Cuestión de "cojones"

Creíamos que el nacionalismo abertzale («amantes de la patria», que tiene bolaños la cosa) era lo más cavernario que teníamos por estas castigadas tierras españolas. También creíamos que no se iban a presentar; nos lo prometió Zapo (ya se han presentado en sociedad, con la bendición del «rey negro»). A ver con qué malabarismo nos salen Zapo y Rub-al-Kabra para que se presenten a las elecciones en mayo, aunque esto es harina para otro artículo).

El artículo de hoy tiene otro tema, que podría estar relacionado. Hoy quería yo recordar a los supuestamente nacionalistas «moderados». ¿Qué se entiende por «moderados»? ¿Que se trata de personas que no matan ni mueren por su ideal? Como siempre, hay que recordar que la línea que separa lo moderado de lo radical en cuanto a nacionalismo vasco es muy fina y que la comunicación entre ambas líneas ha sido siempre fluida (más en los tiempos de Arzallus, menos en los de Imaz, a lo que parece).

El PNV siempre quiso colgarse la etiqueta de moderado frente a ETA. Obvio: el PNV no asesina, no extorsiona por la brava. Consideremos también otro detalle: llevando más de veinte años en el poder, no le hace falta. El poder tiene otros medios más sutiles para borrar a la gente «molesta» del mapa; incluso tiene el recurso, como es el caso del PNV, de recurrir a los «chicos de la gasolina» para que le hagan el trabajo sucio (recordemos la librería Lagun en San Sebastián, de María Teresa Castells, tantas veces quemada o rotas sus lunas).

Lo que ocurrió hace unos días en la sede del TSJPV no fue solamente la patada en los genitales al señor Antonio Aguirre por parte de un matoncillo del PNV. Fue el recordatorio de que al PNV se le pueden aplicar muchos calificativos, menos el de «moderado». También es muy significativo lo que ocurrió: dos miembros del Foro Ermua lo retuvieron hasta que la dos ertzainas hicieron acto presencia. Éstos, mirando hacia un punto determinado, parece ser que recibieron la orden de dejarlo marchar.

Si la patada la hubiera propinado el señor Aguirre, rápidamente los medios nacionalistas y de izquierda (sí, de izquierda también) se hubieran abalanzado sobre éste cual jauría furiosa y le hubieran tratado de «español», de «bestia» y otros apelativos «cariñosos». Y se hubiera concluido: «así son los del PP» (desconozco si el señor Aguirre es militante del PP; pero a la prensa socialista no le importa mezclar churras con merinas cuando se trata de los traidores).

Resulta que el tal sujeto es un coleccionista de enchufillos del PNV y funcionario jubilado, marca de la casa y guía y norte de todos aquellos que quieran progresar en el universo peneuvista. El hecho de que los ertzainas le dejaran marchar después de haber recibido una orden visual no es sino la constatación de la impunidad de la que gozan en Euskadi quienes atacan de cualquier modo o manera a los «traidores» (llámense Foro Ermua, Basta Ya, AVT y ese otro largo etcétera que se opone a la tiranía nacionalista y lucha por no ser enviado al olvido).

Si quedaba alguna duda respecto de la «moderación» del PNV, ha quedado totalmente aclarada. Desde el «entraremos por cojones» del consejero Azkarraga hasta la patada del gorila semi-anónimo, va a ser que se trata de una cuestión de «cojones». Pues eso: manda cojones…

La transición pendiente

Buena la ha liado el señor Polanco con sus declaraciones. A propósito de una de las manifestaciones más multitudinarias de la democracia, Don Jesús del Gran Poder dice que «es una manifestación que es el franquismo puro y duro». Y que «le dan mucho miedo las ansias de revancha si la derecha vuelve al poder».

Lo del «franquismo» bien lo ha de saber él, que se enriqueció con Franco y con Suárez, último jefe del Movimiento Nacional. Él, que con Felipe González consolidó su poder y a quien Aznar sólo pudo hacer algunas cosquillitas (lo de Sogecable fue una broma, aunque se llevara por delante a uno de los jueces más honrados de la democracia). Él, que ahora manda recados a Zapo a través del Pravda. Él, pues, que se ha convertido en el amo y de quien Zapo, como el logotipo de la discográfica HMV, es el perrito faldero, hasta el punto de que el PSOE parece la «franquicia política» de PRISA.

