Será por el parentesco céltico –o no, vayan ustedes a saber–; pero me reconocerán ustedes que nuestro ínclito Gobierno es experto en esa forma de masaje llamada ducha escocesa: primero, una de agua hirviendo y luego otra de agua helada. E logo depende. Pero vayamos por partes, que diría Jack el Destripador.
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Categoría: Barretina
Defender lo obvio
Hala. Ya está liada otra vez. Y todo porque al Mar-gallo morón se le ha ocurrido decir una obviedad: que dado que somos un Estado de Derecho —afirmación discutida y discutible—, se aplicará en todo caso la ley, toda la ley y nada más que la ley. Y que estando incluido en esa ley el artículo 155 de la Constitución, resulta éste aplicable, al menos en términos abstractos. Que se vaya a aplicar o no ya es otra cuestión. Pero dado que está en la misma Constitución, es un mecanismo de uso perfectamente legítimo por parte del Gobierno. Eso, sin contar con el rarísimo detalle de que sea el Ministro de Esteroides… digo, de Exteriores, el que se pronuncie, en vez de pronunciarse el de Interior, que además es de casa.
Más allá de los catastrofistas que hablan de que el efecto de la aplicación de ese precepto sería una especie de bomba nuclear, nos encontramos que el supuesto de hecho está perfectamente delimitado en el precepto. Así, se aplicará dicho artículo cuando:
-
Una Comunidad Autónoma no cumpla las obligaciones que le imponen la Constitución y las leyes.
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O actúe de forma que atente gravemente contra el interés general de España.
En Cataluña, eventualmente, se dan los dos. Pues, en primer lugar, no cumplen las obligaciones que le imponen la Constitución y las leyes al incumplir las sentencias de los Tribunales en materia educativa e incluso dar instrucciones para que éstas se cumplan de forma oblicua y torticera. Y en segundo lugar, si mantener un proceso cuyo fin no es otro que la secesión del territorio nacional (por no hablar de futuras anexiones territoriales) no es «atentar contra el interés general de España», un servidor de ustedes ya no sabe qué va a serlo.
Sin embargo, lo interesante han sido las reacciones de las diversas fuerzas políticas. Los nacionalistas de ERC han sido los primeros en saltar como si les hubieran pinchado. Alfred Bosch y su comparsa poco menos que han dicho que «cómo se atreve a cuestionar el procés» y dando por sentado que después del 9 de noviembre Mariano mandaría a los tanques a pasearse por la Diagonal. Sin olvidar que si tal ocurriera y que si se suspendiera la autonomía catalana, él, Alfred Bosch, «seguiría defendiendo valientemente la independència de Cataluña»… desde Perpignan, a donde habría llegado a escape. Y lo mismo otros como él. Vamos, es que me da la risa oír a Bosch y demás comparsas perorar sobre la «democràcia» en una región en que ésta está desaparecida desde hace 34 años, de los cuales 8 les pertenecen a ellos por derecho propio.
En el socialismo oficial, como es de rigueur en estos tiempos, no hay una única posición. El secretario nacional, Sánchezstein, pretende aplicar la receta zapatera de «diálogo y talante», como si cupiera dialogar con unas personas que ya han dejado claro que los argumentos, por muy buenos que sean, se la repampinflan. Es decir, una receta zapatera destinada a fracasar por no meterse con el fondo de la cuestión —y por no ensuciarse las manos—. Quien sí se mete en harina, en cambio, es la versión oronda de François Hollande, que atiende por Miquel Iceta. Naturalmente, a favor del procés. Desactivado el tibio Pere Navarro, el PSC se echa en brazos del procés con la idea tal vez de estar en los dos bandos al mismo tiempo. Si ganan los secesionistas, resultará que el PSC «siempre apoyó el procés». Si no ganan, «nosotros seguimos formando parte del proyecto socialista nacional».
A los demás partidos, salvo a CiU que ya tienen bastantes problemas ellos solos, les basta con mencionar a Franco (lo de los tanques ya se lo ha pisado Bosch) y el recuerdo de una «dictadura» que muchos de ellos no tienen edad siquiera para haberla vivido y comprendido.
