La penuria insostenible

Esta operación de marketing ha culminado con el falso eslogan ‘España nos roba’

En Catalunya los gobiernos nacionalistas, con la complicidad de una minoría separatista, comenzaron la campaña contra todo lo español. Esta operación de marketing ha culminado con el falso eslogan «España nos roba» y está expoliando nuestro dinero, que ha calado entre la población catalana en un momento de crisis económica en la que el nacionalismo catalán ha sido una parte importante a la hora de gastar ese dinero público, sobretodo y paradójicamente en su construcción nacional.

No cabe duda que la situación económica por la gestión de una clase política nos hace levantar como resorte a la indignación de la ciudadanía al ver cómo incluso, se ha hipotecado hasta el futuro y las pocas expectativas de crecimiento que ahora no ofrecen. Por el contrario nos están empobreciendo aún más, y perdemos derechos fundamentales a paso agigantados.

Se han anticipado los acontecimientos porque la situación se ha vuelto insostenible y la construcción nacional se ha precipitado con tanta penuria. Sorprendente y contradictorio es que ahora la única salida a la miseria y carencia a la que nos han llevado los Gobiernos de Catalunya sea profundizar las propias heridas que ellos han generado. Paradójico que la alternativa que presentan sea alejarnos aún más de la realidad social y quizás, minimizar los problemas con la justicia y el no acatar las sentencia judiciales.
Se están apoderando, quieren adueñarse y siguen usurpando, ya no sólo una región, sino el futuro y el porvenir de una ciudadanía sin pretensiones nacionalistas y sin objetivos de separar nada, ni nadie. Sino coexistir sin dificultades, ni problemas y con soluciones. Mucho menos con el dilema de independencia, ahora y ya. Ésa no es nuestra solución, es la alternativa que les perpetúa en al poder.

 

Segunda parte

En la última sesión del pleno en el Parlament, y en la intervención –mitin– del President de Gobierno de Cataluña, el Sr. Artur Mas terminaba su intervención precisamente igual que el primer artículo de «La Penuria insostenible», pero negando que su anhelo era  perpetuarse en el poder y para ello nos convocaba a elecciones anticipadas. No es capaz de admitir y considera que anticipar elecciones es un fracaso y su frustración.

Dudo que nuestro President sea un seguidor de este humilde comentarista de opiniones, simplemente porque nos desprecia al considera que somos una minoría sacrificable en su causa nacional, y porque ha demostrado que antes recorta derechos básico y esenciales a todos nosotros que privilegios. No compartimos la misma opinión y porque nuestra perspectiva de la realidad social de Cataluña es muy distinta.

La Penuria sigue siendo insostenible para la totalidad de los ciudadanos y para ello nuestro President no duda en anticipar las elecciones, ni le preocupa lo más mínimo el coste económico que ello supone, mientras pide dinero al Gobierno central. No lo hace por capricho, ni por haber sido el peor gobierno en cuanto a datos negativos, sino porque el PPC y el PP han dejado de mover la comba que le permitía una pésima gestión e incluso , no acatar las sentencias judiciales.

Necesitan nuevos socios para seguir reclamando competencias al Gobierno central, el Sr. Mas quiere más. Sólo falta poder gestionar y disponer de la justicia, y tener la llave del dinero público sin tener que rendir cuentas a nadie y eso solo cabe con alianzas con los partidos más radicales en Cataluña, los que buscan la segregación. Y porque el PSC después del debacle tripartito no levanta cabeza y aún no sabe que quiere ser de mayor.

Todo apunta que estos comicios serán en clave independentista, ese es su ecuánime y justo objetivo. Pero lo que esconde es el mayor descalabro en su gestión, y las encuestas ya castigan en intención de voto al Sr. Mas. Puede que su estrategia se vuelva contra el y estas elecciones sean su peor pesadilla.

Francisco García Pérez

Secretario Comunicación y Prensa.

Ciutadans (C´s) Reus.