Se ha hablado mucho de la «segunda transición». La primera, en mi opinión, fue la que hizo la derecha: Fraga, cual Moisés gallego, llevó a la travesía del desierto a la derecha, que nunca fue del todo obediente y que también cayó en la tentación de adorar al becerro de oro. Erraron durante bastantes años (no cuarenta, por cierto) e incluso hubo un advenedizo que con minoría absoluta le quiso plantear al todopoderoso gobierno de Felipe una moción de censura. Por eso Fraga se quedó a dos palmos de pisar la tierra prometida (el anhelado poder) y fue su sucesor Aznar quien la holló con todo el derecho, después de haber puesto firmes a la tropa y haber expulsado a los díscolos (a alguno de ellos lo veríamos después con los filisteos, convertido en «amigo del pueblo filisteo»). Hoy por hoy, pues, la derecha es una alternativa democrática de gobierno tan legítima como las demás.

Sin embargo, si miramos del otro lado, resulta que después de 40 años (éstos sí) de travesía del desierto, la izquierda vuelve con el ideario de siempre. El mismo de Largo Caballero e Indalecio Prieto. El mismo de Pablo Iglesias («acataremos la legalidad cuando nos convenga; cuando no nos convenga no lo haremos»). Al igual que al régimen franquista, la crítica les provoca una dolorosísima urticaria, que tratan de calmar con el remedio de siempre: «es que la derecha sólo sabe crispar». La izquierda actual sigue peleando contra Franco (y sigue perdiendo, aunque esté en el Gobierno: sólo así se explica que el gobierno organice manifas contra la oposición). De forma urgente, un médico tendría que prescribirles esa transición que tanto necesitan (su pasado es de todo menos democrático).

No menos recomendable es esa segunda transición para los nacionalismos. Después de 40 años de travesía del desierto, el nacionalismo llega a las puertas de la democracia con el mismo ideario de Sabino Arana en el caso vasco o con la misma idea de la «Arcadia feliz» de Joan Maragall y de Prat de la Riba. Claro que en el caso vasco tuvieron que «maquillarlo» un poco para que pasara por democrático: las teorías racistas de Sabino se sustituyeron por la discriminación lingüística, que en el fondo viene a ser lo mismo pero «más fino», más «a lo Neguri». En Catalunya no hubo ese problema: cuando Franco, la oligarquía catalana hablaba catalán en la intimidad; y a los cuatro días de proclamarse el Estatut, cualquiera que hablara castellano era declarado un paria por esa misma oligarquía.

Y aunque esto pueda parecer una «herejía», ETA es el último residuo del franquismo, bien que ahora travestidos en mafia de asesinos a sueldo, perdida ya toda esperanza de que la ideología los salve de la di-solución final…

No nos hable de «franquistas», señor Polanco. Usted es el último de ellos.

Hermann Tertsch

Vaya por delante que para nada soy lector habitual del Pravda (diario anteriormente conocido como «Er Paí»). Mayormente, que diría Fiti, porque acabo de enterarme de que los lectores de Periodista Digital lo consideran el más sectario de los diarios mayoritarios. Lo cierto es que me llama la atención (aunque no me sorprende) cómo Jesús del Gran Poderfulmina a uno de sus plumillas simplemente por andar trasteando en «campo enemigo».

Parece ser que el señor Tertsch resulta ser de la vieja guardia del diario y no está muy conforme con la actuación de la nueva dirección del rotativo. Es lo que ocurre con las «viejas guardias»: que como llevan tantos años en el mismo sitio, se creen con derecho a opinar y a colocarse moralmente por encima de quienes mandan. Les ocurrió a las viejas guardias comunistas; les ocurrió también a los «camisas viejas» falangistas. ¿Pero qué se ha creído usted, hombre? Aquí manda quien manda y se ha terminado. Como se dice en el «Decálogo del Jefe»:

Artículo I. El Jefe siempre tiene razón.
Artículo II. Si no la tiene, se le aplica el Artículo I.