Ah, pero falta uno, dirán ustedes. Pues sí. El PP. El partido que ahora mismo está en el gobierno, si nos atenemos a la fictio iuris que presupone que el PP puede hacer algo sin el concurso por lo menos del principal partido de la oposición. Que no puede, ciertamente, pues desde 2008 está haciendo manitas con éste. ¿Y qué opina Mariano de todo este embrollo? De entrada es difícil saberlo porque, como gallego en ejercicio que es, non se sabe si sube ou si baixa, si ven ou si vai. Ha repetido por activa y por pasiva que «no habrá consulta»; pero, ¿quién le cree después de abandonar la última promesa electoral relativa a la derogación de la ley del aborto, siquiera fuera para volver a la de 1985? Vayan ustedes a saber qué es lo que habrán acordado en la logia que él deberá llevar a exacto cumplimiento.
Otra cosa que me extraña, para terminar: que no hayan protestado los Senadores, Senadoras y Senadoros porque a Margallo le diera por mencionar el único precepto constitucional que les haría trabajar de verdad y justificar su sueldo…
Vagi a la merda!
Me da vergüenza, como catalán, oír a una soberbia Marta Ferrusola decir esas palabras a una periodista que simplemente hacía su trabajo. Son el resumen y compendio de la actitud de la casta política (no sólo pero también) catalana a quienes les hacen preguntas pertinentes e incómodas.
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Götzendammerung

¿Creían ustedes que íbamos a tener un verano tranquilo como una balsa de aceite? Pues parece que a alguien le interesa la tensión. Ya nos habíamos acostumbrado a que S. Sª la juez Alaya termine con dos imputados más cada semana —como mínimo— en el macrocaso que está instruyendo. Caso que, si alguien quiere echarlo abajo, tendrá que hacerlo por encima del cadáver de la Ley, sin duda. Olvídense, pues, de la tranquilidad: L’Avi II (Pujol) ha decidido soltar la bomba y confesar que ha robado mucho. Quants cops, fill meu? Continuar leyendo «Götzendammerung»
Chocolate per tutti
El problema
Sepan ustedes que ya tenemos serpiente política de verano —y si Dios no lo remedia, de parte del otoño—: la reforma constitucional. Después de tantos años de coñazo identitario, Mariano ha encontrado la forma de «encajar a Cataluña con (el resto de) España». La tentazione, l’oro marrone, la soluzione, que hubieran dicho los de Huapacha Combo. Y nos quejábamos de que no se movía, fíjate tú. Continuar leyendo «Chocolate per tutti»
Gamonal bis
Tal y como les anunciaba aquí, la estrategia de Gamonal ha resultado plenamente exportable. Entrar como un trolebús en una manifestación apenas «legítima» y transformarla en unos disturbios de rojo subido. Ése fue el modelo ensayado con éxito en Gamonal, en Madrid… y ahora en Barcelona.
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La fecha
La «gran noticia» de hoy es que el separatismo cavernícola ya tiene fecha para la consulta. Han ¿pactado? entre ellos la fecha del 9 de noviembre. Que digo yo que hubiera sido mejor la fecha del 7, por aquello de la sovietización del Règim. Lástima que el 7 caiga en viernes. Quico Homs, el martillo de herejes xarnegos, salió ayer anunciando alborozado la fecha, además de decir que «España quiere liquidar a Cataluña» (que no falte una generosa ración de victimismo en la agit-prop). Hasta la hagiógrafa oficial del rei Artur, Pilar Rahola, escribía en Twitter que «están escribiendo la historia de Cataluña con mayúsculas», o algo así. Me quedé con las ganas de decirle que lo que están haciendo en mayúsculas es el ridículo, toda vez que la muy demócrata elimina los comentarios que no le gustan.
Y ahí está Mariano, viendo llover. Sus terminales mediáticas tildan de «radicales» a quienes sostenemos que es una ocasión muy buena para aplicar el art. 155 de la CE, que no está donde está para hacer bonito, precisamente. De hecho y en relación a Cataluña ha habido muchas ocasiones para aplicarlo; pero se han dejado pasar, en razón de no sé qué pacto secreto del estilo de Cataluña no se toca. Todos los presidentes de la «democracia» han abandonado a los catalanes que no tragamos con la catequesis secesionista. Así que ahora volver es complicado. Hacer que el Estado comparezca por fin después de 30 años es complicado. Ya no hay remedios pacíficos y aunque las argumentaciones jurídicas abundan en el hecho de que no es un artículo que se deba aplicar a la ligera, quizá haya llegado el momento de dejarse de tonterías y ponerse un poco en plan Pazos: «Vamos a llevarnos bien…»
Y ahí está Mariano, con su estrategia del pudridero. Recordémosla:
La actuación del presidente recordó una de las señas de identidad de Mariano Rajoy: dejar que los conflictos maduren sin hacer nada hasta que acaban pudriéndose.
