Reforma educativa: no es esto.

Por su interés, copiamos este artículo. Original aquí. Fosforito nuestro.

«La destrucción en los años ochenta de manos de un tal Alfredo Pérez Rubalcaba de la enseñanza pública ha sido una de las mayores barbaridades cometidas por el sistema contra los españoles»

Muy decepcionante la comparecencia del ministro de Educación, José Ignacio Wert. Al cambio de denominación de la controvertida asignatura de Educación para la Ciudadanía, de EpC a ECC, se suma la inexplicable renuncia del PP a acabar con un sistema educativo nefasto, basado en las comprehensive school que dictan que todos los alumnos, sean cuales quiera que sean sus capacidades, deben llegar al mismo nivel. Bajo nivel.

La destrucción en los años ochenta de manos de un tal Alfredo Pérez Rubalcaba de la enseñanza ha sido una de las mayores barbaridades cometidas por el sistema contra los españoles. Con la más que manida excusa de la igualdad se desterró de las aulas la cultura del esfuerzo, de la disciplina. Confundieron autoridad con autoritarismo. Se fomentaron la irresponsabilidad y la pereza. Cualquier intento de destacar debía ser inmediatamente abortado. El igualitarismo se hizo dueño de las aulas condenando a los alumnos brillantes, curiosos e inquietos a la mediocridad. El bachillerato de excelencia y su estupendo cuerpo de catedráticos desaparecieron. Por si acaso el profesorado se rebelaba aparecieron los pedagogos, comisarios políticos de la enseñanza, que pronto obligaron a los maestros a utilizar una jerga ininteligible para justificar lo injustificable. La violencia en las aulas es la consecuencia lógica de todo el sistema. El nivel de las universidades, que además han proliferado como hongos cual aparcamiento de parados, cayó en picado. Ni una sola universidad española se encuentra entre las trescientas mejores del mundo. Una tragedia. Pero eso al PP parece no importarle.

Una de las claves del fracaso es la nefasta enseñanza primaria, que ha desterrado la memoria, tan necesaria para el aprendizaje, para cualquier aprendizaje. En primaria no existe el estudio. Todo son talleres, truquitos y demás zarandajas. Se trata de que los niños se diviertan. Nada de esforzarse, que ya se sabe que eso del esfuerzo es duro. Las Humanidades han desaparecido y los chicos apenas aprenden a leer y escribir. El sistema no quiere que los niños aprendan a pensar por sí mismos, a tener espíritu crítico. Todo lo contrario, que el crítico no puede ser socialista en pleno siglo XXI. Se trata de enseñar a los niños qué deben de pensar. Así, surgen las asignaturas transversales, adoctrinamiento en estado puro desde los seis años de edad. Algo muy conveniente para un proyecto totalitario de ingeniería social. El analfabetismo funcional, por supuesto, se ha disparado. Ronda el 30%.

El resultado ha sido devastador: sólo aquellos que pueden huir hacia la educación privada, y cada vez son menos, pueden ofrecer un futuro a sus hijos. La realidad es que tenemos un sistema educativo fábrica de perfectos alumnos de Paul Lafargue, aquel yerno de Marx que reivindicaba la sustitución del derecho al trabajo por el derecho a la pereza. Cuando el fracaso escolar se hizo algo más que patente y los exámenes PISA pusieron negro sobre blanco el atropello, la solución de los socialistas fue prohibir el fracaso escolar. Promoción automática lo llaman.

Para disimular el desastre se obliga a muchachos de 16 años a estudiar. Así, aparecen lo que los pedagogos llaman «objetores», que son los chicos de entre 14 y 16 años que han decidido colgar los libros y que suelen dedicarse a fastidiar a los que sí quieren seguir. El PP ya ha anunciado que, por supuesto, esto seguirá igual. Lo del inglés es un detalle. Fracaso escolar en dos idiomas.

El PP no ha anunciado una reforma educativa. Ha anunciado un maquillaje educativo. Una tomadura de pelo. Que pagarán los hijos de los trabajadores, que para eso los hijos de los políticos van a caros y elitistas colegios privados.