Parece ser que esa tendencia de la vieja guardia a ir por libre le ha costado cara al señor Tertsch. Uno cree que por «tener una trayectoria» de fidelidad absoluta y acrisolado fervor al servicio de la causa ya es una «vaca sagrada» y por lo tanto, intocable en sus hechos y opiniones. Y no: se convierte uno en intocable, sí, pero de los de abajo. Un paria. Un apestado.

Algo tiene que oler a podrido en una democracia cuando empiezan a conocerse nombres de periodistas represaliados. Hace un tiempo fue Josep Clemente. Hace unos días fue Jordi Barbeta (bien es verdad que el Tripartito I ya tenía enfilada a La Vanguardia; pero lo del señor Barbeta traspasa los límites hasta de la buena educación: hay que tener bolaños). Y ahora le toca el turno a Hermann Tertsch, que debe de haberse dado cuenta de que «el futuro ya no es lo que era» y cuyos segundos apellidos, según me he informado, son Del Valle-Lersundi (querida, recordada y llorada Loyola: cuánta falta nos hace en estos momentos una Loyola de Palacio que frene un poco el circo de diecisiete pistas en que se ha convertido España).

Pero lo más curioso es que estos nombres surgen allí donde domina la izquierda: es decir, Cataluña y los aledaños del Pravda. Recuerdo ahora que no hace mucho tiempo un progrerillo de medio pelo «echaba pestes de la censura franquista» y me aseveraba, afirmaba y recontra-afirmaba que «hoy en día no hay censura». Pues bien: al igual que a Zapo, los hechos le desmienten. No solamente sigue existiendo la censura, sino que además ésta se ejerce «en nombre de la libertad». Y la ejerce quien todos los días se llena la boca con esa palabra. No confío en que ese progrerillo me dé algún día la razón, porque un progre prefiere sus ideas a la realidad cuando sus ideas y la realidad son divergentes. No obstante, los hechos son tozudos (eppur’ si muove) y con eso basta.

Politkom Bolaños

En China se están dejando de las zarandajas del «hombre nuevo» y van poniendo el traje Mao en bolitas de alcanfort. Empiezan, muy al contrario, a hablar de religión y de propiedad privada (no se puede vivir sin Dios ni sin dinero; sobre todo sin lo segundo). Mi opinión es que están cambiando la piel de dictadura de izquierdas para acabar luciendo la de dictadura de derechas, más acorde con los tiempos que corren, que ya no son los que corrían.

En España, sin embargo, algunos parecen no haberse enterado. No se han enterado de que el comunismo como sistema político y referente ideológico fue derribado en noviembre de 1989. Tal es el caso del camarada comisario Bolaños. El gospodin politkom Bolaños ya estuvo metido en líos debido a su gran bocaza; y estamos seguros de que hubiera hecho una gran carrera a la sombra de Lavrenti Beria, a juzgar por las trazas del personaje.

Pero lo peor es que el camarada comisario Bolaños reinicide. Ya al señor Esteban Gómez Rovira Jr. le acabó llamando (a él y a todos los que piensan como él, claro) «panda de fachas y neonazis«, «fascista de mierda» o «subnormal» y aún más. Nos lo cuenta Periodista Digital:

Rovira, que se identificó con nombre, apellidos y número de colegiado en el Colegio de Abogados, considerando que «ya entra dentro de la chulería más que en la falta de educación» la actitud de Bolaño, le responde diciendo que «sospecho que su futuro profesional es negro cual carbón», pronóstico que debió sentar muy mal al dircom del ministro, que ya sí, respondió diciendo «hablas de tu puta madre, cerdo hijo de puta». A este correo sólo llegó una contestación, en la que Rovira le informaba de que se verían en los tribunales.

Pues bien. Otra de las gracias del camarada comisario ha sido encararse con el señor Jordi Barbeta, de La Vanguardia y decirle con mucho cariño: «Te juro que no voy a parar hasta joderte». Uno puede no simpatizar con el periodista que le pone a parir. Incluso con el diario en el que trabaja dicho periodista. Pero lo que no es de recibo son las maneras prepotentes del camarada comisario, Zhdanov redivivo o trasunto del sargento Highway (al menos ése logró que aquellos desgarramantas se comportasen como verdaderos soldados).