Crítica a Juan Manuel de Prada

A cuenta del semanario satírico Charlie Hebdo, Juan Manuel de Prada se despachaba ayer con los límites del concepto de «libertad de expresión», especialmente en materia religiosa, que es el caso. Tras un introito en el que habla de la transformación de la democracia de norma de convivencia política a «religión» (nosotros ya hemos defendido aquí que democracia no es un sustantivo, sino un adjetivo), arremete contra quienes, cual coro de loritos (sic) preguntan «desde el descreimiento o el fariseísmo» si lo que hacen a los católicos se atreven a hacerlo a los musulmanes. Continuar leyendo «Crítica a Juan Manuel de Prada»

Una fijación progresista

por Juan Manuel de Prada (ABC, 27 de agosto de 2012)

 

A los socialistas, con el Opus Dei, les ocurre como a Hitchcock con las rubias, que en verdad padecen una fijación obsesiva, quizá reminiscente de algún trauma infantil, algo como para hacérselo mirar por el médico. Claro que Hitchcock con las rubias hizo de su obsesión arrebatadora marca de estilo; en cambio, los socialistas con el Opus Dei no hacen más que dar la matraca en verano; como si los ardores estivales les hubiesen derretido la sesera y ya sólo viesen miembros del Opus Dei por doquier, como el enfermo de delirium tremens sólo ve faunas verdes y ofidias.

-¡Ojo, que por ahí asoma un tío del Opus Dei!- nos advierte el socialista.

-Que no, hombre, que no, que es una señal de tráfico.

Esta manía quijotesca (pero de un quijotismo ful y pelmazo) de ver al Opus Dei hasta en la sopa la inició el socialista Tomás Gómez, a quien sus conmilitones, viéndolo más quemado que un currusco, echan de vez en cuando al monte para que suelte cuatro alaridos, como aquel tronado de Amarcord que se subía a un árbol para reclamar una mujer. A Tomás Gómez le dio por pedir que los miembros del Opus Dei no pudieran acceder a puestos de responsabilidad pública, lo que denota que al menos es hombre más casto que el tronado de Amarcord, aunque tal vez con su fijación opusdeísta Freud le hubiese hecho algún traje. El testigo de Tomás Gómez lo recogió enseguida la prensa de progreso, reclamando que Andrés Ollero se abstuviera de emitir su juicio sobre al aborto; y enseguida la judicatura patria, para que nadie pueda dudar de su progresismo, se puso a dictar sentencias en contra de la enseñanza diferenciada que promueve el Opus Dei, a la que considera discriminatoria por separar a los chicos de las chicas, como hacen los reglamentos de todos los deportes olímpicos o los baños de los garitos no excesivamente guarros. Pero lo que vale para los deportes olímpicos o para los baños de los garitos no vale para el Opus Dei, cuya mera mención actúa sobre el hipotálamo de los socialistas como la campanilla sobre el perro de Pavlov, nublando su sentido común y haciéndoles proferir las sandeces más rocambolescas, a modo de salivilla viscosa.

-¡Ojo, que por ahí asoma un tío del Opus Dei! -insiste el socialista de antes.

-Que no, hombre, que no, que es una acacia.

La última floración de esta peculiar manía la ha tenido Óscar López, gerifalte socialista a quien conocíamos por el ridi que hace cada vez que presenta su candidatura en Castilla y León, donde tan sólo lo vota su tía la de Valladolid (y aun con reticencias). Ha dicho López que Rajoy legisla tan sólo para la gente del Opus y para los que ganan un pastón (en esto último, a López le resta el consuelo de saber que Rajoy legisla para él). Pero en esta fijación del socialismo por el Opus Dei descubrimos el mismo encono que la zorra de la fábula mostraba ante el racimo de uvas: un encono que empieza por ser rabia ante la virtud que no puede alcanzar; y, como la zorra de la fábula hace cuando por fin se convence de que el racimo le resulta inaccesible, los socialistas empiezan por consolar su despecho desdeñando al Opus Dei, para después denigrarlo ante el mundo y hacerlo causa de todos los males. Porque nada alivia tanto el resentimiento y la mezquindad como desprestigiar la virtud ajena; nada halaga tanto los bajos instintos y el resentimiento como ver echado por tierra, rebozado en el fango, lo que ha nacido para procurar un bien que el resentido no puede alcanzar.

-¡Ojo, que por ahí asoma un tío del Opus Dei! – se desgañita el socialista.

-Que no, hombre, que no, que es tu tía la de Valladolid, la que te vota siempre.