Comentario nuestro.- Colegios elitistas y carísimos donde sí se aplican los criterios de memoria, esfuerzo y excelencia porque los planes de estudio que se aplican no dependen del Ministerio de Deseducación español, sino del país que suele dar nombre al colegio (Liceo Francés, British College, Colegio Alemán). Cuyos planes de estudio suelen estar, por lo general, a años luz de los nuestros

Salvajes en Pozuelo

Dicen que en Pozuelo de Alarcón la especie que más abunda es el pijerío. Gentes bien, sin problemas (económicos, por lo menos). Un municipio rico, lleno de artistas del pelotazo y otras artes que a los demás mortales nos son vedadas porque no tenemos los contactos que hay que tener (aunque ese detalle no haga al caso). En todo caso, personas y familias aparentemente «estructuradas» y «bien integradas». Sus parties en el chalet de la sierra, sus vacaciones en Irlanda «para aprender inglés»… Nada fuera de lo normal en el contexto que hace al caso.

Y sin embargo, precisamente eso es lo que hace difícil entender las escenas que se ven en el vídeo. ¿Niños pijos comportándose como outsiders, como gamberros de la más baja estofa? ¿Adolescentes presuntamente «bien integrados» acollonando a la policía? Policía que, encima y aun temiendo por su vida, no puede hacer uso de sus armas de fuego para que no la acusen de «brutalidad policial» y para que los medios y opinadores progres, more suo, hablen de «métodos policiales franquistas» y del «necesario diálogo con la juventud» y todas esas patrañas pseudopedagógicas.

Hay quien dice que quienes prendieron la mecha «no eran del pueblo». Puede ser. Pero siguen en pie las preguntas que hacemos. Por otro lado, cuando el alcohol corre en cantidad llega un momento en que no importa quién encienda la mecha. Se enciende y es incontenible. El dispositivo policial era el «normal» para unas fiestas sin incidentes, pero en absoluto estaba preparado para lo que ocurrió el pasado sábado.

¿Qué hay detrás de todo esto? En mi modesta opinión y para empezar, hay padres incapaces o dimitidos. Padres que no se han preocupado, en líneas generales, de transmitir a sus hijos los valores del civismo y del respeto a los demás. Sospecho que más de uno (o una: no hay que ser sexistas) se ha criado frente a la televisión, que por lo general ofrece modelos éticos poco edificantes. Habría que investigar qué modelo repiten estos adolescentes. Puede que nos lleváramos alguna sorpresa.

Pero no solamente eso. Al parecer, se detuvo a unos cuantos, a los que se metió en el calabozo. Al día siguiente eran puestos en libertad «con cargos» (para que no hubiese la sensación de «impunidad total»). Da para sospechar que no se trataba de «niños pijos normales«: parece que incluso entre los pijos hay clases. Yo no sé si ustedes recordarán un hecho o gamberrada en que intervino un hijo de Dominique de Villepin, ex-ministro francés de Interior. Pues bien: una vez que se supo de quién era hijo el gamberro, se le puso en libertad sin más trámite. y discreción total. Y sospecho que algo así ha ocurrido en Pozuelo.

Da para pensar bastante, digo yo. ¡Cuánto daño han hecho la LOGSE y la LOE!

¿Por qué ladran y rebuznan? (I)

Hace casi un mes que salió, los ladridos y los rebuznos no han cesado. Lo que salió, claro, es el famoso Manifiesto por una lengua común. Como residente en una Comunidad Autónoma oficialmente bilingüe (y pónganle toda la cursiva que quieran), tenía especial interés en leerlo, para ver por qué ha generado tanta polvareda.