Significativa ha sido también la ausencia de artículos en favor de la independencia del señor Barbeta y de su derecho a criticar al poder (ésa es una de las funciones principales del periodista, precisamente: ser mosca cojonera del poder y no su primer lameculos). Tal como denuncia José García Domínguez en Libertad Digital, nadie ha salido en defensa del redactor, a pesar de ser «uno de los nuestros» de toda la vida, lo cual dice bien poco del Col·legi de Periodistes de Catalunya. Que no lo hicieran con Josep Clemente, que con un par se atrevió a poner como chupa de dómine el sacrosanto oasi català «puede tener un pase»; pero que nadie defienda a uno que «es de la cuerda»… vamos.

Creo que ya lo he comentado en algún otro post. Que con el Tripartito bis nos encaminamos a pasos lentos pero sin retroceder a la República Socialista Soviética de Catalunya. Los troglodíticos modos y maneras del politkom Bolaños, del que no se tiene noticia de que haya presentado dimisión o de que Montilla le haya cesado fulminantemente parecen un indicio más que evidente.

Corán porno

La noticia de la semana va a resultar ser otra genialidad de un gobierno socialista, esta vez del extremeño. Resulta que un señor que se dice fotógrafo e ilustrador ha sacado un libro en el cual se puede ver a la Virgen y a su prima Santa Isabel en actitudes poco adecuadas (entre otras lindezas, suponemos). La ofensa a los católicos es de grueso calibre; sin embargo, si este señor se hubiera pagado la edición de su bolsillo, podríamos aplicar el derecho a la libertad de expresión («artística», en este caso) tensando mucho los límites del mismo. Que dicen los teóricos que una pedorreta es «arte» si lo es para alguien. Cosas más raras se han visto y oído, oiga.

La cosa quedaría ahí si no fuera porque esa gran obra del arte patrio ha sido financiada con el dinero de todos los extremeños, tanto de los «creyentes» como de los «paganos» (en realidad todos paganos, tirios y troyanos). El señor Rodríguez Ibarra se ha caracterizado siempre por dar la nota y su despedida no iba a ser una excepción. Y sin encomendarse a Dios ni al diablo, su gobierno ha permitido que con dinero público se financiase esta ofensa.

Pensemos por un momento. Si ese libro hubiese sacado a Mahoma, al Moro Muza (con la cara de Ben Laden) y a Hassan II (padre del actual rey de Marruecos) haciendo(se) guarreridas españolas antes de la comida, que diría Chiquito, rodeados de gachises (digoooooooooo huríes) en el Jardín de Alá, se habría armado «la de Dios es Cristo». Enarbolando las coránicas suras, los Yusufgalanes y otros comparsas-compañeros-camaradas de la troupe islámica hubieran declarado un pedazo de fatwa. Una fatwa (una mardisión gitana, para entendernos) más dura que la que le echaron a Salman Rushdie por sus «versos satánicos». Que no era para tanto; para «satánicos», los versos de Les litanies de Satan, de Baudelaire («Gloire et louange à toi, Satan…»)

Viene a ser lo que hemos dicho siempre: que si la Iglesia Católica sostuviera, financiara y alentara a un grupo de locos religiosos terroristas, a los «rojos» no se les ocurriría insultar de ese modo a la Iglesia. Por eso, desde que mandan quienes mandan y donde mandan, insultar a la Iglesia no solamente sale gratis: se computa como mérito a la hora de hacer carrera en el Partido.

Y que no nos traten de confundir: no son laicos, sino anticatólicos.

Ponga un chinito en su vida

O un negrito. O un indiecito. Es la «moda» en cuanto a hijos no naturales. Lo practica Angelina Jolie, que tiene fijación por los vietnamitas. O nuestra Isabel Pantoja, que se trajo una niña del Perú (foto con Fujimori incluida: quién le ha visto y quién le ve ahora). Los orgullosos padres, henchidos de conciencia social, toman el chárter hacia la pobreza, dispuestos a rescatar un espécimen de aquellas lejanas y exóticas tierras y de paso redimir su capitalista conciencia y su carne pecadora.

