Congreso de los Diputados, 09.00 AM.
Rubalcaba: Son ustedes unos inútiles, están llevando a la ruina al país, no escuchan la voz de la calle, están hundiendo la economía, la sanidad, las pensiones públicas, quieren españolizar a todos los niños de este país, no son respetuosos con las realidades nacionales propias que tienen su base en la Constitución, bla, bla, bla…
Rajoy: No le voy a recordar a ushted cómo nosh dejaron el paísh cuando llegamosh. Parecía que no llegaríamosh, pero hoy esh una eshplendorosha realidad: la prima de rieshgo no shube, nosh hemosh alejado del bono bashura, En fin, Eshpaña eshtá haciendo sush deberesh y podemosh sher moderadamente optimishtash y bla, bla, bla…
3 horas después, durante el turno de palabra de Rosa Díez, mediante SMS:
Rajoy: Qué coñazo. ¿Te parece si comemos juntos?
Rubalcaba: Claro que sí. ¿Con o sin señoras?
Rajoy: Con. No va a ser comida de trabajo.
Rubalcaba: Bueno, ¿y dónde quieres?
Rajoy: En Arzak, como siempre, ¿no?
Rubalcaba: Mejor a Zurito.
Rajoy: ¿Por?
Rubalcaba: El dueño es amigo y el reservado cojonudo. Nadie molestará.
Rajoy: Vale, pero sin bichos. Que te conozco.
Rubalcaba: «¿Tanto tiempo, Mariano, y aún no me conoces?».
Rajoy: «Sed astutos como serpientes y mansos como palomas». Fin de la cita.
Rubalcaba: Ahí le has dado. Bueno, ¿hace?
Rajoy: Hace. En cuanto termine esta pesada nos vamos.
Rubalcaba: Ok.
Pues eso. Fin de la cita.