Para acortar el camino, voy directamente a analizar las propuestas del Manifiesto:

A. Lengua y educación. Lo que se pide aquí no es otra cosa que se garantice el derecho de los padres a elegir la lengua en que han de ser educados los hijos. ¿O es que los padres no tienen ese derecho? Y concretamente, que el sistema educativo garantice, en todo el territorio español, el conocimiento de la lengua común, que es la castellana. Nada hay que objetar a ello, puesto que el artículo 3 de la Constitución establece que los españoles tienen el deber de conocer la lengua española y el derecho de usarla, como lengua oficial que es de la nación española.

Es decir: nada de ghettos lingüísticos, nada hay de lo que dicen los que ladran o rebuznan. El sistema educativo público debe garantizar que un/a muchacho/a (para no ser sexistas), al terminar la educación secundaria obligatoria, conoce suficientemente ambas lenguas. Si atendemos al hecho de que al menos en Cataluña es imposible hoy encontrar una escuela pública (claro que hay privadas: que se lo pregunten a Montilla, que escolariza a sus niñas en el trilingüe Colegio Alemán, no en la escuela pública, como podría deducirse de su presunta ideología) en la que se escolarice a los niños en castellano, convendremos en que esa obligación es sistemáticamente incumplida por Cataluña, en donde, además, se racanean horas de castellano.

B. Lengua, Administración y comercio. Tampoco aquí se pide nada del otro jueves. Se pide que el ciudadano entienda a la Administración cuando ésta le exige algo. También se incumple sistemáticamente esta obligación, puesto que en Cataluña los impresos oficiales suelen llegar a los domicilios exclusivamente en catalán.

Tampoco está de más sugerir que el castellano sea la lengua vehicular entre Administraciones. Lo digo más que nada para evitar el sonrojo y el ridículo de ciertos episodios ocurridos entre la Generalitat y las Juntas de Extremadura y Andalucía. La Generalitat, dando muestras de aldeanismo supino, les mandó sendos oficios en catalán fabriano sin traducción (som una nació) y las Juntas, naturalmente, respondieron en su lengua propia: castúo y andalú cerrao, respectivamente.

En cuanto a los bares… ¿qué quiere que le diga? Pues que está bien que cada propietario de bar hable como quiera: que el que quiera hacerlo en catalán, lo haga en catalán; y el que quiera hacerlo en castellano, que lo haga en castellano. Oponerse a esto significa colocar en cada bar un chivato, que informará debidamente al comisario lingüístico de turno sobre el abuso de la lengua extranjera en un determinado local; lo que, naturalmente, se traducirá en una hermosa multa lingüística de 600 euros mínimo. En el mejor estilo nazi, desde luego. Retengan esta palabra: Blockleiter.

C. Lengua y rótulos. Tampoco está fuera de razón que las señales de tráfico, los rótulos en los edificios oficiales consten en ambas lenguas. Un señor de Ciudad Real que no reside en Lleida, por ejemplo, no tiene por qué conocer lo que significan los rótulos escritos en la lengua propia (qué eufemismo) de la tierra cuando va conduciendo o cuando debe dirigirse a una dependencia administrativa para algún tipo de gestión. En otro post examinaremos motivaciones e implicaciones de lo que estamos exponiendo aquí.

D. Lengua y políticos. Bueno, hemos llegado a la madre del cordero. Ya avanzamos aquí que esto de la lengua es un problema político, no social. Pero volviendo al Manifiesto, dice así en su apartado 5º:

Los representantes políticos, tanto de la administración central como de las autonómicas, utilizarán habitualmente en sus funciones institucionales de alcance estatal la lengua castellana lo mismo dentro de España que en el extranjero, salvo en determinadas ocasiones características. En los parlamentos autonómicos bilingües podrán emplear indistintamente, como es natural, cualquiera de las dos lenguas oficiales.

Me imagino que cuando dice «ocasiones características» se refiere a la Diada «nacional», o a la de Sant Jordi. En lo demás sigo estando de acuerdo: no hay necesidad de llevar consigo un traductor de euskera cuando Ibarretxe pretenda hablar con Juan Vicente Herrera, o Touriño con Álvarez Areces: se pueden entender todos ellos perfectamente en castellano. Y en cuanto a los Parlamentos autonómicos, allí donde exista cooficialidad de lenguas no debe existir problema alguno para usar cualquiera de las lenguas cooficiales.

