Nos faltaba por examinar la inoperancia de Europa, cosa que haremos en dos partes. O, más exactamente de la UE, que no es lo mismo que «Europa». También dijimos en su momento que Bruselas fue responsable de la mal llamada crisis humanitaria al abrir sin más los brazos a los refugiados. No menos Angela Merkel, que se comprometió a acoger nada menos que a un millón de Fluchtlingern, como los llaman allí; medida que los gilipollas socialdemócratas, representados en la persona de un quídam que atiende por Falk Gebhardt, aplaudieron con las orejas justo antes de los hechos de Köln.
El buenismo idiota de la casta política europea (y de sus ramificaciones nacionales) ha llevado a decir que la cultura musulmana es «respetable». ¿Respetable? ¿Es respetable someter a una mujer hasta límites inconcebibles, llegando al extremo de pegarla si hace falta? ¿Es «respetable» el hecho de que aplaudan el colgamiento de homosexuales en Irán (que aquí no practican porque no se les dejaría… aún)? ¿Es «respetable» practicar a las niñas la ablación genital (lo hacen en la UE, pero de extranjis porque saben que abiertamente no podrían?) Esto es lo que la merma entiende como «respetable»:
Como siempre, ¿qué tenemos enfrente, es decir, de nuestro lado? También como siempre, las redes sociales se han llenado de campanudas declaraciones de los políticos europeos, y los portadores de mecheritos están haciendo su agosto. «Tous sommes…«, ya saben. La UE no quiere darse por enterada de que le están haciendo la guerra. Ese pacifismo suicida que recorre el territorio de la UE del uno al otro confín. Es una táctica muy ensayada y muy eficaz: recuérdese a Miguel Ángel Blanco. La ola de ira que provocó su asesinato hizo que los etarras tuvieran miedo de salir a la calle. ¿Cómo se «calmó» esa ola de ira? Muy simple: en cuanto aparecieron las «manos blancas» (¿»manos blancas no ofenden»?) y los mecheritos, adjuntos a un argumentario del tipo «no somos iguales a ellos» y otras chorradas sentimentaloides. Lo que para ellos es la «señal» de que pueden seguir golpeando en el mismo sitio. Y lo que traducido a las circunstancias actuales es que hemos concedido a esos terroristas la «libertad de explosión»: no sólo de volarse ellos, sino y sobre todo, de llevarse a un buen puñado de infieles por delante. Qué democráticos somos, ¿verdad? Hasta permitimos que unos locos religiosos nos asesinen a bombazo limpio. Pero curiosamente, la culpa es de «las religiones».
Ítem más: los ¿líderes? europeos no querrían ni por un momento que surgiese un Pierre d’Amiens que convocara a una Cruzada. Malísimo para sus negocios. Pas mal, mon ami! A los culs-gros de Bruselas les asusta tener que hacer su trabajo, una de cuyas facetas incluye el mantenimiento de la paz y la seguridad en el territorio europeo. Pero al mismo tiempo les asusta que surja alguien que, aunque no fuese al grito de Deus vult!, llamara a los europeos a defenderse de la invasión silenciosa musulmana.
Por eso, a alguien que sí podría y muy en serio, como Viktor Orbán, la eurocracia masónica de Bruselas y sus lacayos le persiguen con saña. No sólo por ser católico, que ya es anatema; sino por rebelarse ante el europeísmo de horchata promovido por Bruselas, que apenas encubre un ansia de esclavización. Quienes lo promueven saben perfectamente que mientras Europa siga siendo ejemplo histórico de valores humanos (aunque ya sólo sea «histórico» y no actual), siempre habrá posibilidad de resistencia. Y es peligrosísima —para los intereses de esa eurocracia masónica— una religión que proclama la dignidad esencial de la persona humana, frente a aquellos que quieren un «hombre nuevo» modelado a gusto del Estado (hombre-bonsai, sin duda). Es recomendable la lectura de 1984 a ese respecto. Por de pronto, ya han conseguido que la Iglesia (al menos en España) se dedique a contemporizar, en vez de defender vigorosamente sus principios cuando alguien los agrede. Delenda est Europa.
Ya veo que no se ha tomado vacaciones, o si se ha tomado, expresa igualmente su sabia opinión respecto a los atentados de Bruselas.