Desde luego y por lo poco que yo sé, como penitencia no está nada mal. El proceso puede durar unos dos años, dependiendo de las cantidades que se paguen (cuanto más potente se es, más exprés es la adopción) y de la agencia a la que se acuda. El papeleo también es una penitencia: cuando se termina, parece que uno ha firmado el Quijote (pero todo sea por el niño, claro). Sobre todo, lo importante es la idoneidad: psicológica, fisiológica… pero en especial económica, para que el Gobierno del país exótico de turno pueda exprimirte todo lo que quiera. A veces hay que incluir a la agencia, que también puede pedir dinero para esto, para lo otro y para lo de más allá. Y los padres, jodidos pero ilusionados, pagan y pagan y vuelven a pagar…

Respeto, por supuesto y como no podía ser de otra manera, esa decisión. Pero a mí me parece que, adoptar por adoptar, no hace falta irse tan lejos. Es verdad que a veces en las noticias salen hechos espeluznantes y uno, impotente ante tanta crueldad (el caso del orfanato ruso o antes los chinos, que hacían «desaparecer» a las niñas siguiendo la bárbara costumbre espartana), quiere hacer algo. No obstante, opino que en España ya tenemos una cuota suficiente de desgracias y sufrimiento infantil como para irse tan lejos a buscar la «salvación».

Estamos en tiempo de Cuaresma, sí. Pero como suele decirse, no hay que aumentar la carga que Dios pone sobre nuestros hombros. Seguro que los orgullosos padres de un niño de ojos rasgados o una niña de piel oscura sienten, cuando tienen a la criatura en brazos, que han ganado el cielo. Y es probable que así sea: han pagado mucho dinero por ello, así que el cielo es lo menos que les pueden dar.

A no ser, claro, que adoptar en España sea más caro que adoptar en China. Y como está el patio hoy en día, quién sabe. Como decía el chiste, «de infierno a infierno es llamada local».

Pederastas

Hace ya bastante tiempo que en las noticias (sobre todo en las de la televisión) aparece con alguna frecuencia la noticia de que «cae una red de pederastas». Son de diversas provincias españolas y resulta que el jefe de la red es un señor «normal» en cuyo disco duro aparecen varias (o muchas gigas) de imágenes y videos relacionados con el tema.

Vaya por delante que comento este tema con la mayor de las repugnancias. Aparte de felicitar a la Unidad de Delitos Informáticos de la Guardia Civil por el excelente trabajo que a mi parecer está haciendo, quisiera comentar varias cosas que me llaman la atención.

A mi juicio (profano, desde luego) un pederasta es un enfermo, además de un delincuente. Por lo tanto, además de condenarle considero conveniente que se explore en lo posible las profundidades de su mente, para llegar al conocimiento de la raíz de esa enfermedad mental. Dicho en palabras más llanas: ¿por qué un pederasta llega a serlo y a hacer lo que hace? Probablemente, mis parámetros morales son conservadores y me cueste entenderlo. ¿Quién se atrevería, con un mínimo de sentido y valores morales, a robarle su inocencia a un pequeño? ¿Qué depravada mente podría llegar a sentir un placer de intensidad sexual ante un hecho así?

Diferente es el caso del sado, también conocido por sus siglas inglesas BDSM. Aunque yo en lo particular no me prestaría a semejante práctica, puedo «entender» que dos personas adultas consientan libremente en prestarse a jugar ese juego. Nada que objetar puesto que ambas partes saben dónde se meten y hasta dónde pueden llegar, al menos en la teoría.

No sé si se puede aplicar la teoría que se suele aplicar a los maltratadores: es decir, que un pederasta lo es porque en su niñez fue abusado por alguien de su familia y él no hace sino pagar a los demás lo que hicieron con él. Así, pues, ¿un pederasta hace lo que hace «porque no puede evitarlo»? Equivaldría a equipararlo con un adicto (a las drogas, al alcohol, a internet, a la televisión, a la comida, al gimnasio…). O, por el contrario: ¿es alguien que sabe perfectamente lo que hace y que busca voluntariamente ese tipo de comportamientos? Sin dejar de condenarle legalmente (la ley debe ser cumplida) y dejando momentáneamente aparte valoraciones morales, creo que sería bueno considerar cuál sea la lógica o encadenamiento mental de ideas que lleve a una persona a incurrir en un comportamiento que los demás denominamos «pederastia» o «pedofilia».

