Por su interés, a pesar de la amplitud del texto, cuelgo estas reflexiones extraídas del canal de Youtube Fortunata y Jacinta. Absténganse trolls e hispanófobos en general.
Buenas tardes a todos:
Como imagino que muchos de vosotros no tenéis Twitter, he pensado que podía ser interesante que os dejara esta información por aquí, por si queréis utilizarla. El caso es que, como respuesta a la intensificación de los ataques perpetrados contra símbolos históricos de tradición hispánica en EEUU y otros lugares del mundo, el pasado sábado 20 de junio publiqué en redes sociales 16 escuetos puntos tratando de explicar por qué España nunca se vio comprometida de modo sistemático ni con la explotación esclava, ni con la exclusión social, ni con la aniquilación deliberada de pueblos enteros por motivos raciales.
1º La prohibición de esclavizar al vencido es establecida por Isabel la Católica y esto supuso tal revolución conceptual que resultó incomprensible para mucha gente de la época. Las Leyes de Burgos (1512) establecen la naturaleza jurídica del indio como hombre libre con todos los derechos de propiedad.
2º No podía ser explotado y podía trabajar a cambio de un salario justo; se establecen horarios laborales, se exime del trabajo a los menores de catorce años, se respeta la situación social de los indios caciques y de sus descendientes, se prohíben los castigos físicos, etc.
3º El derecho de conquista se basaba en tres fuentes: el derecho romano, el medieval y el Pontificio. España cumplía con los tres, pero Carlos I detiene la conquista para determinar si es o no legítima desde el punto de vista moral.
4º En la Controversia de Valladolid se cuestionan estos tres derechos. De ahí sale la figura del «Protector de Indios» y el moderno derecho de gentes. Nunca antes se había preguntado un pueblo vencedor dónde empezaban los derechos propios y dónde empezaban los del vencido.
5º Por primera vez en la historia el poder político se somete a la filosofía moral y son los juristas y teólogos de la Escuela de Salamanca quienes realizan esta labor prefigurando el Derecho internacional y los llamados «derechos humanos».
6º Una de las primeras consideraciones que reconocieron los teólogos y juristas españoles del siglo XVI fue que las sociedades indígenas no eran amorfas (tal y como sugería el agustinismo político), sino que eran sociedades ya constituidas cuya formación implicaba el desarrollo de una racionalidad técnica, jurídica, artística y política.
7º El racionalismo tomista venció en España al agustinismo político, que fue el seguido por los protestantes. Este racionalismo tomista reconocía la racionalidad del indio y supuso, por eso, el reconocimiento también de sus derechos, entre otros el de ser propietarios de sus tierras.
8º Eso no quiere decir que la acción del Imperio español fuese angelical: hubo abusos individuales igual que los hay en nuestras sociedades actuales a pesar de la ONU, a pesar de la Declaración de Derechos Humanos de 1948 y a pesar de nuestras avanzadas democracias y de nuestros refinados códigos penales. Por eso es tan importante la distinción entre finis operis y finis operantis que, de forma grosera, podría extrapolarse a otros ámbitos. Por ejemplo, ¿la norma objetiva de la policía en EEUU es masacrar negros? De cara a quienes cantan «el Estado opresor es un macho violador»: ¿acaso la norma objetiva, positiva, del Estado español o del chileno es discriminar, violar o alentar el asesinato de mujeres?
9º En la América española se estipuló una educación legalmente interracial y, gracias a ello, muchos indios estudiaron y se dedicaron a las leyes. Tenían cátedras de lenguas indígenas, cuyo conocimiento era obligatorio para todos los religiosos que ejercieran la enseñanza.
10º Se fundaron 25 universidades en toda la América española. Los portugueses no fundaron universidades. La primera en Brasil data de 1913. ¿Qué decir del imperio alemán en África y el holandés en Oceanía? Y la muy culta Bélgica no abrió ni una sola universidad en el Congo.
11º Colegio San Pablo de Lima: biblioteca más importante del continente americano con más de 40.000 volúmenes (frente a los 4.000 de Harvard fundada en 1636), libros no precisamente dedicados a la doctrina católica sino a las matemáticas, la arquitectura, botánica, medicina, etc.
12º Cultura musical barroca en la América española: los pobladores locales ocuparon sus lugares en el coro, como solistas, instrumentistas, copistas, constructores de instrumentos, compositores e incluso maestros de capilla.