Post de PEZ

Esta entrada se corresponde con el post semanal de PEZ que orgullosamente he asumido y que, como bien sabéis, consiste en denunciar un incumplimiento de nuestro querido Presidente. El tema en si es fácil, si nos ponemos creo que podríamos hacer unos cuantos libros (oye, Harto, es una opción 🙂 ) pero que a la hora de la verdad es complicado. ¿Sobre qué tema en concreto hablo? Hay tantos que no sabía por cual decantarme.

Finalmente, leyendo por encima el programa del 2004 y el del 2008 (por prescripción médica, ya que me han recomendado no leerlo mucho debido a que podría desencadenar úlcera…) y revisando hemerotecas digitales, me he decantado por algo que prometió en el año 2002 cuando aún gobernaba Aznar.

En un artículo del 18 de febrero del 2002 en el País nos encontramos con lo siguiente: El líder socialista advirtió al presidente del Gobierno, José María Aznar, de que su partido ‘impedirá el vaciado de la escuela pública’, y anunció la creación de un Ministerio para la Juventud si llega al poder. Un Ministerio para la Juventud, de carácter integral, en el que se aborde la educación, la formación, el trabajo, la vivienda, el ocio, la cultura, entre otros elementos, será una oferta electoral destacada que el PSOE realizará en la campaña para las elecciones legislativas del 2004. (…) Zapatero advirtió a Aznar que él y todo el PSOE van a oponerse radicalmente al ‘deterioro de la enseñanza pública y la segregación social desde la escuela’.

http://www.elpais.com/articulo/espana/Zapatero/compromete/crear/Ministerio/Juventud/llega/poder/elpepipor/20020218elpepinac_8/Tes

En la página 91 del programa electoral del PSOE del 2004 podemos leer: Los socialistas no sólo queremos que los jóvenes sean protagonistas del cambio con su voto, sino que, una vez gobierne el PSOE, sean protagonistas de todas las políticas de juventud.

¿Qué ministerios teníamos en la legislatura pasada? Ministerio de Juventud seguro que no. Entonces, mi querido Zapatero, lleva usted arrastrando otra mentira más desde el 2002 hasta el día de hoy.

En estas elecciones se volvió a hablar de los nuevos ministerios que iba a crear nuestro gobierno, concretamente se hablaba de: Familia, Nuevas Tecnologías, Juventud e Igualdad.

Y yo, ilusa de mí, me pregunto: ¿dónde está ese Ministerio de Juventud del que lleva hablando 6 años? Ya sé lo que pasa… resulta que, como han pasado tantos años, ya no es necesario un ministerio dedicado a tal fin. La mejoría que ha llevado a cabo en este país resulta tan clara que ahora ya no precisamos este nuevo organismo estatal: ahora encontrar trabajo digno es mucho más sencillo de lo que era antes. El acceso a una vivienda ya no perturba el sueño de los jóvenes, no hace falta esperar a los 30 para irnos de casa (es fácil encontrar ratoneras por algo menos de 1000 euros), nos ha dado ordenadores, becas para estudiar inglés de 1.600 euros…. ah no, que eso tampoco. (Llevo esperando casi un año por una «beca» que me han concedido de 200 euros….).

Sus reformas en materia de cultura nos han permitido escapar de la senda de ignorancia en la que nos adentrábamos peligrosamente.

Por el contrario, ha conseguido instaurar una nueva e importante asignatura, la educación para la ciudadanía. Gracias por intentar enseñarnos desde la cuna cuales son los ideales socialistas que debería recabar en el corazón de todos los españoles. Si me lo permite, yo de usted escogería un himno para que, los ilusionados infantes, pudiesen recordar con más facilidad todas aquellas sabias palabras que se desprenden de su gabinete.