Desacuerdo con el maestro Carrascal

Los españoles empezamos a enterarnos de nuestra verdadera situación. Y han tenido que mostrárnosla desde fuera, desde Bruselas y desde el FMI. «El desplome es el mayor de las grandes economías», titula la prensa de izquierdas. Lejos quedan los tiempos en que teníamos la mejor banca del mundo, en que habíamos sobrepasado a Italia y pronto sobrepasaríamos a Francia. Sí, en deuda, que nadie quería ver. Y digo «quería» porque bastaba tener ojos en la cara para darse cuenta que aquello era un espejismo a caballo del euro. Que no era posible de que los españoles encontrásemos barato Nueva York, que aquí se construyeran más pisos que en toda Europa junta, que cada ciudad tuviera su AVE, su aeropuerto y no sé cuántas televisiones, que los alcaldes ganasen más que los ministros, que importásemos inmigrantes mientras los españoles vivían del paro o haciendo cursos de capacitación que no capacitaban para nada, pues para arreglar un grifo teníamos que llamar a un fontanero polaco. Aquello fue el desmadre, la alucinación y la casa de tócame Roque o como te llames, convertido en Estado del Bienestar, que quienes lo trajeron se empeñan en mantener, mitad por ignorancia, mitad por cuquería. Que Rajoy estaba también un tanto deslumbrado lo demuestra que al tomar el poder no tomase inmediatamente medidas drásticas para devolvernos a la realidad, perdiendo con ello un tiempo precioso. Cuando al final ha tenido que tomarlas, forzado por esa realidad.

Y aquí estamos, con las vergüenzas al aire, echándonos la culpa unos a otros, según nuestra bendita costumbre. Todos son culpables –los mercados, Merkel, la banca, el anterior gobierno, éste, los empresarios, los sindicatos–, todos menos uno mismo. Sin querer darnos cuenta de que los culpables somos nosotros por haber permitido que nos llevasen a esta situación. Claro que ¡era tan cómoda!

Y los menos culpables, los mercados. Los mercados son, sencillamente, ahorradores de otros países que nos prestan su dinero con la intención de obtener un beneficio proporcional al riesgo de que se lo devolvamos o no. ¿Les parece a ustedes anormal? ¿O lo anormal es que nos lo gastemos en lujos que esos mismos prestamistas no pueden permitirse?

Ya sé que esto que digo no va a granjearme aplausos sino todo lo contrario, con la acusación de exagerado y alarmista como las más suaves de todas. Pero uno está para contar lo que ve y decir lo que piensa, y si se equivoca, al menos esta vez, mejor para todos. Pero también me lo llamaban cuando, hace ya cuatro años, en estas mismas columnas, decía que algo iba mal, que no se podía gastar más de lo que se producía. No sirvió de nada y es muy posible que esto que estoy diciendo tampoco sirva.

(ABC, 18 de julio de 2012)

Por una vez y sin que sirva de precedente, no estoy de acuerdo con el maestro Carrascal. Si bien es verdad que hubo mucha gente que creyó que aquí poco menos que se ataban los perros con longaniza (incluido el marido de la Paella y su inmobiliaria, ella que ahora tanto critica la burbuja de Aznar), no es menos cierto que hubo otra buena parte de gente que no se lió la manta a la cabeza y siguió viviendo más o menos dentro de un orden. No creo que a esas personas se las pueda llamar «culpables», máxime cuando a ellas también y en no pocos casos se las ha llevado por delante el tsunami de la crisis.

No obstante, en una cosa sí estoy de acuerdo. No van a hacerle puñetero caso, maestro, como no se lo hicieron hace cuatro años. Ni a usted, ni a los que hace cuatro años nos barruntábamos, con mayor o menor conocimiento, que pintaban bastos mientras los de siempre nos llamaban «antipatriotas» y otras sandeces al alimón.

¿Hay alguien ahí?

No se crean ustedes que es una pregunta retórica. Quizá debiera preguntar si «hubo alguien alguna vez» allí donde debieran vigilarse los dineros públicos y su uso. Yo creía que se trataba de sitios como el Banco de España, o la Intervención General del Estado. La lectura del artículo del maestro Carrascal en el ABC de hoy, aunque sea poca la sangre que ustedes tengan en las venas, se la hará hervir. Como se la hará hervir el «cuadro de honor» de los diezmileuristas de ZP que publica ABC en sus páginas 26 y 27 de su edición de hoy. Continuar leyendo «¿Hay alguien ahí?»

Hora de admitirlo: la Iglesia tenía razón

Original aquí.

Al hilo de los intentos del Presidente Obama de obligar a las instituciones de la Iglesia a pagar esterilizaciones, anticonceptivos y abortos a sus empleados, están corriendo ríos de tinta en los Estados Unidos. Gracias a Dios, los obispos y prácticamente toda la Iglesia en Estados Unidos se están enfrentando sin fisuras a esta imposición inaceptable del gobierno.

Traigo hoy al blog un artículo que me ha parecido espectacular. Teniendo en cuenta que se trata de un periódico económico, el Business Insider, el título del artículo es verdaderamente provocador: «Es hora de admitirlo: La Iglesia siempre ha tenido razón sobre el control de la natalidad». No se lo pierdan, porque merece la pena. Es bueno, breve y sin complejos. Ojalá lo hubiera escrito yo, pero al menos lo he traducido para que lo disfruten mis lectores.

