Bueno, pues ya está. Después de cuatro meses de marear la perdiz (o escenificar, que dicen los tertulianos pedantes), el Rey ha formalizado la convocatoria de elecciones. Volvemos, pues, a donde estábamos el 20-D: disponiéndonos nuevamente a soportar una campaña en la que los mensajes serán más o menos los de hace cuatro meses… para los mismos candidatos.
No es fácil evitar la sensación de ser Bill Murray en Atrapado en el tiempo, viviendo un eterno Día de la Marmota. Y a primera vista podría parecer que no ha cambiado nada: los políticos nos fríen a encuestas, por sí mismos o por persona interpuesta, los tertulianos siguen dando bandazos y especulando (o distrayendo) à tout plein sobre lo que harán unos u otros. O, más bien, hunos u hotros, para lo cual viene bien aquella frase que suele decir Lagente (antes pueblo): «Tós semos hunos». Y sigue el circo.
Fíjense, no obstante en que freírnos a encuestas no tiene detrás una verdadera voluntad de saber qué es lo que preocupa a Lagente para solucionarlo. La intención tras esas encuestas es adaptar el mensaje. Es decir, el grouchomarxismo de decir: «Como sé lo que te gusta oír voy a decírtelo, aunque no tenga la más mínima intención de cumplirlo». Lo que impulsa a estos partidos es simplemente el voto. De ustedes no quieren más que su voto; una vez que lo tienen, ustedes, sus problemas, sus necesidades y anhelos son tan olvidables como una hoja de calendario. Naturalmente, siempre quedan los irreductibles, los de la adhesión inquebrantable y la lealtad acrisolada. Pongo un ejemplo del PP, pero en realidad podría valer para cualquier partido…
Lo más llamativo de la nueva campaña es la voluntad de ahorrar. Ahorre, señor o señora, que «el futuro es muy oscuro, ay, trabajando en el carbón». Carbón nos han traído esos Reyes Magos travestidos de maris y tortis. No somos lo bastante progres, así que hay que insistir. Para empezar, han ahorrado en candidatos: se van a presentar casi los mismos. Y digo casi, porque en los últimos días se está produciendo algo que en este blog anunciábamos hace ya tiempo: que Pablemos y sus boys quieren convertirse en referencia única de la izquierda-pata-negra española. Hace un par de días Alberto Garzón firmó prácticamente la absorción de IU (izquierda burguesa y, por tanto, hundida) por Podemos. Como diciendo: «No. Punto. No me importa cargarme el partido. Punto. Con tal que yo esté en un puesto de los de salir. Punto». No le faltó más que insertar el correspondiente anuncio en el BORME.
Más ahorros. Dicen ahora los principales gerifaltes de las organizaciones políticas que van a ahorrar en «cartelería y en publicidad externa» (vallas y similares)… y que sólo se van a gastar 136 millones, frente a los 151 millones que dicen que costó la campaña anterior. Me da rabia que intenten tomarnos el pelo. Dan ganas de decirles que, por ahorrarse, podrían ahorrarse hasta los candidatos. Los mensajes ya los conocemos. Aparte, nunca faltan aquellos que, provistos de anteojeras votan al Partido haga bien o haga mal. Son los que salen con la papeleta de casa, porque la han recibido por mailing (ése, por lo visto, no se lo van a ahorrar).
Hablando de mailing y ya que estamos: ¿volverá a impedir el PP que unos sobres cubiertos por la bandera española puedan circular por España? Un servidor de ustedes no recuerda que al empleado de Correos de alta graduación que lo impidió porque eran de VOX (y no por otra razón) le cayera una sanción disciplinaria, cuando menos. Ni tampoco un proceso judicial por impedir el derecho constitucional de un partido político a realizar su propaganda.
Ahorrando, sobre todo ante un censo electoral hastiado y que sólo vibra con el fúrbo, se puede llegar muy lejos, oigan.
Ultiamente estoy un poco ausente de todo este circo político. Aunque es cierto que los tenemos hasta en la sopa, me está pasando como con los famosetes de Sálvame y otros bodrios parecidos, que sé que existen porque los ponen hasta en los anuncios, pero cambio de canal o les evito si aparecen.
Por mí que se metan al contenedor de reciclar gentuza. Algunos reciclajes tienen mas valor y dan mas rendimiento que estos políticos en activo.
Saludos desde el diluvio cazurro
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