Para empezar, hemos de separar la persona del político que fue. Como persona no le conocimos y por tanto es lógico que podamos desearle, como a cualquier hijo de vecino, que descanse en paz… o como se diga en el rito masónico funerario correspondiente. Como político, lo menos que se puede decir es lo que ya dijimos en esta entrada.
Lo más que se puede decir es que, como político, fue nefasto para los intereses de España. Para los intereses de su partido no lo sé, porque para eso debería saber cuáles son los «intereses» de la pesoe a nivel nacional. Cosa harto difícil, porque a estas alturas ya sabemos que no es O ni E. Es decir, que solamente es un contenedor. Da grima oír a sus candidatos hablar de «progreso» (sin especificar en qué se traduce… y que cuando explican un poco de qué va ese «progreso», resulta que es un retroceso) o de «ganar a la derecha» (sin especificar qué es «derecha» ni qué ganamos supuestamente los ciudadanos con un gobierno que «no sea de derechas»).
Lo verdaderamente estomagante de la muerte de Freddy el Químico no han sido las lágrimas de sus deudos políticos. Eso es lo normal. Que llore Carmencita la de Cabra por él es lo lógico (sin él ella tampoco hubiera sido nada). Un poco menos que el monstruo de Sánchezstein, aún caliente el cadáver, aprovechara para hacer campaña. Al contrario: ha sido el total rendez-vous protagonizado por lo que Abascal llama, con desprecio (y con su parte de razón), «derechita cobarde». Resulta increíble que personas que no tienen nada que agradecerle, sino más bien al contrario, se juntasen al coro de lloronas rojas. Y si no, que se lo pregunten al pobre Floriano, hoy oculto en la Cámara Alta, y al que el finado apostrofó de la siguiente manera: «Oigo todo lo que dices y veo todo lo que haces». Es decir, Rubalcaba espiaba a sus rivales políticos, los que hoy dan su perruno y compungido pésame. Lamentable, pues, el papel de Casado y sus mariachis haciendo el panegírico de quien les estuvo jostidiando mientras vivió en el planeta político. Si quieren una colección más completa de fechorías, les remito a esta entrada de Elentir.
Lo de C’s… tampoco sé muy bien a qué viene. Quieren quedar bien a lo mejor porque esperan que Sánchezstein les llame para formar Gobierno, una posibilidad abiertamente aplaudida por el IBEX-35… y seguramente también por los bilderbergs, que últimamente no hacen otra cosa que enredar aquí, cuando podrían enredar en casa de su señora madre.
Sinceramente, me ha parecido que la postura más digna ha sido la de VOX, que no ha querido participar en el paripé. Había montones de razones por las cuales un español de bien no debería participar en el adiós al político Rubalcaba. Y lo siento por los políticamente correctos: que se muera este señor no va a hacer que se me reblandezca el cerebro y empiece a glosar sus «servicios a la Nación y a la Corona» y bla-bla-bla. Me recuerda un poco, a escala española, la beatificación de Madiba… que pasó por alto que antes de ser un mito había sido comunista –y no precisamente de los más pacíficos– y que si le arrearon 27 años de prisión no fue por leer las obras completas de Lenin, sino por tratar de llevarlas a la práctica.
Y oigan: está bien que alguien diga que el rey está desnudo, aunque sólo sea para mostrar al respetable que no todo es consexo entre los políticos.