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Pintar a la Iglesia Católica como «fuera de contacto con el mundo actual» es lo más fácil del mundo, con tanto sombrerito extraño y las iglesias llenas de pan de oro. Y nada lo hace más fácil que la postura de la Iglesia contra los anticonceptivos.

Mucha gente (incluido nuestro editor) se pregunta por qué la Iglesia Católica no abandona simplemente esta norma. Señalan que la mayoría de los católicos la ignoran y que casi todos los que no son católicos consideran que crea división o que está pasada de moda. «¡Venga ya, que estamos en el siglo XXI!», dicen. «¿Es que no VEN que es algo ESTÚPIDO?», gritan.

Hay algo que conviene tener en cuenta, sin embargo: la Iglesia Católica es la mayor organización del mundo y la más antigua. Ha enterrado a todos los grandes imperios conocidos por el hombre, desde los romanos hasta los soviéticos. Cuenta con establecimientos literalmente en todo el mundo y está presente en todos los ámbitos del quehacer humano. Nos ha dado algunos de los más grandes pensadores del mundo, desde San Agustín hasta René Girard. Cuando hace algo, por lo general tiene una buena razón para ello. Todo el mundo tiene derecho a estar en desacuerdo, pero no se trata de un montón de blancos viejos y locos que se quedaron atascados en la Edad Media.

Entonces, ¿qué está pasando?

La Iglesia enseña que el amor, el matrimonio, el sexo y la procreación son cosas que deben ir juntas. Eso es todo. Pero es muy importante. Y aunque la Iglesia lo enseña desde hace 2.000 años, probablemente nunca ha sido tan significativo como hoy en día.

Los mandatos contra el control de la natalidad fueron reafirmados en un documento de 1965 firmado por el Papa Pablo VI, llamado Humanae Vitae. El Papa advertía que se producirían cuatro resultados si se aceptaba el uso generalizado de anticonceptivos:

– Reducción general de los estándares morales

– Un aumento de la infidelidad y la ilegitimidad

– La reducción de las mujeres a objetos utilizados para satisfacer a los hombres

– Coerción por parte de los gobiernos en asuntos reproductivos.

¿Suena familiar?

Porque se parece mucho a lo que ha estado sucediendo en los últimos 40 años.

Como escribió George Akerloff en Slate hace una década: «Al convertir el nacimiento del niño en una elección física de la madre, la revolución sexual ha convertido el matrimonio y el sostenimiento de los niños en una elección social del padre».

En lugar de dos padres que son responsables de los niños que conciben, una expectativa defendida por las normas sociales y por la ley, ahora damos por sentado que ninguno de los padres es necesariamente responsable de sus hijos. Se considera que los hombres cumplen sus obligaciones simplemente mediante el pago por orden judicial de la pensión alimentaria a los hijos. Se trata de una reducción muy drástica de los estándares de la «paternidad».

¿Qué tal nos va en lo demás desde la gran revolución sexual? El matrimonio de Kim Kardashian duró 72 días. Los hijos ilegítimos: en aumento. En 1960, el 5,3% de todos los hijos nacidos en los Estados Unidos fueron de mujeres solteras. En 2010, la cifra había subido a un 40,8%. En 1960, las familias basadas en un matrimonio formaban casi tres cuartas partes de todos los hogares, pero según el censo de 2010 ya sólo representaban el 48 por ciento de los mismos. La cohabitación fuera del matrimonio se ha multiplicado por diez desde 1960.

Y si usted no cree que las mujeres están siendo reducidas a objetos para satisfacer a los hombres, bienvenido a Internet. ¿Cuánto tiempo hace que conoce la Red? En cuanto a la coerción del gobierno: basta mirar a China (o a los Estados Unidos, donde el gobierno ha establecido una norma sobre la cobertura obligatoria de la anticoncepción que es la razón por la que estamos hablando de esto ahora mismo).

¿Todo se debe a la Píldora? Por supuesto que no. Pero la idea de que una disponibilidad general de la anticoncepción no ha dado lugar a un cambio social dramático, o que este cambio ha sido exclusivamente para bien, es una noción mucho más absurda que cualquier cosa que enseña la Iglesia Católica.

También lo es la idea de que es OBVIAMENTE ESTÚPIDO recibir indicaciones morales de una fe venerable (¿En lugar de recibirlas de quién? ¿De Britney Spears?).

