Idus y calendas

Según nos informa la Wikipedia, «Idus (latín, ‘idus’), palabra del antiguo calendario romano, por la que se denominaba al día 13 de ocho de los doce meses: enero, febrero, abril, junio, agosto, septiembre, noviembre y diciembre, y también al día 15 de los cuatro restantes meses: marzo, mayo, julio y octubre». Por el contrario, las calendas resultan ser el primer día de cada mes.

Traigo esto a colación porque en esta semana cuyo ecuador cruzaremos mañana han pasado cosas graves. Lo primero, los idus de julio, que para ZP han supuesto una puñalá trapera de la que dábamos cuenta hace dos entradas. Tampoco era inesperado; pero será que no es tan fácil que ZP se vaya cuando Rubalcaba tiene que enviarle recaditos por persona interpuesta (¿será lo próximo que lo hagan parecer un accidente?) y Mr. Bean no se da por enterado. ZP es un estorbo prácticamente para todos sus propios; pero como sólo él puede disolver las Cámaras, ha decidido que resistirá. Quienes no sabemos si resistirán son su señora e hijas, que arden en deseos de salir a escape de los Madriles…

Pero el tema del día es que ha dimitido Francisco Camps, presidente hasta ahora de la Comunidad Valenciana. Ha preferido no acogerse a la ley (en concreto, a la posibilidad de una sentencia de conformidad según los arts. 800-801 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal), y va a «defender su honor» en los Tribunales. ¿Creen ustedes que la izquierda ha soltado la presa? Ni mucho menos: el chorreo acaba de comenzar y el juicio mediático durará por lo menos hasta el día de las generales, que es hasta cuando la pesoe quería mantener la imputación judicial para golpear de paso a Rajoy. Perdida esa baza, queda el chorreo de la prensa afín y poco más. Se siente mucho por todos los que querían verle con sambenito y coraza de sapos (tanto extraños como propios, que seguro que los hay).

Dicho esto, también hay que decir que esta dimisión debiera haberse producido antes. En nuestra humilde opinión, Camps sólo pensó en sí mismo y no en el daño que hacía a su partido ante la perspectiva de las generales. Es cierto que en Valencia mucha gente le adora y le prefiere a cualquier otro candidato que los socialistas puedan presentar (y lo mismo ocurre con Rita Barberá: cualquier candidato del PSPV en liza con Barberá es candidato a estrellarse contra ella). Pero desde la perspectiva de las generales, tener a todo un presidente de Comunidad encausado en un juicio, aunque sea por un asunto prácticamente menor es un agujero en la presunta honorabilidad del partido y de su presidente, que además es candidato a la Presidencia de la nación.

¿Cuál es la diferencia entre el «caso» de Camps y el de, por ejemplo, Manoliyo Chaves? «Clarísima» si la enfocamos desde el punto de vista socialista: a Chaves todavía no le han imputado (cuesta saber a qué espera Arenas para presentar la correspondiente denuncia) y además, por el sistema de la patada hacia arriba han asegurado el blindaje (aforamiento) del que como presidente de Andalucía ya disfrutaba. Es por lo tanto, distinto. Respecto de Bono, la cosa está muy clara: en dos o tres meses se va, así que le queda poco en el convento y, además, que le quiten lo bailao. Nos queda Rubalcaba, alias Alfredo P. Bien, ya «no es Ministro de Interior» y, por lo tanto, ya no es aforado. Eso sí, ha dejado un chico de los recados que le guarda la viña en estos agónicos tres meses que faltan. Además, los platos rotos del Faisán no los pagarán ni él, ni el actual ministro, sino un segundón. Así que todo atado y bien atado, ¿no?

Y tal como se está oyendo en las redes sociales, ¿para cuándo la dimisión de los señores Chaves, Griñán y ese otro largo etcétera que ocupa cargos que no debiera porque están pringados hasta las cejas? O mejor aún: puesto que Rubalcaba ha dimitido y Bono está a un tiempo breve de lo mismo, ¿para cuándo la Justicia verá indicios racionales de criminalidad, que es lo que exige el artículo 384 de la LECrim para procesar a alguien? Creo que tanto ustedes como yo conocemos bien la respuesta, tratándose de esos niveles de poder: ad calendas graecas.

P.D.- También pueden esperar ustedes sentados a que las Cortes aprueben una ley específica o modificación del Código Penal en que se incluya la mala administración por parte de los cargos políticos electos, ampliando así el estrecho cauce de la malversación de caudales públicos y del poco definido tráfico de influencias.