«La elección entre Rato y Guindos es una demostración clara de que Rajoy sólo se ocupa de sí mismo. Su responsabilidad era haber impedido llegar al límite de tener que elegir entre uno y otro. El presidente es incapaz de acabar con los conflictos, que se acaban enquistado y poniendo a todos en una situación límite. Es una forma de liderar sin hacer nada, dejando que todo se pudra hasta que revienta y cuando revienta resulta que él nunca tiene la culpa, todo le viene dado, a todo le obligan los demás. Las cosas pasan solas, él nunca es responsable de cómo pasan las cosas». (Lucía Méndez, Morder la bala, pp. 529-530)
Desgraciadamente hemos de convenir que la estrategia es la misma en el caso catalán. Mariano prefiere que el caso se pudra por sí mismo antes que tomar una decisión. Decisión que podría calificarle como «dictador» o, peor aún, como «fascista», calificativo al que el actual ocupante de Moncloa profesa un horror orgánico. ¿El resultado? Que nunca habíamos visto a un presidente con mayoría absoluta estar más a merced de sus rivales políticos. Sigue vigente toda esa pamema del «diálogo» y el «talante», reconvertida hoy en «yo estoy en política para hacer amigos». Como si Mariano fuera un recién llegado a la política desde su Pontevedra de crianza.
Y no, señor Rajoy. Gobernar y hacerlo en bien de la nación no granjea muchos «amigos», especialmente en aquellos segmentos de la casta que han creído que España era su patio particular, su coto cerrado. Tampoco es que el pueblo español sea muy agradecido con aquellos gobernantes que lo tratan bien (ahí está la historia para demostrarlo); pero eso va en el cargo y ya debería usted saberlo. Actuar en consecuencia sería aplicar la ley y castigar su incumplimiento. Imagino que estará usted esperando a que «el Govern cometa un delito». Pues verá: el incumplimiento por parte de la Generalitat de las sentencias del TS en materia educativa por la cara ya lo es. Por no hablar del famoso simposi en que unos cuantos paniaguados del Règim aprovecharán para echar bilis contra Espanya y que ya ha sido denunciado a la Justicia por Ciudadanos y su propio partido en base al art. 510 CP. Por no hablar de que el art. 155 no exige específicamente que la Generalitat cometa un delito para actuar. Recordemos su texto:
1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
Si educar en el odio a dos generaciones de catalanes no es «atentar gravemente contra el interés general de España» díganme ustedes qué podría serlo. La ironía del asunto es que este artículo contiene la única facultad verdaderamente útil del Senado, ahora que tantos abogan por su supresión.
Y ahí está Mariano en la Moncloa. No oye nada. Se fuma un puro de la caja de habanos traída directamente de Cuba para ZP (que no fumaba pero le venía bien para las visitas). Mira por la ventana, ve lo que hay ahí fuera. Frunce el ceño y musita: «Eshtá lloviendo mucho».
CAC… isición
Saltó ayer la noticia. Por lo visto, al llamado Consell Audiovisual de Catalunya se le ha ocurrido defender el «honor» y el «buen nombre» de la nació catalana, propiciando nuevas tardes de gloria a la caspa catalana con pedigrí.
Sepan ustedes que los miembros y miembras del CAC, por indicación o excitación especial del Govern a través del ínclito Quico Homs, martillo de herejes anticatalanistas, ha decidido sancionar a determinados periodistas y medios de comunicación. O, lo que es lo mismo, sacrificarlos en el altar de la pàtria catalana. Uno de ellos, Carlos Herrera, que hoy escribe una columna en el ABC sobre el tema. Pero en lo que me importa, sepan que el nuevo Torquemada catalán ha considerado que C’s incita al odio a Cataluña. Bueno, es normal. Concretamente, la diputada Inés Arrimadas, específicamente señalada como incitadora, saca las vergüenzas de este (des)Govern todos los días, al igual que sus compañeros en el Parlament y le insta a que gobierne de una vez. Ejerce su legítimo derecho a la crítica, protegido por el amenazado art. 20 CE. Evidentemente, el CAC (y por supuesto el Govern) no lo ven así.