Pasemos a otro aspecto de este tema. La razón por la que nuestro editor piensa que los católicos no deberían ser fructíferos y multiplicarse tampoco se sostiene. La población del mundo, escribe, está en un camino «insostenible» de crecimiento.

La Oficina de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas considera que la tasa de crecimiento de la población disminuirá en las próximas décadas y se estabilizará alrededor de los nueve mil millones en 2050… y se quedará ahí hasta el 2300 (y tengamos en cuenta que las Naciones Unidas, que promueven el control de la natalidad y los abortos en todo el mundo, no son precisamente partidarias del dad-fruto-y-multiplicaos).

En términos más generales, la visión maltusiana del crecimiento ha persistido, a pesar de haberse probado una y otra vez que estaba equivocada y que había causando gran cantidad de sufrimientos humanos innecesarios. Por ejemplo, China se encamina hacia una crisis demográfica y hacia la dislocación social debido a su equivocada política del hijo único.

El progreso humano es la gente. Todo lo que hace la vida mejor, desde la democracia a la economía, pasando por Internet y la penicilina, fue descubierto o creado por la gente. Más gente significa más progreso. El inventor de la cura para el cáncer podría ser el cuarto hijo que alguien decidió no tener.

Finalmente, para resumir:

– Es una buena idea que las personas den fruto y se multipliquen.

– Independientemente de lo que le parezca la postura de la Iglesia sobre el control de la natalidad, es una postura que ha demostrado ser profética.

Michael Brendan Dougherty y Pascal-Emmanuel Gobry.

Notas sobre noticias

La no-imputación

Finalmente, el (todavía) duque de Palma ha sido imputado formalmente por el juez Castro. Sin embargo, y sin ser una lumbrera jurídica, el auto de S.Sª me produce cierta perplejidad. Si ustedes se toman la molestia de leer el art. 779.4º de nuestra venerable Ley de Enjuiciamiento Criminal (de 1882, pero con más parches que Robocop), se encontrarán con lo siguiente:

Si el hecho constituyera delito comprendido en el artículo 757, seguirá el procedimiento ordenado en el capítulo siguiente. Esta decisión, que contendrá la determinación de los hechos punibles y la identificación de la persona a la que se le imputan, no podrá adoptarse sin haber tomado declaración a aquélla en los términos previstos en el artículo 775.

El precepto corresponde a la regulación específica del procedimiento abreviado, aplicable a los delitos que tengan señalada pena inferior a 9 años de privación de libertad, cual sería el caso de los que, según las informaciones aparecidas en prensa, podrían haber cometido el duque y sus socios. Sin embargo, tal y como dice la negrita que les marco, traten ustedes de encontrar en el auto de marras la imputación. Aparece, sí, perfectamente identificado el duque, al menos a través de su representación procesal; mas, ubi imputatio? ¿De qué le acusa exactamente S. Sª? Y por otra parte, declarar ante el Juez, hasta donde uno sabe, sólo se puede declarar en calidad de autor, cómplice, testigo o perito. No tenía idea de que a una persona se la pudiera imputar por referencias a los folios del sumario.

Veremos en qué termina. El escenario que yo me imagino es el siguiente: Urdan-pillín sale absuelto por prescripción de los delitos presuntamente cometidos, pero le echan de la Casa Real, le retiran todas las prebendas que hacen al caso y a lo mejor es incluso aconsejado de divorciarse de la Infanta.

La guerra de papá y mamá

Papá RbCb y Mamá Chaconeta Metálica andan a la greña por repartirse las cuatro migajas de poder que han quedado dentro del PSOE. Menudo trabajo. Veamos los hechos:

  1. la pesoe ha sacado aún 7 millones de votos, lo que indica sobradamente la fortaleza de su red clientelar. Pero no es menos cierto que después del desahucio forzoso del 22-M, un partido de base fundamentalmente municipal como es el PSOE ha quedado sumamente tocado.
  2. estamos ante dos perdedores: RbCb perdió las elecciones ante Rajoy, pero no por méritos de éste (si excluimos la paciencia), sino porque RbCb no tenía nada que vender el 20-N; y en cuanto a la Chaconeta Metálica, deja un recuerdo catastrófico en Defensa, con 27.000 millones de deuda y la imperiosa necesidad de reorganizar las FF.AA. de arriba abajo al efecto de recuperar la eficacia y sobre todo, el orgullo y la moral de las mismas.
  3. RbCb, finalmente tiene un punto a su favor: no ser nacionalista, como le ocurre a la Chaconeta Metálica y al PSC, razón por la cual a ésta no se la puede ver ni en pintura en Extremadura o Andalucía. Y otro en contra: que con 60 años, estando más cerca de la jubilación, pretenda presentarse como la renovación del Partido.