Particularmente, me inclino por una mezcla de ambas posiciones: posiblemente hay un «fallo psicológico» que provoca en estas personas la necesidad de abusar de un ser indefenso como un niño; de, como decía antes, robarle su infancia, su inocencia. Hasta con criaturas de 6 meses ha denunciado la prensa estos comportamientos, lo cual creo que repugna hasta a la mente más «abierta».

En fin. Es complicada la mente humana. Ya lo dijo Goya: «El sueño de la razón produce monstruos». La admonición de Goya sigue en pie. La pedofilia es una muestra de lo que la mente produce cuando cree que no la vigilan.

"Tus muertos"

Suscribo en toda su extensión el artículo que Cristina López-Schlichting escribe hoy en La Razón. El descubrimiento del monumento al 11-M debió continuar con el protagonismo de las víctimas del más horrendo atentado de la democracia. Debió haber continuado con el silencio y con el desolado solo de violonchelo desgranando las notas de El cant dels ocells, de Casals. Para recordarnos que por encima del ruido inane de las rencillas políticas de los vivos, están la soledad y el silencio de los muertos, de los que ya no volverán.

Sin embargo, el cristal de que está hecho ese monumento representa bien la fragilidad de la condición humana. Y como el cristal quebraron el necesario recogimiento y respeto a la memoria de los fallecidos en ese atentado. Volvieron a oírse las palabras «rojo» y «facha», las mismas que hace 70 años llevaron a la tumba aproximadamente a un millón de españoles. Pudo más el odio cainita que parece un cromosoma más de la esencia española, que el debido respeto a las víctimas del atentado terrorista. Víctimas, además, que lo fueron de toda edad y condición: blancos, negros, amarillos, españoles, latinoamericanos…

Pero voy a añadir algo más. El modus operandi habitual de la izquierda es la provocación, principio que si no viene en el capítulo primero del «manual del buen izquierdista», viene en la primera página del segundo. La izquierda sabe cómo (lleva muchos años haciéndolo) tirar la piedra y esconder la mano. Es López Garrido (apostrofado por su antiguo jefe Anguita como «felón») cuando dice que «la derecha se apropia de los símbolos nacionales». Es Pepiño cuando dice que «los manifestantes del sábado pasado representan la mitad de los muertos de la guerra de Irak» (mal vamos si hay que sacar a pasear la guerra de Irak a estas alturas) y otras «gracias», por decirlo amablemente. Es Rubalcaba cuando en una comparecencia de 60 minutos en la que tiene que explicar su política penitenciaria, se pasa 45 minutos hablando de la del PP de hace 9 años y los 15 minutos restantes tratando de esquivar las preguntas directas de un inmenso Zaplana (y de paso, haciéndole el trabajo sucio a Zapo).

Y hay más. Es la Universidad de Barcelona, declarando a Aznar «persona non grata» y agrediendo físicamente a quienes, como el profesor Francisco Caja, no comulgan con las ruedas de molino nazionalistas. Es la Universidad de Lleida, en la que finalmente Aznar no pudo pronunciar una conferencia porque una serie de «alborotadores de cuarta» se lo impidieron. Se supone que la Universidad es una institución donde debería estar garantizada sobre todo la libre circulación de ideas, donde todo aquello que respete la Constitución tuviera cabida y derecho a ser oído. Pues no.

Por lo general, la derecha es civilizada y cuando un señor de ideología contraria quiere protagonizar un acto público, como una conferencia o similares, suele optar por no hacer acto de presencia. La izquierda, no. La izquierda no puede tolerar que alguien ose discrepar del pensamiento único en el territorio que considera de su dominio y por eso trata de reventar cualquier propuesta «diferente». Por eso han ocurrido incidentes en Barcelona como el de junio pasado, en un acto convocado por Ciutadans. O el ataque del stand del PP en Lleida durante la Diada de Sant Jordi, poco antes. Podríamos tirar de hemeroteca y rastrear qué ocurre cuando a la derecha se le ocurre hacer algo distinto de quedarse en casa, de rodillas y con el culo apretado. Tendríamos para un buen rato.

