Otra de las derivadas de este campanazo es que el ministro ha servido en bandeja a la oposición la campaña propagandística correspondiente. Es decir, podrían perfectamente basar su campaña en algo que haría vomitar hoy a muchos gerifaltes del Régimen franquista: que el PP «es la derechona de toda la vida, la de Franco y la de Hitler…» y bla-bla-bla. Tanto más falso cuanto que el famoso giro del PP lo ha sido hacia la socialdemocracia y hoy se puede considerar un partido ideológicamente hablando de centro-izquierda. Es decir, lo que fue la pesoe con Felipe González.
Lo cual, a su vez, se conecta con otra constatación: el régimen franquista, por malo que fuese, por lo menos admitía abiertamente que ejercía la censura. Eclesiástica, pero censura al fin y al cabo. Que luego la Ley Fraga relajó un tanto, conforme a los nuevos tiempos que se empezaron a vivir con el desarrollismo (1966). Hoy en día, a pesar de que se ejerce la censura, no faltan indocumentados que le dicen a uno: «¿Pero qué dices? ¿Censura previa? Estamos en democracia. Eso es de tiempos pasados y hoy no existe».
Como les digo, existe, aunque ahora no se llame así. La blogosfera también tiene su censura, nunca razonable, aunque se pueda manifestar de forma no violenta. Tal sería el caso de ese blog que escribe algo que no gusta a algún pececillo gordo de poca monta y ese alguien manda a algún hacker para que vandalice un poco ese blog. O el propio hacker, on his own. Sólo por fastidiar, vamos. Son formas relativamente inofensivas de censura. Algún día hablaremos de la política y la devoción.