Parece que la fecha de hoy es proclive a sesudas declaraciones institucionales. Los políticos lucen muy autosatisfechos de esta «democracia» (en rigor, régimen juancarlista) que durante más de 30 años los ha mantenido bien gordos y bien lustrosos. El famoso café para todos es lo que tiene: que hay para todos (hasta para éste, ya ven ustedes). Hay que verles cómo se congratulan de esta Constitución socialdemócrata (nuevamente y en rigor, tan Carta otorgada como el Estatuto Real de 1834 o la «Constitución de Bayona» de 1808). Y hay que recordar lo rápido que algunos se convirtieron en juancarlistas habiendo sido previamente hijos del Régimen. Pero claro, ésa es memoria histórica que «no gusta de ser recordada».
Podríamos optar por recordar todos los artículos de la Constitución que nuestros (presuntos) representantes incumplen o inaplican sin ningún rubor. Pero eso, me temo, ya lo hacen otros con mejor estilo e igual suerte que la de un servidor de ustedes: nadie les hace puñetero caso. Así que visto lo visto, mejor tomemos el día como es (una fiesta) y tratemos de divertirnos porque otra cosa no nos dejan.
Para ello les propongo esta melodía, muy, pero que muy bailonga. Y por dos razones: la primera, porque es un retrato perfecto de esta «casta parasitaria» (en expresión de Enrique de Diego, que parece haber hecho fortuna). Y la segunda, porque a más de un miembro (y miembra, no se nos enfade la Pajina) le traerá recuerdos de juventud en origen…