Trabajo sucio

Hace algo más de un año les comentaba yo a ustedes acerca de lo que me parecía iba a ser la estrategia de Rajoy de cara a dar el salto a la Moncloa. Un año es mucho tiempo para ver cuál es la dirección que lleva con esa estrategia. Y de momento lo que veo es algo que apuntó Luis del Pino en su blog: que la pervivencia del sistema como lo conocemos depende del partido de ámbito nacional que llegue a Moncloa no lo haga con mayoría absoluta y que se fuerce el pacto con alguna fuerza nacionalista, para tener la fiesta en paz.

Esto podría explicar la incomprensible inactividad de Mariano, cuando, teniéndolo todo de cara, podría haber presionado y presionado hasta haber conseguido anticipar las elecciones. Pero claro, Mariano tiene un problema: se va por las patas abajo de pensar que podrían acusarle de «crispar» (cuando lo que verdaderamente crispa al respetable son las genialidades, agresiones dialécticas y no tan dialécticas, mentiras y prohibiciones del Gobierno). Está preso en la telaraña de la corrección política y no puede hacer nada sin dejar de pensar qué dirán de él (empezando por Arriola y terminando por la bancada socialista del Congreso).

Pero hay otro factor más: la comodidad. ¿Para qué tendría que mojarse él, o Hamlet das Rías Baixas, si hay otra gente dispuesta a hacer el trabajo? Mientras él mira por la ventana en dirección a Pontevedra, acariciándose las barbas y pensando: «Sher o no sher… Éshta esh la cueshtión…» otros aguantarán la pancarta, otros presentarán las querellas, otros escribirán en los diarios, otros meterán ruido… Otros, en fin, harán el trabajo sucio. No él. ¿Para qué iba él a hacer ese trabajo sucio? Bueno, ni él ni su cuadrilla. De hecho, ni siquiera algunos/as funcionarios/as del partido que creen que por el mero hecho de serlo ya se desplazan dos metros por encima de las personas normales como ustedes o yo.

De esta manera, nos encontramos con que en medio de la batalla política (más cercana al género chico que a la alta comedia o también considerada como querelle des buffons), quienes intentamos razonar y ver los pros y los contras del candidato (sobre todo porque no debemos pleitesía a ningún partido), nos encontramos apostrofados de la siguiente manera, al decir de José Joaquín de Mora en fecha tan lejana como 1853…

Si no eres de Voltaire, eres de Ignacio.
Incrédulo has de ser o jesuita:
Entre los dos extremos no hay espacio.
Hombre sensato que el exceso evita
y usa de la razón el puro idioma
de ambas facciones el enojo excita.    

En todo caso, que no se las prometan muy felices en el PP. Les puede ocurrir que si abandonan a su suerte a los españoles, éstos encontrarán una solución por sí mismos (dado que no se puede confiar en que quienes hemos elegido lo hagan); resultando así que después no les necesiten para nada y no les puedan domesticar como hasta ahora. Y no: que ZP sea (junto con Fernando VII) el peor gobernante de nuestra historia como nación no hace automáticamente bueno a Rajoy. No esperen que les hagamos siempre el trabajo sucio.

Tengo unas preguntas para usted

La cosa está que arde. A ZP se le han acabado los conejos de la chistera. Nadie le cree ya cuando dice que la culpa es de los especuladores, de los alemanes, del empedrado o del frío que a media España le está helando hasta el tuétano. Por si faltara algo, le ha cogido una feroz afición a viajar, de tal forma que bien parece que prefiere pasar más tiempo en el avión que en su despacho de Moncloa. Por tanto, ya no es de fiar.

Rubalcaba, por más que ejerza de presidente de facto, tiene menos carisma y capacidad de convocatoria que una oruga; todo lo más, podrá «presumir» de ser un administrador de transición hasta las elecciones generales, ya sea que se adelanten éstas o que aguante la cosa hasta el 2012. Que malo lo uno y peor lo otro, miren ustedes; pero al menos en el primer caso podríamos vislumbrar la posibilidad de invertir la imparable tendencia a caer en el abismo.