No conozco Belgica ni sus leyes. Pero el hecho de saber que la policía belga tiene prohibido hacer detenciones de noche, sumado a que el barrio de Mollenbeek es un barrio musulmán plagado de radicales, me hace pensar que los yihadistas lo tuvieron muy fácil para atacar y protegerse en la mismísima capital europea. Dicho de otra forma, atacaron al país mas débil, no por falta de medios, sino por «tontolabas».
Muy buenas sus tres últimas entradas al respecto, señor Aguador.
Aprovechando este comentario mío, lo quiero completar con este enlace. Se trata de un ejemplo de lo que abunda por ahí con respecto a nuestro Ejército y la Legión en particular.
Un cordial saludo
https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=820749961386021&id=269212336568846
Me gustaMe gusta
Es precioso, Pablo, me ha encantado. Este vídeo me lo «pasaron» en mis tiempos de Facebook y reconocozco que es muy emotivo. Sólo de pensar que sostienes al «Cristo» en tus brazos y cantarle que le amamos, emociona. Lo mejor del vídeo es la firmeza, cantar con el corazón y no tener ninguna vergüenza de ello sino orgullo.
Feliz lunes de Pascua!.
Me gustaMe gusta
Es una pena que cuatro comunistas quisieran acabar con la tradición y raíces. Yo no provengo de familia militar, pero es una falta de respeto muy grande intentar anularlas. Creer en Dios y sentirse español iba intrínsecamente unido en tiempos pasados. Los actuales son de pena. ¿Qué tradiciones nos quedan? Si encima se ríen de Dios, lo que nos queda es una sociedad de mierda.
Eliminar nuestras tradiciones cristianas nos lleva a lo que tenemos. Si eso desea una mayoría, debemos ponerles impedimentos la minoría.
Vivimos tiempos de un egoísmo absurdo puesto que egoísta es la mayoría y el rebaño que le sigue. Es como el «gallo» entre gallinas. Parece ridículo que Podemos sea capaz de demostrar chulería y poder, con ataques a nuestras tradiciones, mientras un rebaño adulador afirme su razón.
Los medios han sabido manipular muy bien esa «insatisfacción», esa dejadez de valores, esa confusión social. Las familias se han quedado solas y perdidas. Una Iglesia dividida en mil «grupitos de colegio». Iglesia que huye del compromiso, que pretende quedar bien para no incomodar.
El problema del ser humano es la batalla a librar, primero consigo mismo y después con la sociedad. Si la familia está robustecida por esos valores cristianos y se transmite, estoy segura que aunque pasemos crisis, las superaríamos. Los musulmanes no tendrían territoria que conquistar y se fastidiarían.
Pero mi opinión personal es que el cristiano de a pie ya ni reza. Le da vergüenza demostrar que es débil y que necesita rezar. Las tradiciones se pisan porque todo lo que tenga que ver con Dios nos trae problemas. Ya lo dijo Jesús mismo, con Él no vendría la Paz sino la división. Unos creerán, otros no.
Me gustaMe gusta
Amigo Pablo:
Te recomiendo que leas la entrada «Molenbeek me partió el corazón» en este mismo blog para entender un poco lo fácil que fue para estos terroristas aprovechar el caos organizativo de Bélgica, empezando por el hecho de que es en realidad un país partido en dos regiones (flamencos y valones) y que entre ellas no se pueden ver ni en pintura.
Pero hay algo que me asusta más. En Cataluña hay aproximadamente medio millón de musulmanes. Sería terrible que una célula yihadista pudiera atentar en Madrid o Barcelona (o cualquier gran ciudad) y pudiera encontrar cobijo temporal en Barcelona y sus alrededores, como esos terroristas lo encontraron en Molenbeek y en otros lugares.
Saludos,
Aguador
Me gustaMe gusta
Tiene razón Aguador cuando dice que es peligroso cohabitar con tanto indeseable camuflado entre la gente de bien.
Por otra parte pienso, y quiero creer, que nuestras Fuerzas Armadas y de Seguridad del Estado están suficientemente preparadas y coordinadas para mitigar todo lo posible otro 11-M, aunque hay que ser realistas y reconocer que la seguridad 100% no es posible.