Me parece maravilloso que critique lo que considera que está mal o que hacemos mal, para eso en el 2002 estaba usted en la oposición pero, lo que considero deplorable es que nos utilice para ganar votos a pesar de que en el 2004, aseguraba que íbamos a ser protagonistas y no sólo con nuestro voto.

También me parece vergonzoso que para evitar tragarse sus palabras nos dé un INJUVE dentro del Ministerio de Igualdad…. ¿Acaso será que tiene conciencia o que tiene miedo a que el español de a pie tenga una memoria capaz de recordar más de una legislatura?

Bien dicho esto, creo que se ve claramente su intención.

Por desgracia, los jóvenes somos más fácilmente manipulables, somos, a ojos del gobierno, pequeños imberbes. Creemos que podemos cambiar el mundo con un suspiro y usted, como se ha visto en estos años, tiene un inexplicable poder de convicción y ha convencido a muchos jóvenes, que ahora dicen ser socialistas, que lo defienden a capa y espada a pesar de su reprochable manera de gobernar.

(Ana, de http://ysinoesorotodoloquereluce.blogspot.com)

Agresión nacionalista a Dolors Nadal 2


A mayor abundamiento de lo que dábamos cuenta y razón ayer, me detengo hoy en una Carta al Director de El Mundo, escrita por doña Olga González Chacón, que escribe desde Mollet del Vallès. Desconozco cuál sea su ideario o si está de acuerdo o no con las ideas de Dolors Nadal; pero sea cual sea éste, parto de la base de que suscribo su carta desde la primera letra hasta la última.

De su carta especialmente entresaco dos párrafos y expresiones que me llaman la atención. Nos dice doña Olga, con toda razón:

En ésta, como en otras ocasiones, los individuos que se rebelan a favor de la libertad de expresión y contra el fascismo han quebrado con la violencia que tanto dicen detestar el derecho de palabra indiscutible de una persona, en un lugar en que ecologistas acérrimos reparten publicidad inservible que en pocas horas se convierte en cientos de folios de papel malgastados y donde no es difícil encontrar a quien defienda la prohibición de fumar en un bar mientras reivindica el derecho al libre consumo de drogas.

Doña Olga denuncia aquí el memorable ejercicio de tartufería moral y política practicado por los violentos que ayer agredieron físicamente a Dolors Nadal. Tartufería moral y política que está siempre en el centro del pensamiento totalitario de todo tamaño o pelaje cuando éste no domina al completo una sociedad. Que lo de acabar con un sistema político usando el mismo sistema político no es nuevo. Ya lo practicó Hitler en los años 30 con «notable éxito» y el resultado que todos conocemos.

Pero no acaba aquí doña Olga. Sigue diciendo algo interesante (en realidad está en el primer párrafo, pero a los efectos de mi comentario no creo que afecte mucho al resultado final):

De entre los estudiantes que se supone, como yo, estaban atendiendo las clases, cerca de unos 50 se han decantado por dedicar su valioso tiempo al magnánimo acto de hacer el ridículo en público y tacharse a sí mismos de intolerantes, en lugar de quedarse en el aula preparando su futuro, que es (en principio) el objetivo de todo universitario.

No estoy muy de acuerdo (léase en clave irónica) con la segunda de las afirmaciones. Para unos cuantos (o dejémoslo en más de uno), la participación en algaradas, manifestaciones, reventado de actos «del enemigo fascista», etc., supone un caudal muy importante «de méritos» que son «valorados adecuadamente» a los efectos de designación para cargo público. Eso es, por desgracia, labrarse un futuro en la política catalana. En una universidad «normal», en cambio, estos alumnos serían objeto de expediente disciplinario con resultado de expulsión fulminante e inapelable. ¿Quiere algún ejemplo? El del propio vicepresident Carod-Rovira, que militó en tiempos en el PSAN (el alliberament nacional a bombazo limpio). O el de Xavier Vendrell, ex-militante de Moviment de Defensa de la Terra (MDT), que si no eran terroristas poco les faltaba. Ahora es Vicesecretari general de Coordinació Interna i Acció Electoral (2007). No me dirá, doña Olga, que no es «buen futuro» ése…

¿Estudiar seriamente para ser alguien de provecho en un futuro más o menos lejano y nebuloso (tanto más nebuloso cuanto más dure la troupe nacional-socialista en la poltrona)? Qué va. Eso queda para la gente «sin conciencia revolucionaria y de país». Como usted y como yo.