Tal como diría uno de los manifiestos de la guerra, todos estuvieron allí. Mientras gobernaba ZP y corría el dinero a espuertas para los asuntos más peregrinos, a nadie se le ocurrió levantar la voz contra el despilfarro. Era peor quedarse sin la canonjía. Todos cantaban la canción de A comer, a beber y a arramblar, a todos los niveles. El que pretendía poner un poco de sensatez era laminado (por ejemplo, Jordi Sevilla).

Nos tememos que, tal como dice lúcidamente la exministra María Antonia Trujillo en su entrevista para Época, ninguno de los actuales valga para ejecutar la necesaria renovación-refundación del PSOE. Tiene que surgir alguien completamente desconocido: ni siquiera los tapados, que no son sino peones de los que ya andan en candelero. No parece, no obstante, que los tiros vayan por ahí: hay voces en la pesoe que no quieren primarias libres «porque eso crearía problemas», «pondría en cuestión el liderazgo» (¿einnnn? ¿Qué liderazgo?).

En fin. Dejamos para otra entrada el repaso al primer decretazo del año mariano de 2012…

Trasgo

Bueno es recordar esto que dice el Trasgo de la Gaceta en su página diaria de Paseo por la izquierda (que tal vez debiera titularla en breve como Un paseo por las nubes, visto lo visto). Les entresaco un párrafo, que vale no solamente para ahora, sino para 2008 y específicamente España…

La crisis tiene desconcertada a la izquierda mediática, nunca muy ducha con los números. Iñaki Gabilondo, en su habitual prédica en la Cadena SER («Y España de puente») habla de que estamos en plena «refundación de Europa» (y van…) y se pregunta qué misterio es ese de la deuda.

Para mí, lo misterioso es que pueda ser un misterio para nadie. No somos pocos los que llevamos décadas escribiendo que no hay más cera que la que arde y que los Estados estaban gastando como marineros borrachos tirando de tarjeta. La izquierda nos miraba como aguafiestas descerebrados, y, ahora que se ha producido exactamente lo que vaticinábamos, en lugar de reconocerlo, hablan del ‘misterio de la deuda’ y aseguran que esto «nadie podría haberlo previsto». Es un grado de solipsismo que se hace francamente preocupante.

Sobre todo, porque esa argumentación idiota del «nadie podía haberlo previsto», en primer lugar, es mentira. Los tamagotchis a sueldo del Gobierno repetían incansablemente esa mentira y cuando se les decía que eso no era verdad, respondían: «Ni siquiera Rato (entonces vicepresidente del FMI) lo previó (y añadan aquí ustedes el insulto o descalificación que mejor les parezca)». Y no había manera de sacarles del argumentario. Como si mencionar a alguien que fue Ministro de Economía con el PP («era uno de los vuestros») fuese argumento de autoridad suficiente.

Hace días que no se les ve por ahí. ¿Será que en la pesoe hay ERE de tamagotchis?

Tamagotchis

Vuelvo hoy a asomarme por mi blog y dejarles lo que consideraremos una breve nota. ¿A cuenta de? Pues de algo que ocurrió ayer en Twitter e hizo que muchos recalibráramos a cierto conocido personaje, que pasa por ser periodista y aparece con cierta frecuencia en alguna cadena de televisión. Continuar leyendo «Tamagotchis»

Falsos paradigmas del postfranquismo

Por su interés, reproducimos este artículo de D. Emilio Lamo de Espinosa, aparecido hoy 2 de octubre en ABC (citado aquí):

La asimetría de nuestra cultura política llega a ser dramática: mis alumnos en la Universidad no olvidan el Holocausto y Hitler, pero ignoran por completo el Gulag y Stalin.

Sospecho que nos encontramos en un punto de inflexión de la cultura democrática española marcada por la doble hegemonía nacionalista y de izquierdas, que se impone desde la muerte del general Franco. Una hegemonía inevitable. Franco era un apestado político y la democracia encontró parte de su identidad en el antifranquismo, cortando con el pasado. Inevitable e incluso bueno, aunque sin exagerar; no vamos a rechazar el principio de Arquímedes porque los ministros franquistas de obras públicas lo hacían suyo. Pero la consecuencia de ese antifranquismo casi «constituyente» es que todo aquello que tuvo contacto o relación positiva con el anterior régimen aparecía lastrado por esa hipoteca, y viceversa, por supuesto, lo que tuvo (o pudo tener, u hoy se dice que tuvo, aunque sea falso) relación negativa ha gozado de un plus de legitimidad frecuentemente inmerecido. Hay así una suerte de asimetría básica que angeliza a unos y demoniza a otros, y que se manifiesta en los dos ejes en que se articula la vida política española: el eje izquierda-derecha y el nacionalista-constitucionalista.