Y a pesar de que los ejemplos acostumbrados caen habitualmente del lado del nacionalsocialismo alemán y su entartete Kunst, no está de más recordar que en la vieja URSS (y luego en su órbita de países conquistados liberados) también había listas de autores que no debían ser leídos. Y censura, por supuesto. Viene a cuento la cita por algo de lo que «se me ha quedado la copla»: la sovietización del Règim Catalanista, denunciada por Javier Montilla en su libro Los muros de Cataluña.
Pero vamos a ver: ¿«odio a Cataluña»? ¿Cómo puede odiar a Cataluña alguien que, como Inés Arrimadas, se siente catalana hasta las trancas pese a su origen xarnego? Les voy a decir quiénes odian a Cataluña. Odian a Cataluña quienes creen que Cataluña es su cortijo particular, en el que sólo ellos pueden robar y sólo ellos pueden quedar impunes. Odian a Cataluña quienes se tragan y repiten acríticamente las consignas expedidas desde la Generalitat. Odian a Cataluña quienes desde los medios de comunicación públicos (aquí ya no quedan medios privados, es decir, no dependientes de subvención alguna) azuzan el odio contra el resto de España. Odian a Cataluña quienes implantan en el cerebro de los más pequeños las consignas y esa mitología llena de mentiras que algunos quieren hacer pasar por «historia».
¿Y Mariano? Se conoce que eshtá lloviendo mucho. Está de perfil, paraguas abierto. No se le mueve un pelo de la barba. Tampoco a Sánchez-Camacho, aunque ésta por un doble motivo: primero, porque hace lo que hace su jefe, siempre, después de mirar con el rabillo del ojo; y segundo, porque tienen a uno de los suyos colocado allí, calladito y cobrandito, Daniel Sirera, que ni siquiera ha emitido un voto discrepante o nada que se le parezca contra este ataque frontal a la libertad de expresión.
Van enseñando los dientes y nos van mostrando cómo va a ser la vida cotidiana en una hipotética Cataluña «independent». La última muestra, el ataque a la sede barcelonesa de UPyD por unos brètols, que fueron identificados por los Mossos pero no detenidos. Todo porque querían colgar en dicha sede una pancarta. ¿Y saben lo que me temo? Que acabemos como en la Alemania inmediatamente anterior a 1933. Todos los partidos de cierto tamaño tenían sus paramilitares, camorristas de todos los tamaños y pelajes acostumbrados a la pelea callejera, entre los cuales se alzaba la policía apenas como árbitro (es decir, imposibilitada de ejercer un mayor papel represivo). Con el consiguiente aumento de la inseguridad ciudadana. Allí aquello provocó 12 años de terror y una guerra mundial. Aquí, una guerra civil y 40 años sin democracia. Y volvemos a ir camino de ello.
Fart nacional
Créanme ustedes que, por una vez y sin que sirva de precedente, siento el mismo cansancio que Josep Antoni Duran i Lleida. El ínclito personaje, paradigma del ni sí ni no, sino todo lo contrario, ha cerrado al parecer su blog porque, según decía, no había cuestión o asunto que él plantease que el debate posterior no llevara al terreno de la qüestió nacional. Continuar leyendo «Fart nacional»
«Catalanizar España»
Créanme ustedes: no ganamos para sorpresas en este país. No creía un servidor que las dos palabras que encabezan este post levantarían tal polvareda en boca de Esperanza Aguirre, a quien algunos plumillas de muchas campanillas se empeñan en endosarle el poco agradecido papel de tía Juana de Génova, 13. Como si el mundo se detuviera porque ella esté o no esté en política (sólo ella sabe si está y hasta qué punto está metida). O esos que se empeñan en ello, al menos, que prácticamente han extraído una tesis doctoral sobre lo que pretendió decir, ignorando olímpicamente lo que realmente dijo. Continuar leyendo ««Catalanizar España»»