Me he permitido todo este gran rodeo a cuenta de la actitud de algunos a quienes no cuesta nada provocar. Y de la de otros que se han cansado de agachar la cabeza y poner la otra mejilla. No importa quién empezara. Por encima de todo eso estaban las víctimas y el monumento. Y la música de Pau Casals.

El mejor monumento que se puede hacer a las víctimas, para respetar su memoria y devolverles su dignidad, es exigir justicia. Es trabajar sin descanso para que finalmente sepamos la verdad de lo que ocurrió en esos nefastos días de hace tres años. Algo que el Gobierno ha demostrado sobradamente no estar dispuesto a hacer.

Descansen en paz las 192 personas que fallecieron el 11 de marzo de 2004. Y ni «tus muertos» ni «los míos».

Una opinión

¿Cómo resolvería Usted la crisis nacional por la división de los dos grandes partidos?
Pregunta del 12-03-2007 – Bitácora de los lectores de Libertad Digital

(Gracias, Sinuhe19)

Supongo que a hostias otra vez. Ellos lo están provocando y eligen armas. Salvo que Dios lo remedie el duelo ya esta en marcha. Sólo un tonto tomaría a broma la amenaza. Se está trampeando para cambiar la Constitución, de tal modo que permita la secesión de Las Vascongadas, Navarra incluida, y Cataluña. En esta operación marchan juntos CiU, ERC, IU, PNV y el resto de partidos nazi-onalistas, juntamente con el P$O€. Confunden y manipulan a la opinión pública con facilidad, pues no es tan difícil ver a dónde conducen los delirios de esta gente: a conflictos civiles sumamente peligrosos, o al hundimiento de España en una impotencia adormecida y suicida.

Ya no hablemos de los partidos nazi-onalistas. En realidad también muchos socialistas, que por su educación ideológica tienen un concepto muy negativo de España, y no consideran la subsistencia de nuestro país un objetivo importante. Diría más aún: para muchos de ellos, en Cataluña y Vascongadas sobre todo, acabar con la unidad de España es, si no un empeño definido, sí algo perfectamente deseable. Por tanto no ven ahí una razón de peso para oponerse al terror.

Una u otra causa para combatir el terror sería la defensa de la democracia; pero la izquierda ha vivido (y parte de ella vive aún) ensoñada en hueras utopías de fondo antidemocrático, y en intentos de aplicar una “pedagogía” de arbitrarias buenas intenciones, básicamente contrarias a las libertades. Para eso quieren el poder y su balance habla por si sólo. El poder les interesa solamente por el poder. Sus partidos, los de la izquierda y los nazi-onalistas han llegado a ser poco más que aparatos en busca de mando y empleo para una legión de aspirantes a vivir del erario público.

No era de esperar del P$O€ una verdadera política antiterrorista ni una alianza con el único partido que sigue defendiendo la unidad nacional. Ellos han elegido la “negociación”, mientras el españolito no sabe que se está pagando y que se pagará, aunque todos lo intuimos.

Aunque el odio africano cause estragos en su propia militancia, incapaz de entender el enfrentamiento y el rencor sin límite hacia la derecha y aunque zETAp, La Vicemico, Llamacafres y sus amigos lo nieguen, es una realidad incuestionable que la izquierda española demuestra sentirse más a gusto en compañía de terroristas como Otegui y Josu Ternera, de separatistas y de nacionalistas que desprecian la constitución, como los seguidores de Ibarretxe y Carod Rovira, que con los integrantes del Partido Popular y con las víctimas del terrorismo.

Para llegar a esa barbaridad ideológica, algo sumamente grave ha debido ocurrirle a la concepción que la izquierda tiene del gobierno y de la política en democracia, cuyo envilecimiento ha ido más lejos de lo que se temían los más pesimistas. Sólo existen dos explicaciones racionales: o se ha perdido hasta la última gota de principios ideológicos o la obsesión por el poder se ha hecho tan enfermiza e insana que cualquier cosa es lícita, hasta lo antinatural y lo absurdo, con tal de aplastar al adversario y conseguir o conservar el ansiado poder.