«Que soy menor, ¿eh?»

Quiero hacerme eco en este post de la noticia aparecida hace ya varios días en medios de comunicación escrita y televisada. Unos adolescentes tiran piedras a una casa. Sale una vecina a increparles y la emprenden con ella. Uno de ellos, incluso, graba la agresión en el móvil, cuyo destino final será, probablemente, Youtube, ese totum revolutum de diferentes visiones de la vida, cajón de sastre donde casi todo cabe. Los encontronazos no se acaban el primer día, sino que continúan. En uno de ellos uno de los adolescentes la reta: «Atrévete a pegarme. Que soy menor, ¿eh?».

En nuestro blog hemos hablado ya de las consecuencias de las teorías progres de la educación. La tribu progre que rige los destinos de los adolescentes españoles fuera de sus casas nos dice que siempre es mejor dialogar que azotar (por cierto, ¿no suena a conocido eso del diálogo?). Que si se puede razonar con el adolescente temporalmente convertido en fiera corrupia, mejor que no castigarlo físicamente. Eso es lo que hacen los «padres adelantados y modernos». Pegar es de cavernícolas, naturalmente, y usted, señor, no debe levantar la mano contra sus hijos si no quiere que le llamen Pedro Picapiedra o que su propio hijo le llame a usted «fascista» y sienta usted el ramalazo de la culpa recorriéndole la columna vertebral de arriba abajo.

Ahora bien, nos encontramos con un problema (no previsto por la ley, pero sí por el legislador). ¿Qué ocurre si el «diálogo» no funciona? A cierta edad no funciona el diálogo porque no hay suficiente conciencia de la falta cometida. Y a cierta edad lo que ya no funciona es el cachete que se tendría que haber aplicado a edad más temprana. La ley desgasta la autoridad de los padres, a los que se considera que «privan el posible desarrollo del joven llenándole de traumas insuperables». Por consiguiente los padres, presionados por la hipoteca, angustiados por no parecer retrógrados y temerosos de que si un día «se les va la mano» les denuncien, dimiten. No ocurre siempre y en todos los casos, por supuesto; pero podría hablarse de que en muchos casos en que nos encontramos un adolescente problemático, tras él podemos encontrar padres dimitidos.

Y crecen como adolescentes resabiados, que «conocen sus derechos» (parece ser que de sus obligaciones nadie les ha hablado y menos les ha obligado a cumplirlas). De ahí que salgan de vez en cuando adolescentes que lo amenazan a uno: «Como me toques un pelo te denuncio». O el caso de aquella muchacha de 14 años que denunció falsamente a su padre por malos tratos, cuando en realidad lo que ocurría es que la muchacha era un pendón desorejado y su padre no la dejaba salir por las noches.

Todo esto se inscribe en un ambiente de ataque a las instituciones básicas (o que lo han sido) de la sociedad española: familia-escuela-Iglesia-Ejército. Al Ejército se lo cargó Aznar cuando suprimió el servicio militar obligatorio por motivos electorales, aunque llevaba años languideciendo. La Iglesia está en proceso de acoso y derribo como guía moral de la sociedad. De ahí surgen declaraciones como la de la Voguemomia cuando dice que «no tolerará tutelas morales». Nos parece muy bien que a título personal la Voguemomia no acepte tutelas morales; pero otros muchos solemos acudir a la Iglesia en busca de consejo u opinión en cuestiones que nos preocupan. En cuanto a la familia y la escuela, están en ello. ¿Y todo para qué? Pues para construir una sociedad de ovejas salvajes: sumisos con el poder económico y político y rabiosos contra los vecinos.

