pidas». Después de eso, como ustedes comprenderán, predicar la «independencia» de los sindicatos tiene tanta gracia como un monólogo de Paramount Comedy.
¿De qué otra forma Toxo y señora se podrían haber marcado un crucerito rollo delicias bálticas, o Méndez haber «organizado las últimas acciones sindicales» en los restaurantes más caros de Madrid? ¿Con las cuotas de los afiliados actuales? Ni de coña. Hoy Méndez y Toxo son tan «políticos» (en el peor sentido de la palabra) como lo puedan ser ZP o Rajoy. Ítem más: si revisamos el currículum obrero de estos dos pájaros, resulta que ninguno de ellos llega a los 5 años de servicio en empresa alguna, y entre los dos no llegan a los 10. Muy obrero, sí señor. O muy socialista, también, pero de ese socialismo que sólo ha visto el pico y la pala o el azaón en foto o dibujo de la Enciclopedia Dalmau-Carles.
Y a cambio de todo eso, los políticos no tocan el derecho de huelga, pendiente de regulación por ley orgánica desde hace 28 años. Recuerden ustedes que lo que hoy regula ese derecho es un Real Decreto ¡preconstitucional! (RD 17/1977), al que sólo una sentencia del TC de 8 de abril de 1982 le lavó un poco la cara (no mucho, por cierto). Regulación que permite a estos señores amenazar y coaccionar a la ciudadanía cuando le conviene.
¿Qué significa esto? Primero: que de nuestros bolsillos sale el dinero para financiar a unos sindicatos que, cuando graciosamente deciden hacer huelga, resulta que pueden partirles a ustedes la cara si pretenden llevar a la práctica la peregrina idea de ejercer su derecho al trabajo.
Segundo: que, como «políticos» que son, trabajan exclusivamente por y para su propio interés. Por eso la huelga no se hace cuando el trabajador lo pide o necesita, sino cuando al sindicato, en función de las circunstancias actuantes, le interesa. Socialismo en estado puro: las necesidades de (los capitostes de) la organización por encima de los derechos individuales, que son una murga. Por eso se hace la huelga (en Madrid, al menos) contra Esperanza Aguirre y la derechona. ¿Y eso? Ah, es que Esperanza ha tenido la osadía de poner a trabajar a los liberados. Eso es un abuso intolerable de autoridad, naturalmente. Ya los liberados se ven como negros en una plantación de algodón de Georgia, en la América profunda del siglo XIX, trabajando y salmodiando en plan gospel:
¡Qué malvada es la derechona, que nos ha puesto a trabajar!
Para que tengan el cuadro completo, pongan ustedes a Paloma Adrados, consejera de Trabajo de la CAM, como un perverso y horroroso Massa Moore con faldas, y a José Ricardo Martínez con los arreos de Kunta Kinte. O de lead voice del góspel , en su caso (si no les sale, prueben a pintarles las caras con betún).
Y eso es lo que vamos a tener el miércoles. Una juerga en la que, probablemente, sólo habrá problemas allí donde gobierne el PP. Qué irónico que el único contra el que no se hace la huelga es… el Gobierno. Pero es muy lógico: perdida la independencia (y con ella la dignidad), nadie muerde la mano que le da pan. Ah, y el que quiera sindicatos, que los pague. Y casi les digo que el que quiera partidos, también. Pero eso lo desarrollaremos en un post próximo.
Mientras tanto, yo dedico a Toxo y Méndez esta canción, que es de uno de los suyos y los retrata tal cual son: ¿lo adivinan ustedes?
Estos sinvergüenzas se aprovechan de los trabajadores como cualquier caciquillo cateto, entre crucero y langostinos. No quieren decir cuantos liberados tienen, ni cuantos afiliados les pagan porque sería para llevarlos al juzgado de cabeza. Estos sindicatos «mayoritarios» no representan a nadie son solo meretrices gubernameltales pero el 29 defenderán sus privilegios a torta limpia, eso seguro, y cuando acabe la juerga los españoles deberemos pagar todas las pérdidas que se produzcan.
El que no lo quiera ver o es tonto o es como ellos.
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Ya te digo. Una razón más para que aquí se funde o crezca el Estaca Party… 🙂
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Pues no estaría mal, mira tu..
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