Ahora mismo se debe de dar a enemigo un mensaje de unidad contra ellos. No debería de haber ni una sóla duda ni fisura en este tema. Es doloroso ver a gente, como Josu, comentando en contra de La Legión en la página de facebook de Podemos, y que añado a mi comentario anterior. No es el único que «blasmemia» contra quien les puede proteger y defender, llegado el caso, y lo hacen alentados por la decisión de los iluminados políticos a los que siguen. Eso es, a mi juicio, una fisura peligrosa.
Me gustaMe gusta
Querida Adela:
Europa tiene que recordar quién es. Mientras no lo recuerde, no podrá oponerse con firmeza a aquellos que quieren destrozarla (lleven turbante o no). Yo soy de los que opina que debe recuperar su historia cristiana y sus valores cristianos, algo que ya dijo (fíjate si ha llovido) nada menos que Juan Pablo II. La cancelación de la Ostpolitik y la caída del Muro no han significado el cese de las amenazas a este espacio de libertad que todavía llamamos Europa, sino todo lo contrario. Y lo que nos queda por ver, me temo.
Me gustaMe gusta
Gracias, Luis, por responder.
Quiero dejar una reflexión que tiene que ver menos con el tema musulmán y sí con nosotros mismos. Hay muchas formas de otorgar poder. Unas, no siendo muy «buenos practicantes» cedemos terreno a los que no creen. La maldición humana es la autosuficiencia y la ambición de poder. Ya no hablo de Europa, hablo a nivel mundial. El que tiene poder o título que le concede poder, no cede a tener competencia. Quiere ser el mejor y el único que es mejor, no acepta iguales. Esto en manos de seres tan limitados como nosotros supone llevar una bomba a cuestas todos los días.
Quiero contaros una experiencia sin delatar al personajillo.
«Conocí a alguien que tiene mucho éxito en su campo como científico y reconocido con prestigio en esos ámbitos. Es una eminencia, en algunas áreas es conocido mundialmente. Con sólida experiencia de años, en la flor de su carrera profesional, ganando muchísimo dinero. Tiene a su cargo un graduado, con el que juega al tenis por las tardes. El graduado le gana siempre. La eminencia mundial en materia científica se siente tan «eminentemente jodido de que le ganen», que el graduado lo nota y piensa: «Debo dejarle ganar, porque si no, el tipo se pone de mala leche y no hay quien le aguante». Juegan todos los martes por la tarde, y el graduado deja ganar a la eminencia. Yo estuve en una celebración donde conocí a los dos. El graduado ya se convirtió en doctorado, hace broma y confiesa: ¿Sabe? Es usted una eminencia científica, pero jugando al tenis le ganaba yo, el graduado». La eminencia se sintió terriblemente humillado delante del resto del personal, tan eminente como él. Y sacando todo su «honor y egolatría», respondió: «Esto no es verdad. Te dejé ganar siempre yo». Y una piensa: «¡Será posible!» Pero qué idolatra de mierda es el corazón humano que no admite competencia en ningún ámbito!. Si el eminente imbécil y patético era una eminencia en el campo de la ciencia, no admite rivales en ningún otro campo. Mi pregunta es: «¿Puedes dejar a alguien que esté a tu lado ser mayor que tú?».
Así es, cielo, en todos los ámbitos.
Me gustaMe gusta
Estimada Adela. Me voy a atrever a responder a tu pregunta sobre si » se puede dejar a alguien que esté a tu lado ser mayor que tu».
Yo creo que hay que partir de la base que nadie es igual a nadie ni en inteligencia ni en personalidad ni en habilidades. Por acortar diré que hay personas mas perfectas que otras en su personalidad, inteligencia, habilidad…, y otros, como el «cenutrio» que mencionas antes, que será una lumbrera como profesional, pero un completo inutil como persona. Quizá este hombre tan brillante, a lo largo de su vida, debería de haber dado tanto lustre a su carrera profesional como a su persona. Lo mismo que se da lustre a los dos zapatos y no sólo a uno. Imagina el lustre que pierde el mas brillante.
Me gustaMe gusta
Cierto, Pablo. Muy cierto y lo tendré muy en cuenta.
Mil gracias por responder. Me encanta compartir con vosotros este oasis de fe y de paz..
Un fuerte abrazo a los dos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Reblogueó esto en Ramrock's Blog.
Me gustaMe gusta