Los dirigentes de la actual izquierda deberían reflexionar y analizar qué enfermedad es la que les ha llevado a negarse a cumplir los deseos ciudadanos, partidarios de que se restablezcan el diálogo y la cooperación entre los partidos, optando a cambio por compartir objetivos y estrategias con los pistoleros, los violentos, los que han asesinado a decenas de socialistas en el pasado, los que han profanado la tumba de Gregorio Ordóñez, los que vuelan por los aires los aparcamientos de Barajas o los que arropan a Ibarretxe y niegan la igualdad ante la ley, afirmando, por ejemplo, que el lendakari no es un ciudadano común.

Estamos a un paso de repetir la historia. Quiera Dios que no resolvamos el asunto a hostia limpia como de costumbre.

Post número 100

Como para no creerlo. Cuando empecé este blog, hace un año, que ya era continuación de otro que cerraron, no pensé llegar a la mágica cifra de cien posts. No pensé que tendría la suficiente paciencia para reconstruir mi blog y seguir desde allí. Veía los blogs de otros compañeros que llegaban sin despeinarse a la brutal cifra de 300 o 400 posts, me entraba la envidia y decía: «¿Y cuándo llegarás tú a ese número?». Bien, pues poco a poco vamos dando pasos.

Me doy cuenta de que muchos blogs son cuatro líneas y una imagen, mientras que el mío, generalmente, es «sólo texto». La verdad: que no me importa que mi blog no sea lo último en birguerías informáticas, con una aplicación que al mismo tiempo te da las noticias del día, te pone tu música porque se conecta a una carpeta de tu disco duro y se puede jugar a una versión más o menos apañadita del Arkanoid. Me basta con poder escribir sobre lo que me llama la atención. Particularmente sobre política, pues de eso se habla mayormente en este blog: de las motos que la clase política dirigente trata de vendernos pensando que vamos a tragar sin más. Como siempre he dicho, me basta con poder escribir aquí lo que no me publicarían en un diario (de hecho, he intentado hace unos días traspasar la blogosfera, con el mismo resultado inútil de siempre). Como decía Orwell, que ése sí que era verdaderamente de izquierdas, «todos los cerdos son iguales, pero algunos son más iguales que otros».

En fin, pues: éste es el post número 100 y ya veremos qué podremos decir cuando lleguemos al 200…

Pensamientos al vuelo

Ideas, intuiciones y otras cosas que se me pasan por la cabeza

starcrazypie astrology

the astrology blog | sara shipman

Las cuatro esquinas del mundo

Nadie entre sin aumentar la entropía

Mirando hacia arriba...

Reflexiones sobre cosas que pasan en los cielos

El vuelo del albatros

Pensamientos diversos a vista de pájaro

Cuatro amiguetes y unas jarras

Ya que no podemos arreglar el mundo, hablaremos de lo que nos interesa: la política y los políticos, el fútbol, el cine, y todo lo que nos molesta, acompañados por unas jarras de cerveza. Bien fresquitas, por supuesto

General Dávila

Nada hay como el soldado español y mi única aspiración siempre ha sido estar a su altura

VIA LIBRE

Escribo y difundo lo que me interesaría leer. Para todos los públicos

Verdades Ofenden

"Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga" Diderot. / "El que tiene la verdad en el corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión" Ruskin – (Bitácora-Biblioteca virtual y PERSONAL, recopilatória de aquellos artículos que despiertan mi interés)

C Y K L O S

Asociación de Astrología de Cataluña

Queremos salir de la Crisis

¿Los políticos Tambien?

Galicia Futura

Blogazine Independiente / Abierto 24 horas

La Imagen Reflejada

El Patito se vió reflejado en el agua, y la imagen que ésta le devolvía le cautivó por su hermosura: era un magnífico Cisne

Es war einmal...

"Los dogmas del quieto pasado no concuerdan con el tumultuoso presente." (Abraham Lincoln)