Por eso yo tengo unas cuantas preguntas para el más que probable siguiente inquilino de la Moncloa:

  1. ¿Reafirmará usted la existencia de España y se alejará del «concepto discutido y discutible» (memorable sandez de ZP)?
  2. ¿Reformará usted la Ley Orgánica del Poder Judicial para que las interferencias de los demás poderes en el quehacer judicial sean nulas, garantizando así la necesaria separación de poderes?
  3. ¿Reformará usted la Ley Orgánica de Régimen Electoral General y eliminará la hiperrepresentación de los partidos nacionalistas, hoy enemigos de España por definición?
  4. ¿Recuperará su Gobierno para el Estado la importante competencia de Educación, cuya gestión por las Comunidades Autónomas ha sido en general y salvo honrosas excepciones, desastrosa para el conjunto de la nación
  5. ¿Establecerá su partido un límite constitucional al gasto público para todos los niveles de la Administración? ¿Reducirá los sueldos de los cargos públicos (entendiendo por tales a los cargos electos) un 20% al menos? ¿Prohibirá por ley que dichos cargos se vean obligados a entregar un tanto por ciento de su retribución al partido al que pertenecen?
  6. Especialmente en cuestión de cargos públicos, ¿aplicará usted los principios de mérito y capacidad, de forma que no necesiten legiones de asesores pagados con la sangre, el sudor y las lágrimas de los españoles de a pie?
  7. ¿Derogará usted la infame Ley de Memoria Histórica que, entre otras finalidades, tenía la de arrebatarles su legitimidad democrática y de echarlos a ustedes de la vida pública y del sistema político?
  8. ¿Desarmará usted todo el entramado jurídico-legal construido por el feminazismo, de forma que la ley se pueda aplicar de forma neutral tanto al hombre como a la mujer maltratadora, y se restablezca la presunción de inocencia en toda su extensión con independencia del sexo de quien se predique?
  9. ¿Derogará usted la Ley del Aborto, que legitima el asesinato de criaturas no nacidas como modo y manera de que unos desalmados hagan negocio a cuenta del dolor de muchas adolescentes?
  10. ¿Devolverán usted y su Gobierno la dignidad a las Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, permanentemente maltratados por el desgobierno actual? ¿Les dotará de los medios necesarios para que lleven a cabo las funciones que les encomiendan la Constitución y las leyes de forma eficaz y eficiente?
  11. En materia asistencial, ¿será su prioridad la atención a los nacionales españoles frente a los extranjeros? ¿Se ofrecerán más subvenciones, beneficios y otras facilidades a los necesitados españoles frente a los extranjeros?
  12. En política internacional, ¿intentará su Gobierno que España vuelva a ocupar el lugar que ocupaba por lo menos antes de marzo de 2004? ¿Podrá usted no ceder ante las presiones inicuas de aquellos que quieren que España siga de rodillas?
  13. En política antiterrorista, ¿aplicará usted con firmeza la Ley de Partidos y cortará todo el oxígeno que recibe la banda terrorista ETA, venga de donde venga? ¿Devolverá usted a las víctimas del terrorismo la memoria, la dignidad y la justicia que este desgobierno se ha empeñado en pisotear por cálculo político?

Supongo que me dejo muchas en el tintero por no hacer más largo el post. No obstante ello, dejo línea abierta para que ustedes formulen las que tengan por conveniente. Lo que sí les digo, en cuanto a las que yo he escrito, que si la respuesta de Rajoy a la mayoría de esas preguntas es no, mejor será que no se moleste ese señor en pedirme el voto.

Prioridades

La noticia que resalto hoy para ustedes es que «para el PP, investigar el 11-M no es una prioridad».

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El debate de la debacle

Para explicar «lo de ayer» acudiremos al símil pugilístico. Imaginemos al campeón actual, alias Puños de Humo, en la final del campeonato de pesos mosca. Como tiene casi 700 asesores (644, si no vamos equivocados), le habrán aconsejado bien, encabezados por Pepiño. Él no quería subir al cuadrilátero; pero claro, como las masas enfervorizadas se lo piden…

Xosé Luis, ti o que tés que facer só é xogo de pernas.
– ¿Estás seguro? ¿Se verá así que soy una persona de talante, abierta al diálogo?
Seguro. Ti move as pernas, sen achegarche. Esgótalle, cánsalle e o combate está gañado.
ZP no es que se fíe mucho, porque la realidad es la que es y le ha arreado golpes más duros que los de Rajoy; pero al fin entra en razón.