Retomando el tema donde lo habíamos dejado, la menor edad no puede funcionar como excusa para cometer hechos que en personas más mayores son constitutivos de delito. La Ley del Menor no puede convertirse en la «Carta Magna del menor». Esto, desde luego, es ir contracorriente: ya hemos dicho que para muchos padres el dictado social es el de convertirse en «coleguis» de sus hijos. La disciplina, mejor ni se menciona porque tratar de ejercer de padre e imponer la disciplina necesaria para que el desarrollo del joven o adolescente no se tuerza es anticuado y, sobre todo, «fascista».

Por supuesto, el día que yo tenga hijos, si alguno se me desmanda, le daré un cachete cuando lo crea conveniente. Y haré caso omiso de la pestilente corrección política que impregna el tema. En tanto en cuanto yo me preocupe de la educación de mis hijos, el Estado no es quién para decirme cómo tengo que educarlos. Ni mucho menos le permitiré que me los adoctrine, para que acaben convertidos en ovejas eléctricas.

No sorprende, pues, el caso de estos muchachos (o mejor debiera decir «cafres»), futuros hombres nuevos de la deseducación socialista. Pero de eso del «hombre nuevo» hablaremos otro día.

Actualización 11/01/2008. Esta mañana me han recomendado un vídeo en el que en unos 20 minutos, el Juez de Menores de Granada D. Emilio Calatayud explica el tema con mucha más precisión y mucho más gracejo que yo. Aquí pongo el enlace:

http://mediateca.educa.madrid.org/reproducir.php?id_video=jibnzc4s1quh4cv2

Estoy seguro de que les va a encantar…

Hay motivo para la vergüenza

Me decía hace ya algunas fechas mi amigo Daniel que «no tenía por qué avergonzarme de sentirme catalán». Pues va a ser que no. O sea, que hay que avergonzarse. Y el miércoles pasado tuvimos la prueba más palpable de esta lamentable verdad. Llegó Francisco Caja al venerable Parlament de Catalunya, avalado por las 50.000 firmas necesarias en las autonomías para cursar una iniciativa legislativa popular. Y en cuanto subió al estrado a defender dicha iniciativa, los diputados de ERC, IC-V y CiU abandonaron la sala.

¿Cómo es posible tamaña grosería? Pues porque dicha iniciativa trataba simplemente de promover el bilingüismo en Cataluña y, en especial, la educación bilingüe. Trataba de recordar a los diputados catalanes que la UNESCO pone énfasis en que la primera enseñanza se dé en la lengua materna, con independencia de cuál sea ésta. Recomendación o precepto que el miércoles pasado los diputados catalanes (cuando menos, los 111 que se fueron) tiraron por el retrete, porque «no convenía». Y así, Francisco Caja se tuvo que enfrentar a un Parlament casi vacío. Solamente permanecieron en sus escaños los diputados del PP y los de Ciutadans.

Si alguien dudaba del divorcio entre la clase política catalana y la ciudadanía que le vota, a partir de hoy no quedará ninguna duda. A los señorías de estómago agradecido no les interesa lo que el pueblo vaya a decirles, sobre todo si es en contra de sus «principios». Está claro que se consideran «políticos profesionales» y que creen firmemente que no hay que dejar la política en manos del pueblo.

Pero lo más chusco llegó a la hora de los argumentos para rechazar dicha iniciativa:

  1. La diputada convergente Irene Rigau (estómago muy agradecido por haber sido consellera en el último gobierno Pujol) rechazó la iniciativa porque, según ella, «crea guetos»… justo lo que está haciendo la normativa actual.
  2. La diputada republicana Maria Mercè Roca abundó en la posibilidad de la «segregación».