Veamos el primero. Como sabemos, la autoubicación ideológica de los españoles está claramente sesgada a la izquierda, dato que no por conocido es evidente, ni mucho menos. Por ejemplo, España resulta ser el tercer país más a la izquierda de 19 países europeos estudiados recientemente, más que los social-democráticos países nórdicos e incluso que conocidos izquierdistas como Francia. Incluso América Latina está a nuestra derecha.

Bueno, si los españoles quieren ser de izquierdas, pues que lo sean, faltaría más. Pero son datos tan estables, tan inmutables, que cabe sospechar que no estamos ante una variable, sino ante un parámetro casi inmune a la experiencia. Los españoles «son» de izquierdas antes de decidir a quién votan o de valorar políticas o programas. Es más, son de izquierdas incluso cuando votan a la derecha (que es lo que va a ocurrir: ¿quiere usted votar a la derecha con su voto en contra?). Ello ha otorgado una suerte de hegemonía a la izquierda, que se siente moralmente superior hasta el punto de creer que la democracia es suya y la derecha («fascista», por supuesto) debe ser vigilada detrás de un «cordón sanitario». Cosa curiosa, pues en España no hay casi extrema derecha y sí bastante extrema izquierda. Veamos lo que escribe nada menos que un padre de la Constitución: «No hicimos los socialistas ni la Transición ni la Constitución con el Rey, con Adolfo Suárez y su UCD, con los nacionalistas más integradores, para facilitar el acceso al Gobierno a los antiguos franquistas, a los sectores más conservadores y reaccionarios de la sociedad». Es decir: o gano yo o rompo la baraja. Bueno, nada nuevo: ya ocurrió en 1934.

Y así aparecen teñidos de franquismo no ya la bandera, el castellano o la patria, incluso los toros y la mantilla, los curas, los pantanos y la política hidráulica, a veces incluso la contabilidad y el mismo principio de realidad. Por poner algunos ejemplos, la igualdad ante la ley y la centralización administrativa, que fue siempre jacobina y de izquierdas, hoy es franquista, mientras que la descentralización y la desigualdad jurídica (incluso bordeando el privilegio medieval), escondidas tras el discurso fuerista de la «diversidad», resultan ser, ¡vaya sorpresa!, progresistas y de izquierdas. La derecha era nacionalista, y la izquierda (hay que recordarlo, se nos ha olvidado), antinacionalista e internacionalista (se hablaba de «internacionalismo proletario»), pero hoy los términos parecen cambiados y resulta que lo progresista es el nacionalismo (de unos, claro, no el de los otros) e incluso el localismo. Y qué decir de las dictaduras de izquierdas (Castro, Chávez, incluso Ahmadineyad y por supuesto Gadafi) tratadas con simpatía o al menos con realismo político, o de los golpes de Estado que si son de derecha (como en Honduras) dan lugar a reacciones fulgurantes y llamadas a consulta de embajadores, pero si son de (supuesta) izquierda (en Irán, con asesinatos de jóvenes estudiantes) son meros «asuntos internos» (Moratinos dixit). La asimetría de nuestra cultura política llega a ser dramática: mis alumnos en la Universidad no olvidan el Holocausto y Hitler, pero ignoran por completo el Gulag y Stalin.

Asimetría que se extiende todavía más sobre el otro eje de la política española, donde el nacionalismo goza de una hegemonía muy superior a su apoyo real. La exhibición de banderas nacionalistas es un acto de libertad que se contempla con emoción, pero la de banderas españolas es irritante; sus himnos se escuchan con respeto, el de España con rechifla; promover el nacionalismo catalán desde su autogobierno utilizando la educación o los medios de comunicación, cuando no la más burda propaganda (es decir, conquistar la hegemonía), es «hacer país»; pero una similar articulación de España desde el Estado español sería una exhibición de «franquismo»; promover el uso de sus lenguas es bueno y natural, incluso si se hace a costa de otras lenguas habladas por la mayoría de la población, y, por supuesto, nadie se ha atrevido siquiera a proponer un referéndum sobre la inmersión lingüística (probablemente lo perderían). La asimetría es tal que hace años que el problema no es el lugar de Cataluña o el País Vasco en España, bien resuelto, sino el lugar de España, y en general de lo español, en esas Comunidades. Y frente a una ciudadanía que se siente española y catalana al tiempo y vive esa doble identidad con total naturalidad, los nacionalistas tratan por todos los medios de cercenar una a costa de la otra.