Del otro lado, Kid Rajoy, el aspirante. Tiene un asesor que vale mucho y confía mucho en él:
– A ver, Pedrito, dime cómo debo plantear el combate.
– De acuerdo, Mariano –responde Arriola–.
El asesor saca su ordenador portátil, el único que no le robaron de su casa la otra vez porque lo llevaba encima.
–Según las encuestas, Mariano, lo que debes hacer es ir directamente al hígado y después, con un buen uppercut –de derecha, naturalmente– noquear a ZP.

Rajoy se queda pensativo un momento y después dice:
–Pedrito, ¿no te parece que esho esh muy duro? Quiero decir, muy dráshtico. ¿No hay otra manera? Esh que quiero conshervar el perfil bajo, ¿shabesh?
Arriola teclea frenéticamente en su ordenador y dice, después de examinar su pantalla:
–Mariano, de acuerdo con la raíz cuadrada de la covarianza de la muestra y sumándole la desviación típica del cuadrado de la mediana, sólo tienes dos opciones: o el uppercut y un crochet de izquierda –lo siento, Mariano–, o no entrar al trapo y hacer juego de piernas sacando mucho pecho. La probabilidad combinada de que él haga juego de piernas, que no te tire al pecho y que salgas ganando es de un 92%. Por lo tanto, lo aconsejable es que no le entres.
–Muy bien, Pedrito, muy bien. Ashí me gushta, que hagash tu trabajo, que para esho te pago.

Llega el gran día del combate. El árbitro anuncia a los contrincantes y ahí están Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal de cheerleaders con su grito de guerra:

¡Mariano va a ganar!
¡Mariano es el mejor!
¡Mariano! ¡Contigo!
¡Toda la afición!

Del otro lado la no menos aguerrida afición socialista, capitaneada por Leire Pajín, Bibiana Aído y Pilar Bardem. Han tenido que contratar a los Rubytos de cheerleaders, a 7 euros la hora. Fue un simple problema de logística: Leire se probó todos los trajes y no le entraba ninguno (qué dura la vida del senador, siempre senando). Pilar está mayor y sólo enseña las piernas para el Goya (y por buen dinero, faltaría plus) y Bibiana no quiere enjercé d’ojebto (u ojebta) sesuá…

¡Machácale la cabeza!
¡Machácale los pulmones!
¡Dale con el Prestige
en todos los c…ajones!

Si fuera por las respectivas aficiones, el combate no se podría prever más emocionante. El árbitro presenta los púgiles a las respectivas, que enloquecen de entusiasmo. «En estos tiempos de paz y concordia, he decidido dar un impulso al diálogo y al pacto…», empieza. Pepiño y Arriolín se impacientan y hacen señas al árbitro para que abrevie y que empiece el combate.

Suena la campana. Y nuevamente el entusiasmo se desborda. ¿Pero qué ocurre en el ring? Kid Rajoy está practicando un juego de piernas muy elegante y vistoso. ¿Y ZP? Puños de Humo está utilizando una táctica nueva. Dando siempre la espalda a Rajoy, se dedica a propinar ganchos y uppercuts al aire. Por un momento la afición socialista está en suspenso. La Bardem se acerca al cuadrilátero y, prudentemente, pregunta qué táctica está usando.

–Estoy… luchando… contra… ¡la crisis! –ahí un buen gancho de izquierda–. Y no me descon… ¡centres!… que estoy… ¡ganando!…

La Bardem exhibe un momento de perplejidad, pero vuelve a su sitio y dice a los suyos: «El jefe está practicando una nueva y muy efectiva técnica contra la crisis. Así que sigamos apoyándole con entusiasmo». En esto que uno levanta la voz y dice:

–Ah, ¿pero el combate no era contra Rajoy?
–¡Tú, facha trotskista! ¡Quedas expulsado! –grita, enfadadísima, la Pajín. A ella le van a decir contra quién era el combate.
–Pero si yo ni siquiera soy del PSOE. Yo soy «de izquierdas»…
–¡Es igual! ¡Quedas expulsado y te prohíbo que te afilies!
El otro se calla, pero piensa: «Joé con estos hijos del prohibido prohibir…».

Del otro lado las cosas no van mejor. El aspirante Kid Rajoy sigue con su juego de piernas y las chicas siguen animando, pero el público se impacienta: «¡Al hígado, Mariano, al hígado!». Rajoy se dirige a su afición y le dice: «Shí, shí… al hígado, pero esh que el juego de piernash esh también importante..».

