Barullo nacional 2


Voces clamantes

Sigo contándoles mis impresiones sobre el barullo nacional veraniego. Con todo, lo más representativo del barullo nacional veraniego ha ocurrido en dos de los partidos que aspiran a la regeneración política, que ya parece un mantra comercial. Pero vayamos por partes, que diría Jack el Destripador.

El más representativo ha sido el pitote que se ha armado en VOX. Partido que, de haberse desarrollado en condiciones normales hubiera supuesto una seria amenaza para el consexo socialdemócrata establecido entre PP-PSOE y sus adherencias comunistas y nacionalistas. Sería un buen candidato a ocupar el espacio vacío que el PP ha ido dejando por su «viraje a la socialdemocracia de centro». Recogían el hartazgo de muchos votantes de la derecha tradicional ante la pérdida de peso de los principios en el PP-de-Mariano, a pesar de los esfuerzos ímprobos de los tamagotchis peperos en señalarlos como unos «resentidos» y en »exigir que devolvieran el dinero» y otras tonterías diversas.

El 25 de mayo señaló el pistoletazo de salida para que los ánimos se fueran enconando. Los decepcionantes resultados electorales en las europeas deberían haber servido para que se sentaran todos a analizar conjuntamente las causas del descalabro y tomar las correspondientes medidas. En vez de eso, faltó autocrítica oficial (de forma no oficial sí hubo militantes que dejaron constancia de su propio análisis) y empezaron a surgir dos facciones que, poco a poco y modo iberico, no tardaron en enseñarse los dientes. Durante el verano los navajazos han volado como los misiles de Hamás a objetivos israelíes.

El que quiera abonarse a las teorías conspirativas tiene espacio, desde luego: desde «elementos del CNI infiltrados» hasta «elementos leales al PP que siembran cizaña y perjudican con sus actos a la imagen corporativa del partido»… pasando por «elementos de SCD que intentan fagocitar el Partido», o mezcla y/o combinación de todos ellos. Entre «negociaciones», «maniobras orquestales en la oscuridad» y otros sucedidos (ciertas cosillas que afectan a González Quirós, entre otras) la cosa, como diría Almudena Negro, está «entretenidísima»… si bien para aquellos que hemos manifestado agrado en la posibilidad de votarles es un espectáculo lamentable que a estas alturas no hayan dejado de volar los cuchillos, como si en una Nacht der langen Messer de todo un mes se tratara. Un totum revolutum que ya se ha cobrado la primera víctima: Cristina Seguí… que ya no sigue en el CEN.

Así, pues, ese partido está dividido extraoficialmente en dos: los oficialistas, que quieren modificar los Estatutos provisionales en un determinado sentido, y los voxistas, que quieren elevarlos el próximo día 20 de septiembre a definitivos, puesto que entienden que son más democráticos que la modificación que pretenden los oficialistas. Sería conveniente que ese congreso tuviera un efecto limpiador, porque en otro caso ya pueden despedirse de las elecciones municipales, que es donde en España se juega el poder de verdad. Y de las otras, no digamos.

El partido de Rosa Díez

Dejamos las espadas en alto en VOX y nos vamos al cotarro magenta. En el cotarro magenta uno se representa mentalmente a Rosa Díez e inmediatamente surge la asociación con la Reina Roja, ese personaje de Alicia en el país de las maravillas que pretendía cortarle la cabeza a todo el mundo. Porque, para empezar, a la Divina le gusta que la gente no piense. Y se ha rodeado de gente que es de su misma opinión, hasta el punto de que el partido no debería llamarse como se llama, sino «Unión, Progreso y Rosa Díez». La prueba sería el hecho de que hay más ex-afiliados de UPyD que afiliados a esa formación. Empiezas a usar la cabeza, a decir cosas sensatas y, en la mejor tradición sectaria, ¡zas!: Rosa te la corta. Que digamos que ocurre en todos los partidos de cierto fuste; pero queda más feo en un partido una de cuyas señas de identidad es —era— la regeneración política.

Hablando de cosas sensatas, sensato es lo que en UPyD va corriendo desde hace meses: la colaboración, en diverso grado según las propuestas, con Ciutadans. UPyD comparte con C’s espacio electoral y no pocos puntos de programa. Y sin embargo, mentarle eso a la Divina es, como dicen en Andalucía, «mentar la bicha». No quiere ni oír hablar de ello, con un énfasis parecido al que en la Iglesia se pone en el rechazo al sacerdocio femenino. El último en recoger esa inquietud ha sido Francisco Sosa Wagner, eurodiputado magenta y catedrático de Derecho Administrativo. Remarco lo segundo para señalar que no es un militante sin más, sino un señor con el suficiente conocimiento para saber de qué habla cuando habla.

¿Reacción del partido ante esta propuesta? As usual, los escuderos de Rosa Díez han salido en tromba contra él —ser reina es lo que tiene: tienes muchos escuderos que se dejan partir la cara por ti—. Como no podía ser de otra forma, Irene Lozano, diputada nacional, le mandó una carta que debería unirse a los anales del libelo político en la región más baja y Carlos Martínez Gorriarán, a tuitazos, se han tirado a la yugular del profesor. Nuevo y lamentable espectáculo, que desluce y mucho la «D» de sus siglas. A un batueco de a pie como un servidor de ustedes no le queda claro si el error de Sosa Wagner fue «mentar la bicha» o, además de mentarla, hacerlo «en público», que diría La Reme, aquel personaje del Mississipi de Pepe Navarro.

Lo más gracioso ha sido la elegante réplica de la formación naranja: «están esperanzados con la posibilidad de que se debata». A la Divina le sentaría como una patada, sabiendo como sabe que tanto dentro como fuera de su partido muchos aplaudirían ese pacto. Los de fuera, obviamente, eliminando de la ecuación a Rosa Díez y a sus mariachis. Como dijo Lenin, «si no eres parte de la solución eres parte del problema». Y Rosa Díez, conocida por su habilidad en el manejo de la aguja de marear, trata de transitar de su condición de problema a la de solución. Pero lo tiene complicado, porque el problema que tiene es éste, en realidad: creer que «es la única Superstar». Y al paso que va la cosa, ut supra diximus, el partido de los ex-afiliados a UPyD tendrá más afiliados que el partido de Rosa Díez.

2 comentarios en “Barullo nacional 2

  1. La verdad que es una verdadera pena que ante el bipartidismo del PP/PSOE no haya manera de hacerle frente desde la cordura. Tan sólo PODEMOS (eso parece) va a ser capaz de aglutinar bajo un sólo nombre a suficientes votantes como para plantar cara al bipartidismo.

    Ojalá los de Ciudadanos y UPyD acaben por entenderse. Creo que sería una buena opción para contrarrestar tanto a los actuales poseedores de la «pelota gubernamental», como a los emergentes populistas de PODEMOS.

    Mientras tanto, amigo AGUADOR, continue usted con este blog tan ilustrativo que yo le seguiré leyendo desde algún punto de nuestro maravilloso país, al lado del mar.

    Un saludo

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  2. Amigo Pablo:

    De Pablemos y resto de fauna me queda por hablar en la siguiente entrada. Mientras tanto, pierda cuidado: mientras crea que tenga algo que decir, este blog seguirá adelante.

    Un saludo y aproveche todo lo que pueda esa cercanía al mar. Que yo ya lo estoy echando mucho de menos.

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Gotas que me vais dejando...

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