Tal y como les anunciaba aquí, la estrategia de Gamonal ha resultado plenamente exportable. Entrar como un trolebús en una manifestación apenas «legítima» y transformarla en unos disturbios de rojo subido. Ése fue el modelo ensayado con éxito en Gamonal, en Madrid… y ahora en Barcelona.
Para no repetir la historia, hoy seré breve (los de la chapa también lo agradecerán, supongo). Me centraré en un solo punto: la claudicación de las «autoridades». El esquema es básico: acción-reacción. El Ayuntamiento intenta desalojar a unos okupas de un edificio vacío para, según parece, recuperarlo como edificio urbano. La filosofía de la okupación dice que «lo que está vacío no es de nadie» (a la mierda el Registro de la Propiedad y sus asientos, ese invento burgués, kapitalista y degenerado), así que se meten unos cuantos en ese edificio. En principio al Ayuntamiento no le importa, porque no necesita el solar (a la mierda también los vecinos que han de soportar a los okupas, especialmente si son ruidosos y/o degradan la vida del barrio).
Sin embargo, cuando el Ayuntamiento sí necesita el solar comienzan los problemas. Dado que los okupas no respetan las leyes burguesas, kapitalistas y degeneradas, ni saben ni les importa que para acceder a la propiedad de un edificio sin más sean necesarios 20 años inter praesentes (y 30 inter absentes, que no es el caso). El Ayuntamiento, por su parte, interrumpe ese tracto sucesivo por la fuerza y dice: «Vamos a demoler ese edificio». Hay que desalojar a los okupas. Mal plan. Los okupas no se van. Y no sólo no se van sino que además llaman a otros camaradas, incluso del extranjero, para la resistencia.
Y cuando ya están todos reunidos, comienza la soirée musicale. En medio de ésta aparece Xavier Trias i Vidal de Llobatera (mención especial en el Gotha), queriendo ser un adalid del diálogo y del talante y se ofrece a negociar con los okupas. Los okupas demuestran que son capaces de hacer frente a las fuerzas del orden: imponen tácticas de guerrilla urbana y provocan –por ahora– destrozos valorados en 200.000 euros. Es intolerable. Los vecinos están hasta las narices. El alcalde está que echa chispas, pero por otro motivo: «¿Cómo es posible que estos brètols hayan provocado en cuatro días unos destrozos por más valor de lo que yo aporto a la construcció nacional en un año?». Le tiene en un sinvivir y el pobre está deprimidísimo.
Así que Xavier Trias i Vidal de Llobatera (mención especial en el Gotha) decide claudicar «para evitar males mayores». Los okupas han ganado: el edificio okupado no se va a demoler. El dinero se recuperará por el procedimiento habitual, es decir, subiendo los impuestos a los vecinos del barrio i tots contents. Bueno, todos no. Parece ser que ya ha aparecido una plataforma vecinal que pretende impagar esos mismos impuestos municipales. Entienden, con muy buen criterio, que no van a pagar impuestos a un Ayuntamiento que no les defiende (21.1.i LBRL) y que está más preocupado por la construcció nacional que por el bienestar de sus vecinos.
La pregunta, pues, queda en el aire: ¿el Alcalde está para cobrar a fin de mes o para resolver los problemas de la ciudad en aras de un mayor bienestar ciudadano, reprimiendo aquellas situaciones que lo perjudican? Teniendo en cuenta que cobra 140.000 euros públicos (casi el doble que Mariano), debería haber puesto mucha más diligencia en resolver esto de la forma más rápida y contundente posible. Me he enterado de que en Berlín, no hace mucho, hubo unos incidentes parecidos y el alcalde berlinés no tuvo inconveniente en mandar a la fuerza pública. A los okupas les okuparon las costillas con una buena manta de palos, hubo las consabidas detenciones y se acabó el problema.
Estaría bien que los barceloneses tuvieran un alcalde al que no le temblara la mano. Y que si le tiembla, lo mejor es que supiera retirarse y dejar paso a otro más valiente frente a aquellos que no le dejan robar en paz subvertir la legalidad vigente. Pero tal vez estos incidentes hayan tenido un punto bueno: les dan a probar a los nacionalistas de su propia medicina, cuando dicen no respetar las asquerosas leyes de l’Estat espanyol. Y de cara al movimiento okupa en general, sería bueno que las FCSE contaran con el apoyo explícito de los políticos gobernantes cuando sigan el consejo francés cherchez l’argent. Es decir, cuando busquen respuestas a la pregunta d’on surten les misses? Que ya el hecho de que estas «reuniones» reciban el nombre de black sabbath pone los pelos de punta a cualquier persona con dos dedos de frente.
Pero tranquilos. Que, como en aquel viejo programa de La Trinca, en Cataluña no passa res. En Madrit tampoco, no obstante. Vivir en una burbuja es lo que tiene.