En el estadio alguien grita: «¡Tongo, tongo!» y ese grito recorre como una descarga eléctrica todo el público. ¿Es posible? Pues sí. Dos días antes del combate los púgiles, sus asesores y el árbitro se reunieron en secreto para discutir cómo iba a ser el combate y las técnicas que iban a usar, especialmente para que el público percibiera que allí había un combate.

«¡Tinggggggggggggg!». Fin del primer asalto.

Unos promedios de nada

Región Nº Asesores Coste total año Coste individual año Coste individual mes (SB)
Madrid 226 12.176.284 € 53.877,36 € 4.489,78 €
Canarias 103 4.851.382 € 47.100,80 € 3.925,07 €
País Vasco 650 30.104.256 € 46.314,24 € 3.859,52 €
Baleares 99 4.435.073 € 44.798,72 € 3.733,23 €
Cataluña 265 11.296.102 € 42.626,80 € 3.552,23 €
Cantabria 82 3.472.024 € 42.341,76 € 3.528,48 €
Navarra 69 2.817.099 € 40.827,52 € 3.402,29 €
Galicia 400 16.233.088 € 40.582,72 € 3.381,89 €
C. Valenciana 319 12.644.445 € 39.637,76 € 3.303,15 €
Murcia 203 8.024.509 € 39.529,60 € 3.294,13 €
Aragón 116 4.572.887 € 39.421,44 € 3.285,12 €
Andalucía 343 13.425.596 € 39.141,68 € 3.261,81 €
Castilla La Mancha 226 8.811.469 € 38.988,80 € 3.249,07 €
La Rioja 140 5.276.566 € 37.689,76 € 3.140,81 €
Castilla León 301 11.296.102 € 37.528,58 € 3.127,38 €
Asturias 105 3.727.349 € 35.498,56 € 2.958,21 €
Extremadura 129 4.555.165 € 35.311,36 € 2.942,61 €

Fuente: La Gaceta de Intereconomía, 8 de febrero de 2010.

Dos precisiones son necesarias ante estos datos: la primera, que son datos del ejercicio anterior –aunque posiblemente extrapolables al corriente– y que respecto del coste individual, manejamos un promedio (habrá que suponer que no todos los altos cargos cobran igual, que en todo hay clases). No obstante y aun siendo promedio, no está nada mal que, salvo en Asturias y Extremadura (que tampoco hay tanta diferencia, después de todo), el sueldo promedio no baje de 3.000 leuros solamente de sueldo base. Por tanto, habrá que añadir algún tipo de complemento específico, pues aunque sean cargos de confianza, son funcionarios y tienen derecho a su complemento específico.

Añadamos que hay casos muy sangrantes, como el de cierto personajillo que pulula en la Consellería Galega da Industria, cuya única formación es una carrera de Derecho sin terminar (si al menos fuera algún tipo de Ingeniería) y cuyo mayor mérito es… ser Presidente das Novas Xeracións de Vigo (manda carallo na Habana…). Enlaza perfectamente con lo que decíamos ayer del cursus honorum diseñado en la política española. Del otro lado, tenemos a la ínclita Lerele Pajín, cuya carrera es de sobra conocida y no necesita de mayor encarecimiento.

Luego, claro: un servidor de ustedes oye la noticia de que ZP tiene a su servicio casi 700 asesores y se pregunta para qué querrá ZP tantos asesores. Con ese número, tal vez haya dos o tres que le ayuden a hacer la O con un canuto y otros dos que le ayuden a atarse los cordones de los zapatos… O, por ejemplo: ¿para qué quería Ibarretxe 650 asesores, nada menos? Tampoco estaría de más que publicaran para qué tarea han sido asignados esos asesores. Dicho en román paladino: ¿qué hacen esos tíos que nos cuestan el pastón tabulado supra? ¿Lo sabe alguien?

Prometo traerles una cita de un libro de Alejandro Nieto García (catedrático de Derecho Administrativo que ocupó unos cuantos cargos durante los Gobiernos de Suárez) que a lo que se ve, sigue estando de actualidad.

«Estar allí»

Debo decir que me sorprendió desagradablemente que alguien que ocupa el cargo de Portavoz del PP en la Comisión de Defensa del Congreso echara un capote de tal calibre al Gobierno. Después, viendo de quién se trataba, me sorprendí un poco menos. Beatriz Pérez Salmones, alias Betina, ya es conocida de nuestro blog a cuenta de su tenaz defensa del canon de los peliculeros.