13º Al igual que Roma extendía sus instituciones allá donde fuera, con el derecho romano a la cabeza, así España replicaba en América los Cabildos, que eran pequeños parlamentos descentralizados en las ciudades y cumplían una función legislativa. Luego estaban las Reales Audiencias (ejecutivo) y la Legislación de Indias (judicial). El Imperio español es el primer heredero del Imperio romano cuyo objetivo es ponerse al servicio político de todas las partes, orientándose a elevar políticamente a las sociedades consideradas más primarias. Por eso los territorios españoles de ultramar no eran «colonias» (entendidas en el sentido abrasivo del término, más moderno). Eran provincias, «reinos» gobernados por virreyes.
14º Este sistema se había ido construyendo en la Península desde el siglo IX: Cortes donde está representado el pueblo, las primeras con campesinos libres que pueden elegir señor, con municipios de hombres libres y amplia capacidad de decisión.
15º El Imperio se consolida manteniendo algunas de las estructuras políticas preexistentes, como la figura de una nobleza indígena hereditaria, los llamados curacas, siendo ellos quienes ocuparon los cargos principales de estos cabildos.
16º Los nativos americanos fueron considerados como súbditos de la Corona, tan españoles como uno de Salamanca, hecho que fue interpretado por la Europa del norte como una transgresión contra la pureza racial y un atropello a la higiene moral. En definitiva, es más fácil alinearse con ciertos zurcidores de la moral biempensante antes que enfrentarse a los hechos. Pero lo cierto es que todo esto lo aporta España objetivamente: no es una interpretación ideológica o interesada, sino una realidad que se ha ocultado a varias generaciones de españoles y de hispanoamericanos.
Hasta aquí el hilo presentado en redes sociales. Dicho hilo se viralizó en Twitter, dando lugar a un nutrido conjunto de objeciones, ampliaciones, precisiones y también insultos, simplificaciones y tergiversaciones de todo tipo. Este es el enlace a mi cuenta de Twitter por si queréis revisar el material que allí se ha generado: https://twitter.com/fortunayjacinta/s…
Es interesante advertir que hasta hace muy pocos años, apenas quince, el Columbus Day era celebrado en EEUU en honor de Italia (de forma extraoficial desde 1792; como fiesta federal a partir de 1934). Como ejemplo, lean estas declaraciones del presidente Truman: «Desde los días en que Colón descubrió América, incalculables miles de seres han venido al Nuevo Mundo desde las costas de Italia para contribuir con su esfuerzo a nuestra cultura y civilización. Ellos han seguido el trabajo de Cristóbal Colón, reviviendo el espíritu que él ejemplarizó y en este aniversario del afortunado final del intrépido viaje yo les saludo por la fiesta que ellos han representado en la historia de esta nación».
Aquellos que niegan la existencia de la ideología antiespañola, dirigida geopolíticamente contra toda la comunidad hispana, tendrán que explicar por qué el dedo acusatorio que hoy día justifica el derribo de las estatuas de Cristóbal Colón en distintos puntos de EEUU no señala, culpabilizándola, a la nación italiana y a los italianos, sino que se dirige, imperturbable hacia España. Y que conste que Colón, en efecto, cometió excesos en América, razón por la que fue traído a la Península con los grilletes puestos y vilipendiado por las calles de Granada. Traigo, por tanto, el caso de Colón para evidenciar las contradicciones que se viven actualmente en EEUU respecto al juicio moral de determinados hitos de su historia.
Lo que interesa subrayar es que mientras en EEUU esa ideología antiespañola puede servir para reforzarse internamente como nación, en los países hispanoamericanos y en España sirve para dirigir ese odio hacia dentro, creando facturas internas muy graves y un enorme extravío identitario. Y prueba de ello es que quienes con más esfuerzo han atacado el citado hilo han sido españoles, mexicanos, colombianos, peruanos, bolivianos, etc. En este vídeo (incluyo texto del guión: http://www.nodulo.org/forja/forja052.htm) exponía hace pocos meses cómo a principios del XX insignes representantes de las naciones hispanoamericanas sí sabían que se encontraban en abierta confrontación dialéctica contra otras plataformas geopolíticas, sabían que el enemigo no era España y que en la unión podía estar la fuerza (por supuesto, tampoco buscaban una especie de armonicismo tontorrón con España, sino posibles alianzas frente a enemigos comunes).
Por cierto, y para evitar suspicacias, sé bien que el ataque a los símbolos de tradición hispánica (estatuas de Cervantes, Isabel la Católica, Fray Junípero Serra, Oñate, etc.) es sólo uno de los efectos del Black Lives Matter, fenómeno complejo que tiende a ser interpretado en clave dualista (globalismo aureolar versus patriotismo; demócratas contra republicanos; globalistas contra Trump, capitalistas industriales versus capitalistas financieros, etc.), pero que precisará de análisis más precisos.
Salud a todos los hispanohablantes del mundo, a un lado y otro de los océanos.