Liquidación y cierre (IV)


Dejemos por un momento las cosas en casa PSOE y volvamos a Génova, 13. La debacle es total y el sentimiento de que el marianismo se ha cargado al PP, una plaga. No hace falta que nadie le diga a Mariano la de Boabdil, porque Mariano nunca tuvo intención de defender nada que no fuera su propio culo. Sus amos, se trate de quienes se trate, han de estar muy contentos: la destrucción del centro derecha español es un hecho. Sobre todo, del sector conservador católico, que era el que más resistencia opondría a las reformas mundiales y europeas sobre el aborto y la eutanasia, que ahora el partido en el Gobierno quiere impulsar a través de un proyecto de ley presentado antes de la moción de censura.

Ahora las espadas están en alto. Feijóo se ha retirado a Galicia, mucho más fresca que las calientes arenas madrileñas. Aparece Casado, al que quisieron tumbar (fuego amigo, que no sé por qué lo llaman «amigo» cuando proviene de tus propios compañeros de partido) por un quítame allá ese máster; pero la pelea de verdad está entre las niñas asesinas, con un regusto muy Kill Bill (volumen 1, naturalmente). Cospedal sería La Novia y Soraya, O-Ren Ishii. Estarán de acuerdo conmigo en que el fondo musical de esta película sería Battle Without Honor or Humanity. Quizá los 88 locos podrían ser el ejército que tiene Soraya dentro del Partido y de las cadenas de televisión que controlaba cuando era la Vicetodo y, que a pesar de lo que diga Federico, no se han pasado totalmente al enemigo; algunos fieles le quedarán aún.


No obstante, parece que Casado va ganando puntos. Cospedal no tiene gran cosa —no hay tras ella una gran gestión ni de partido ni de ministerio— aparte de palmito y ganas de dirigir el Partido. Y en cuanto a Soraya, todo lo más que tiene son dossieres de todos aquellos a los que dio cargo, que se llevó de Moncloa tan pronto supo que los iban a echar a todos. El problema es que Soraya puso en funcionamiento la máquina de picar carne demasiado tarde, por lo que «sólo» pudo llevarse por delante a Cifuentes. Casado ha resultado ser más correoso y por ahora resiste el embate de los másteres. Con eso, al parecer, Soraya no contaba. Y es que el juego sucio, incluso dentro de los partidos, tiene su límite.

Permítanme un aparte respecto de la expresidenta. Tiene su aquél llevarse por delante a toda una Presidenta de Comunidad Autónoma por un quítame allá ese máster y un vídeo guardado como oro en paño durante siete años para que salga a la luz en el momento apropiado en el que Cifuentes sale actuando de una forma cuestionable. En cualquier caso, lo que entonces no se planteó ni se va a plantear ahora es la reforma de la financiación de las Universidades a través de másteres y otras filfas destinadas a políticos en ciernes al efecto de ganárselos para la causa. Tampoco creo que nuestro hombre en la Luna, Pedro Duque, consiga hacer nada. Creo también que si intentara hacer algo en la buena dirección se lo cargarían. No tomaron en su momento la Universidad al asalto para que venga ahora un pipiolo y les diga lo que pueden gastar y cómo, ¡no faltaba más!

El caso es que, los unos por los otros, .la casa sin barrer. Y a nadie —de la casta, se entiende— le importa. Volveremos sobre ese particular en la próxima entrada.

Un comentario en “Liquidación y cierre (IV)

Gotas que me vais dejando...

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