Pues bien. Semejante personaje, después de perpetrada semejante hazaña, sigue en ello. Ayer le publicaron un suelto de opinión en el que a Su Señoría se le ocurrió decir lo siguiente:

«Rotundamente sí. Afganistán es una guerra justa, justificada y necesaria. Nuestros mejores hombres luchan y a veces mueren por la libertad, la seguridad y la paz. La de todos. La de cada uno de nosotros».

Pues mire, Señoría: salvo error u omisión, nosotros no estamos oficialmente en guerra con Afganistán. Lo dijo el propio Gran Timonel que estábamos en misión «de pazzzzzzz», pese a que la soldado Idoia Rodríguez Buján le aguó la fiesta y rompió el ensalmo con el que ZP nos tenía «convencidos» de que aquello era «misión de pazzzzz». Luego ha resultado ser una guerra con todas las letras.

Sin embargo, tenemos un problema si, estando verdaderamente en una guerra, nuestras FF.AA. reciben órdenes de comportarse públicamente como si no lo estuvieran. Eso explicaría por qué nuestras FF.AA., en vez de tomar iniciativa bélica alguna, esperan en sus campamentos a que vayan los talibanes a machacarles la cabeza, justificando desde el punto de vista del Derecho internacional una reacción. Nada de «agresiones preventivas»: eso suena a y está muy pero que muy requetemal. Semos pacifistas y nos hemos de dejar partir la cara antes de podérsela partir nosotros a nadie. Como cuando entran a robar en casa: hay que vigilar y dejarse robar primero, no sea que seamos nosotros a quienes nos juzguen por haber machacado la cabeza al ladrón tras adivinar sus intenciones..

Me parece bien que los USA, que están en guerra con Afganistán, usen de todos los medios a su alcance para combatir a los talibanes. Incluso puedo admitir que presionen y chantajeen a los Estados aliados; pero en lo que a nosotros respecta, si estamos al lado de los USA, lo estamos a todos los efectos. Y si no lo estamos, pues para nada. Sin contar con dos detalles:

a) que nuestra permanencia modo bellico en aquellas inhóspitas tierras causa a día de hoy un efecto contraproducente: es semilla de nuevos terroristas.

b) que hasta los que no son talibanes hoy nos miran mal por querer imponerles la democracia a bombazos. Incluso aunque algo sea bueno para alguien, tiene que salir de ese alguien aceptarlo o no.

Y el problema es que el Gran Timonel nos ha colado ya tantas trolas que resulta muy difícil creerle hasta cuando sólo dice «buenos días».

Sólo echo en falta a los peliculeros del No a la guerra (a ésta también, ¿no?) ¿Dónde están? Hummm… No nos pueden atender: están muy ocupados contando el dinero del canon y de los procesos que ganan o recaudando hasta de los conciertos benéficos (así, así gana el Madrid).

Aquí la ficha de Su Señoría (escarbando en el blog del amigo Cerrajero encontré esta perla):

http://www.elsemanaldigital.com/articulos.asp?idarticulo=79242

Se entienden unas cuantas cosas después de leerla.

Maño, cómo está el patio…

¡Cómo está el patio, mañicoooooooooo!

El PP es un experto reconocido en darse patadas en su propio culo («dije culo, hijo mío, dije culo«). No tanto por el desliz de Esperanza Aguirre, que sólo por habérsele escapado un taco a micrófono que ella creía cerrado a Lerele Pajín le ha faltado tiempo para pontificar (con lo mucho que ella tiene que aprender de Esperanza). Más bien por otros detalles que dicen poco o muy poco de la política española en general y del PP en particular (en el caso concreto que trataremos aquí).

La última víctima del modus hispanicus de hacer política -que hasta ahora ha sido modus tollens– ha sido don Manuel Pizarro. Hombre brillante, fue fichado por Rajoy para la campaña de las últimas generales. El punto por el que muchos lo recordamos, sin duda, fue el famoso -y en algunos momentos plúmbeo para los profanos en economía, como un servidor de ustedes- debate económico entre él y Solbes. Éste ni siquiera se molestó en disimular que mentía como un bellaco y a todo lo que anunciaba Pizarro decía que nones. Sin embargo, el vencedor moral de dicho debate fue a medio plazo Pizarro, porque todo lo que dijo que ocurriría ocurrió para nuestra desgracia.

