Zetapé, quién te ha visto y quién te ve. Han bastado 8 años para que el gremlin ocupante de la Moncloa diera un giro copernicano a su política de defensa. Eso no debería sorprender a ustedes, porque a fin de cuentas ZP es un sujeto que fía más a la geometría variable que al sentir del pueblo, la «voz de la calle» cuyo sonido reclamaba que fuese escuchado por el señor de los bigotillos (y que ahora tan descaradamente ha desoído).
También es muy significativo el silencio de los borregos de la zeja, ésos que justamente hace 8 años se desgañitaban contra Aznar, y le decían de todo menos bonito. Cabe imaginarlos reunidos en el edificio del Círculo de Bellas Artes de los Madriles (antigua cheka, cómo no), discutiendo qué postura tomar ante este giro copernicano, este volantazo que ha dado nuestro Gran Timonel…
–Bueno, ¿qué hacemos? –inicia la sesión Almudena Grandes, la de las monjas y los mineros sudorosos–.
Pilar Bardem le responde, dubitativa:
–Hija, es que nos lo ha puesto muy difícil esta vez. Lo otro era más fácil porque no gobernaban los nuestros; pero que los nuestros hagan lo que esperaríamos de los otros…
Tercia Alberto Sanjuán:
–Nada, nada, que esto es culpa de la COPE, la Conferencia Episcopal y el PP. ¡Hay que acabar con ellos!
Las dos próceres le miran con desaprobación, torciendo el gesto, y dice Grandes:
–Deja eso que ya no cuela.
–Ah, bueno –dice Sanjuán y se calla.
Total, que tienen montado todo un cirio epistemológico y existencial. Mientras tanto, los españolitos de a pie se preguntan qué se nos ha perdido a nosotros en las arenas libias, cuando:
a) Estados Unidos da a entender que preferiría largarse de allí.
b) Alemania no va porque es período electoral y no conviene que mueran soldados alemanes allende las fronteras de su país (además, al parecer no tienen a ningún Rommel entre las tropas que en otras circunstancias les hiciera quedar bien).
c) Italia, que ya ha amenazado con retirar sus tropas si no se trata de una misión humanitaria.
Et la France? No sabemos cuáles son exactamente los intereses de la France en la zona, aparte del petróleo y otros convenios comerciales que puedan existir. Además, no hay gobernante que resista la tentación de entrar en la Historia gracias a una guerra. Sarko, que se cree ahora Napoleón redivivo, pretende matar unos cuantos mosquitos a cañonazos en Trípoli. Pero claro, como queda feo que vaya él solo, vistas las reacciones de los amigos (supongo que la reacción de frau Merkel le habrá decepcionado muchísimo), Sarko, ni corto ni perezoso, habrá descolgado el teléfono desde el palais de Matignon llamando a Moncloa…
–Mi querido Monsieur Zapatego… Hace muchos días que no hablaba con vos… Comment allez vous?
–No, si comentar no hay mucho que comentar… –farfulla Zapatero, que no es muy ducho en tema de idiomas. Además, está dolidísimo porque la Gaceta, ese diario de la caverna, ha publicado que el 2 de abril ZP iba a despejar la duda de si se presentará o no a las elecciones de 2012 y los barones están por pedir su cabeza en vez de apoyarle.
–Bon, bon… Bueno, lo que os quería plantear es que tengo una cuenta pendiente con Libia y quisiera saber si puedo contar avec vous para cette voyage.
ZP no vacila un segundo:
–Claro que sí, Nicolás. Conmigo puedes contar para lo que te haga falta.
–Oh, c’est magnifique! –Sarkozy revienta por los costados de satisfacción–. Nous ferons un gran pacto, une grande entente, mon cher ami! Desde lo alto de cette jaima, quarante soldats nous contempleront! –añade, entusiasmado–.
ZP no ha entendido lo de la entente, pero le ha quedado clara una cosa: que su métier es ir detrás del amo francés y meterse donde le ordenen. Ahora lo único que le queda es vender que para una intervención humanitaria como la que se prepara en Libia. Lo malo es que, sin darse cuenta, ya ha dado órdenes de que partan aviones y se cedan bases para uso, sin avisar al Congreso. «Obama lo ha hecho y nadie se lo ha echado en cara», se dice, apartando la idea de una posible reprobación.
Dicho y hecho. ZP comparece en el Congreso para pedir un permiso que ya se ha tomado y en la plúmbea sesión únicamente destaca Gaspar Llamazares, que sabe que en 2012 se va forzoso. Rajoy está muy comedido («Noshotrosh shomosh un partido de centro reformishta y no bushcamosh la crishpación») y parece más que le da unas amables collejas obligado por su papel de «partido principal de la oposición». Al final, para votar a favor de la intervención y hacerle la ola a ZP, que está encantado y se divierte, a pesar de todo.
¿Se habrán dado cuenta (o les importará) a los señores que han votado a favor de la intervención militar (de humanitaria, lo que un servidor de ustedes de astronauta) que si un soldado español muere, como no se ha reconocido que lo de Libia sea una guerra, ni a su viuda ni a su hijo (caso de que los tenga) no les quedará una pensión de viudedad/orfandad, dado que los ataques que se registren en la zona tendrán la consideración tan sólo de «actos terroristas» y no de «acciones militares»?