Ten cuidado con tus enemigos, pues acabarás pareciéndote a ellos. Y así, nada más parecido al viejo nacionalismo españolista que estos nuevos nacionalismos (y nada más franquista, por cierto, que la violencia de ETA misma): si aquel se empeñó en construir una Nación homogénea desde el Estado, si tachaba al «enemigo» de antipatriota (la «anti-España»), si imponía una lengua a costa de la otra, ¿no hacen ahora lo mismo? Nada más «viejo régimen» que ese editorial unánime de los periódicos catalanes, apoyado/impulsado por el gobierno que los financia, reiterado por todas las asociaciones, grupos, comités, colegios, universidades, ONG, bandas de música y grupos de montañeros, hasta silenciar por completo a quienes piensan de otro modo.

Ese es el sentido de leyes como la de la llamada «memoria histórica». Pues no se trataba de solucionar un problema que sigue vivo (los enterramientos clandestinos), no; se trata de reavivar el antifranquismo, contra el que se vive mejor. Y una vez más, para terminar pareciéndose al enemigo reproduciendo sus mismos errores sobre la guerra: unos eran «buenos» y otros «malos»; un lado atentó contra la legalidad, el otro salvó la legalidad que quedaba; un lado hizo una revuelta violenta, el otro trataba de mantener el orden; unos buscaban la paz, los otros la guerra. De nuevo el mismo discurso, los mismos argumentos, aunque invertidos en un espejo. Y cuando creíamos que la Transición se había hecho contra la guerra (es decir, contra el franquismo y contra el antifranquismo), hete aquí que se trata de reavivarla, no de apaciguarla. Antifranquistas de poca memoria que pueden decir con serenidad, por ejemplo, que el «orden público» está por encima de las leyes y la Policía no está para crear conflictos, algo así como «la calle es mía», pero en fino. Efectivamente, el franquismo nunca se ha ido del todo y lo encontramos en los lugares más insospechados. Puede que la verdadera segunda Transición sea ésta: pasar desde una democracia antifranquista que ve el mundo por el espejo del retrovisor a una democracia a secas que mira de frente al futuro. Y vaya si hace falta mirar el futuro.

Pero el derrumbe del Partido Socialista Obrero Español está siendo dramático. Desde luego, porque coincide con una grave crisis económica que no ha sabido gestionar y que profundiza la desconfianza política, pero sobre todo porque las piruetas ideológicas del PSOE, que no es ya ni español, ni obrero ni socialista, sino solo (y sobre todo) partido, han sido caladas por el electorado. Ganó poder a costa de los principios y ahora se va a quedar sin principios y sin poder. Sospecho que no estamos ante un simple cambio de mayoría de gobierno; estamos ante un fin de ciclo.


 

Pensamientos al vuelo

Ideas, intuiciones y otras cosas que se me pasan por la cabeza

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Las cuatro esquinas del mundo

Nadie entre sin aumentar la entropía

Mirando hacia arriba...

Reflexiones sobre cosas que pasan en los cielos

El vuelo del albatros

Pensamientos diversos a vista de pájaro

Cuatro amiguetes y unas jarras

Ya que no podemos arreglar el mundo, hablaremos de lo que nos interesa: la política y los políticos, el fútbol, el cine, y todo lo que nos molesta, acompañados por unas jarras de cerveza. Bien fresquitas, por supuesto

General Dávila

Nada hay como el soldado español y mi única aspiración siempre ha sido estar a su altura

VIA LIBRE

Escribo y difundo lo que me interesaría leer. Para todos los públicos

Verdades Ofenden

"Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga" Diderot. / "El que tiene la verdad en el corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión" Ruskin – (Bitácora-Biblioteca virtual y PERSONAL, recopilatória de aquellos artículos que despiertan mi interés)

C Y K L O S

Asociación de Astrología de Cataluña

Queremos salir de la Crisis

¿Los políticos Tambien?

Galicia Futura

Blogazine Independiente / Abierto 24 horas

La Imagen Reflejada

El Patito se vió reflejado en el agua, y la imagen que ésta le devolvía le cautivó por su hermosura: era un magnífico Cisne

Es war einmal...

"Los dogmas del quieto pasado no concuerdan con el tumultuoso presente." (Abraham Lincoln)