Y ahora, después de un año de grisura política, don Manuel decide que se va «por razones personales». A nuestro modo de ver, hay una razón fundamental para esa marcha: el hecho de que, como denunciaba Florentino Portero en el digital lanacion.es, es el partido de los funcionarios. Veamos el fragmento concreto:

-¿De quién se rodea el PP?
-De los altos cuerpos de la Administración. El PP es el partido de los funcionarios.

-Y eso le hace saber mucho de…
-Leyes y procedimientos administrativos.

-¿Sólo con eso se ganan unas elecciones?
-En el PP siguen pensando que para vencer basta apelar al sentido común y al bolsillo de los españoles. Y basar su política en eso equivale a un suicidio colectivo.

-¿Qué tiene que hacer el PP para salvarse?
-Dejar de dar la espalda a las técnicas de la mercadotecnia, instalar en la calle Génova un equipo de profesionales de la comunicación (no de la política), contar con gente del mundo de la empresa.

-Ya tienen a Pizarro.
-El suyo fue un fichaje de última hora que no ha dado buen resultado: no sabe de política.

Quizá don Florentino tenga razón y don Manuel no sepa de política. Es aragonés y no se siente cómodo con los actuales melindres galaicos de la dirección del PP. Los aragoneses son gente recia y nada adicta al depende, que parece ser lo que prima ahora. Ahí están, sin ir más lejos, Luisa Fernanda Rudí… y Federico Jiménez Losantos (todavía no han podido callarle, a pesar de que Mariano fue uno de los causantes de su salida de la COPE), que ahora, además, se ha ganado el calificativo de «hijo de p…» adjudicado por un grupo de Facebook (imagino que de komsomols de pa amb tomàquet).

Pero hay otra razón fundamental, que viene de la propia dinámica del funcionariado: sabido es que si alguien entra a prestar servicios en un órgano de la Administración, deberá acomodar el ritmo de trabajo a la media del resto de funcionarios que trabajan con él, para él o por encima de él. En el momento que el «nuevo» obvia las leyes no escritas del grupo, decide guiarse por criterios de excelencia y destacar, todos los demás se le echan encima: ¿cómo se atreve a ponerles en evidencia? Y así el nuevo es apartado, relegado, ignorado, ninguneado (espero que no se enfade el señor Lázaro Carreter por el uso de este vocablo) y destinado a un puesto sin brillo o en el cual no puede desarrollar adecuadamente una carrera política.

No menos importante es que dentro de los que se le echan encima hay rivales directos para algún puesto que él pudiera haber ocupado en un futuro (pongamos por caso, Ministro de Economía, que es lo suyo) o en un presente (portavoz de Economía o de Comercio, que es lo suyo también). Rivales bien relacionados todos con la dirección y conocedores también de las maniobras orquestales en la oscuridad necesarias para eliminar una competencia indeseable.

Y así don Manuel se ha cansado de esperar. Y tras la posible puñalá trapera (tanto más trapera cuanto que te la asesta tu propio partido), don Manuel se va. Primero María San Gil. Luego, José Antonio Ortega Lara. Nerea Alzola sigue (y esperamos que llegue su recompensa a las humillaciones sufridas y a la paciencia con que las soporta). ¿Es posible que de un partido se puedan ir los mejores y queden los intrigantes, los trepas y los mediocres? Al parecer, el PP actual está empeñado en demostrar esa tesis.

En fin. Suspiro resignadamente deseando que en política española haya alguna vez altura de miras. Me da que en Francia, o Inglaterra, o los USA a una persona de su valía no la hubieran dejado escapar por las mezquinas ambiciones personales de algunas otras personas.

Actualización 2024. Nerea Alzola no tardo mucho tiempo más en irse del PP a VOX. Desechada la horchata de Mariano (no llegaron las recompensas porque lo del PP es arrodillarse ante cobardes y traidores), el txakolí de Abascal parecía mejor. Y ahí sigue, por lo que sabemos.

¡Todos a la calle!

A estas alturas de la película ya sabemos muchos que La Casta es políticamente irresponsable en ambos sentidos de la palabra: ni cuida con esmero las funciones que la Constitución y las leyes le encomiendan (se ciscan en ella todos los días y algunos días, además, varias veces) ni, al parecer, se le va a exigir cuentas de ello. Se han preocupado ya de que no sea así: o bien son todos unos, o bien esa exigencia de responsabilidad se toma como un paripé y nada más. Y si alguno tiene la desfachatez de pedir responsabilidades en serio, lo facturan a toda velocidad a su casa o a un cementerio de elefantes (Bruselas, Senado, Consejo de Estado o similares). ¿Que cómo es eso? Aplicación pura y simple del españolísimo usted no sabe quién soy yo-usted no sabe con quién esta hablando (en su versión educada, por supuesto: para algo estamos hablando de altas instituciones de la Nación).