Y al final, la traición. Concretamente, la del PSC. Del PSC se dijo siempre que su base era el cinturón rojo de Barcelona, que es de donde viene la mayoría de sus dirigentes: Manuela de Madre, Celestino Corbacho, el propio Montilla… Dicho cinturón se nutre de la emigración de los años 60: andaluces, extremeños, murcianos… todos ellos castellanoparlantes. Antes, a Montilla le bastaba con ponerse la chaqueta de pana y desgañitarse con aquello de «¡¡Zomo de lo vueztro!!» en Cornellà, al igual que Chaves en Sevilla (o en Iznájar). Se supone, pues, que el PSC iba a defender los derechos de estos castellanoparlantes. Pues no. Votaron en contra de la iniciativa legislativa popular.

Francisco Caja, aparte de ser una persona respetable y catedrático, ha devenido en símbolo de lo que ocurre en Cataluña desde hace bastantes años. Representa a la Cataluña agredida (verbal y físicamente) e ignorada, inexistente en los medios de comunicación; a esa Cataluña que no tiene sitio porque prefiere que sus hijos sean educados en lengua castellana aun siendo ésta lengua materna.

Porque, ¿creen acaso ustedes que la comparecencia del señor Caja fue registrada por algún medio de comunicación de ámbito general catalán? Como mucho, mereció sueltos para que no se dijera que «no se había registrado la noticia». Pero, como todos los avisados saben aquí en Cataluña, la prensa es una fiel aliada del poder político, de tal forma que lo que al poder político no le interesa que se sepa difícilmente se encontrará en los diarios o en las emisoras de radio o televisión (salvo en los medios no directamente vinculados, como la COPE o La Razón, que aquí son el nom del porc y que muchas veces acarrean el apóstrofe de «facha de mierda» a quien los lee o escucha). Y cuando no hay forma de escurrir el bulto se recurre al suelto, ese recuadrito ínfimo que lo mismo sirve para anunciar crecepelos que para dar noticias incómodas.

Cataluña está gobernada por una clase política que considera la política como su «coto privado», repetimos. Una clase que expulsa al pueblo de los ámbitos en los que éste tiene algo que decir porque normalmente no coincide con lo que ellos quieren escuchar. Una clase política que ejecuta sus juegos de ingeniería social sin contar para nada con la sociedad a la que se dirigen. Eso sí, se autodenominan orgullosamente «representantes del pueblo»; expresión que, hoy por hoy, es tan gaseosa como aquella de «ámbito de decisión vasco».

Pero los políticos han tomado ya una decisión. Han decidido que «no se les moleste más» y están viendo las posibilidades de limitar la iniciativa legislativa popular. Todo para el pueblo, pero sin el pueblo, en el mejor de los casos. Constatamos, finalmente, que la Cataluña educada y tolerante, tal vez la Cataluña evocada con nostalgia por Jiménez Losantos en aquellos turbulentos setenta ha desaparecido y ha sido sustituida por la Cataluña del batlle, el hereu i la pubilla, que a ratos cantan el Virolai, a ratos Els Segadors y a ratos y con la boca muy, muy pequeña, La Internacional.

Actualización 26 diciembre 2007.- Siempre es bueno que de la vergüenza quede constancia. En el vídeo se ve claramente cómo abandonan el Parlament el de Iznáha y Miquel Iceta, «socialistas». Y algunos de los que se quedan tampoco es que tengan una actitud muy respetuosa que digamos. ¿Para esto les pagamos? Por otro lado, Francisco Caja no está muy distanciado del personaje de Amerigo Bonasera (cuando menos, en lo iluso de creer que «el sistema americano» iba a hacerle justicia..).

En pocas palabras…


He aquí una prueba del modus operandi de las juventudes progres. No les interesa la libertad (en este caso, de expresión) y han de entrar a intentar reventar la conferencia de Pío Moa, que los conoce muy bien por haber sido él mismo de izquierdas durante muchos años. Si realmente estos niñatos «luchasen por la libertad» se hubieran quedado en su casa, pues Pío Moa tiene tanto derecho como cualquier hijo de vecino a exponer sus ideas ante un auditorio.

Malos tiempos corren cuando hay que andar recordando estos principios tan elementales de la Constitución. Seguro que salen en el vídeo de las JJSS y suspenden…

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