La Casta está bien protegida. ¿Y ustedes, ciudadanos? Ustedes (y yo, naturalmente) están inermes. Si un extranjero les atraca por la calle, hay que dejarle ir porque «somos un país multicultural» y además, pobrecillo. Si es un menor, «hay que comprender que viene de una familia desestructurada y que además no ha conocido otra vida que ésa; pobrecillo«. En las escuelas hay que quitar los crucifijos «porque molestan a los musulmanes». Ellos han logrado que en España las mujeres musulmanas puedan ir a trabajar en burka, que es humillante, ¿y nosotros tenemos que quitar crucifijos en nuestra propia casa? ¿Dónde está nuestra libertad religiosa? Y además, ¿pobrecillos de nosotros? Claro que no.

Ya saben, pues: si quieren vivir del cuento sin que les toquen las narices con exigencias de responsabilidad, háganse políticos. Eso sí: preparen su lengua (tendrán que lamer mucho) y su zona lumbar (otro tanto en bisagrazos)…

La estrategia del caracol

Es el título de una película hispanoamericana de la que no recuerdo nombre y argumento, pero que tomo prestado (con permiso de la sampolit cultural Sinde) para definir la ¿estrategia de acercamiento a la Moncloa? por parte de Marianiño o cortiño.

¿Cuál es el bien más preciado del caracol? Como sabrán ustedes, es el tiempo. Tiempo que Rajoy emplea en acariciarse las galaicas barbas y en el garrotazo y tentetieso a quien se le ocurra preguntar si se va a hacer algo, qué, cómo o cuándo. Algo así como esto:

–Pero Mariano, deja de tocarte las barbas y muévete –le podría decir algún colaborador–, que con la que está cayendo un diferencial de tres puntos en las encuestas es muy poca cosa.

Mariano, presuntamente, dejaría un momento de acariciarse las barbas, dejaría de mirar un momento nas Rías Baixas y diría posiblemente esto a su colaborador:

–Mira, no tengo mucha prisha. Inclusho puedo permitirme ayudar al Gobierno en lo de la EPC, y en vez de pedir que she quite, mantenerla para losh de la ESHO.

El colaborador, sorprendido por el giro, diría:

–Mariano, a ver… ¿pero no dijiste que suprimirías la EpC cuando llegaras a la Moncloa?

–Shí, shí, dije esho… pero como faltan aún dosh añosh para lash elecciones, de aquí a entoncesh puedo rectificar, shegún vayan lash encueshtash de Arriola.

El colaborador, desesperado pero no resignado, insiste:

–Pues creo que esos vaivenes no ayudarán en absoluto a tu credibilidad. Y lo que no entiendo es cómo crees a Arriola si ya te ha llevado dos veces al huerto.

Marianiño o cortiño se impacienta:

–Mira, eshtoy hasta la p… de que me lleven la contraria, empezando por Eshperancita, que shiempre eshtá dando ejemplo. Ashí que o te metesh en tu deshpacho y te ocupash de tush ashuntosh o… –Rajoy duda un momento– o… te mando al Partido Liberal.

El colaborador, que no es tonto y no quiere aguantar una bronca del jefe, hace mutis por el foro y piensa «¡Señor, sí, señor!». Rajoy vuelve a quedarse absorto acariciándose las barbas y mirando en dirección nas Rías Baixas.

¿Y cuál es la estrategia del caracol? Como queda claro, está basada en el tiempo. Al parecer, Rajoy tiene todo el tiempo del mundo para dejar que ZP se cueza en su propia salsa, que vaya cometiendo errores. Parece que Rajoy entiende que no debe coger el poder demasiado pronto, no sea que la magnitud del desastre económico se lo trague también antes de haber podido hacer algo por arreglarlo. La pregunta que yo me hago, no obstante, es la siguiente: ¿puede España esperar el mismo tiempo que Rajoy? Si un partido se va a la eme, hasta se puede refundar, como le pasó al PP. Pero una nación no puede irse a la eme y mucho menos por cálculo político. Me pregunto cuántas personas será necesario que estén en la eme para que Rajoy crea llegado el momento de hacer algo.

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