El “problema” catalán (I)

En estos dos últimos días hemos asistido a algo que no sé cómo llamarlo: si «sainete», «entremés» o «ensaladilla variada». Ha tenido lugar en Barcelona, cómo no. Y vamos a comentar algo de esto, aunque con cansancio, porque ya hemos hablado antes y llueve sobre mojado.

La pendiente comienza con los atentados de Barcelona de hace dos semanas. Una camioneta, conducida por un terrorista —nada de «yihadista»: siempre la verdad antes que la corrección política—, se lleva por delante a unas cuantas personas —16 fallecidos a fecha de hoy y casi 80 heridos de diversa consideración. El dato importante de todo el follón es la descoordinación entre los Mossos d’Esquadra y el resto de FCSE, especialmente la Guardia Civil. Descoordinación que se puso de manifiesto en este hecho: los Mossos recibieron un comunicado o información de la CIA en que avisaban de que habría un atentado en BCN y no hicieron maldito el caso, ni tampoco trasladaron esa información al resto de FCSE. Si fuéramos malpensados, diríamos que el conseller Forn obvió esa información para poder cargar los muertos a Madrit. Ni investigar la fiabilidad de esa fuente, ni nada. En un país decente al conseller Forn, dadas las consecuencias de su negligencia (por decirlo suavemente), ya lo hubieran metido en el ídem. Pero como en las Batuecas importa más el teatro y la tramoya que la verdad y la acción, ese senyor sigue al frente de los Mossos como comissari polític. ¿El Gobierno? Ni está, ni se le espera.

El segundo acto de esta obra de teatro fue la manifestación contra los atentados, a la que decidió asistir Felipe VI. Los indepens montaron el numerito de intentar cargarle los muertos del atentado por la «venta de armas»; incluso, algunos de ellos desempolvaron pancartas de la guerra de Irak («Vuestras guerras, nuestros muertos»), lo que da idea de lo desnortados que iban los pobres, llevados de su irracional odio a la «puta Espanya». Poco importa que después se filtrara la noticia de que la participación de Cataluña en la venta de armas españolas es del 25%. La imagen ya estaba hecha. Por si faltara algo, la casta política echó mano de la «serenidad y la firmeza», que como ETA estaba «derrotada», hacía tiempo que no utilizaba. Señal de que, como dice la vieja canción ecologista de La Trinca, iban a «tomar serias medidas, és a dir, a no fer res». ¿El Gobierno? Ni está, ni se le espera.

Ahora estamos en que se va a hacer algo. Hay querellas contra Puigdemont, contra Forcadell, contra varios miembros de la Mesa del Parlament… Mucho trabajo para los Abogados del Estado. Para ellos esto es vida. De hecho la Vicetodo, como Abogada del Estado que es, se recrea en el papeleo. Estará convencidísima —al menos, de cara a la galería— de que hundiendo a los susodichos en una montaña de papeles jurídicos les va a detener. Mentar a la Guardia Civil o a la Policía, que es de verdad lo único que les podría detener, ¡ni hablar! Ya se preocuparon de pasar esa patata caliente a sus empleados del TC, vía modificación legislativa. En cuanto a nosotros, creo que hay división de opiniones: para unos es un coñazo insufrible. Para otros, una vergüenza insoportable. Y para un tercer grupo, la primera secesión televisada en directo —por forzar el símil con la guerra de Irak, «la primera guerra televisada en directo»—. Por eso, el Gobierno ni está ni se le espera.

Y como el Gobierno ni está ni se le espera, ellos siguen.

España, año mil (y II)

Pero lo más sorprendente es lo que está ocurriendo en Aragón. Los ¿representantes? De los oscenses, zaragozanos y turolenses han decidido que el catalán, sub specie «fabla», tiene un lugar en la oficialidad lingüística de Aragón. Se produce aquí una extraña —o no— confluencia de conceptos: por un lado, el lebensraum nacional-socialista, travestido en domini lingüístic; por otro, el expansionismo nacional-catalanista, traducido en la «recuperación» del territorio de la mal llamada Corona catalanoaragonesa, cuyo fundamento es además económico, como hemos explicado alguna vez en este blog y que, en lo que importa, recuperaremos aquí.

Los separatistas (llamemos a las cosas por su nombre y dejémonos de pamplinas de “nacionalistas” o “independentistas”) catalanes saben de sobra que ells sols no van a ninguna parte. De la tradicional fortaleza del textil catalán, con sus aranceles proteccionistas y demás, ya no queda prácticamente nada: la mayor parte de empresas están desaparecidas o deslocalizadas en Marruecos, donde por la mitad que en Terrassa se trabaja el doble que allí —gracias al cònsol Àngel Colom, el gegant del PI—. Les mançanes lleidatanes, si alguna vez se despiertan los andaluces del soPERífero régimen socialista, ya se las pueden ir comiendo en Almatret y Camarasa. Las avellanas turcas sustituyen en precio —aunque no en calidad— a las de les Terres de l’Ebre. Y el fuet de Girona, aun siendo original, lo mismo no resiste la competencia de otros embutidos castellanos. Vamos que ni fent país sale la cosa adelante. Por el contrario, una Grosskatalonien que incluyera la rica huerta valenciana con su potencial turístico, el igualmente potente turismo balear y, por lo que se ve ahora, la rica gastronomía aragonesa, igual podría salir adelante.

¿Dónde nos lleva eso? Bien, nos lleva a partir España en unos cuantos cachos. Como recogimos en nuestra entrada «Castilla, la gran olvidada», si dejamos que se formen los cachos catalán y vasco, dejamos también a su aire a los cachos castellanos, que tendrán más motivos para reunirse si quieren sobrevivir: las dos Castillas, Madrid y Santander. Está claro que ninguno de los presidentes autonómicos quiere saber nada de los demás; pero así fue cómo un enemigo externo, que lleva tiempo infiltrándose en España, llegó a hacerse con toda ella.

Poco a poco vamos llegando a la razón de mi titular. Puestas así las cosas, sigamos con la invención. Imaginemos que tenemos unos gobernantes memos que no hacen nada por atajar ese peligro debido a sus intereses personales, que son lo único que les interesa. Pongamos que hay personas que mueven hilos para, desde dentro, romper la resistencia moral y espiritual a ese enemigo externo. Pongamos que ese enemigo externo crece en número porque se le deja y porque en España, como democracia —depauperada, pero democracia al fin y al cabo— cuentan los votos, es decir, el número. Quisiera equivocarme, pero si no se hace nada al respecto, seguro que acabaremos como en el año 1000: la frontera española, en el Tajo; y los españoles (o lo que quede de ello después de su destrucción), mandando cien doncellas a Sevilla para solaz y disfrute de los moros ricos. Preferentemente, niñas, como se sabe y no se quiere mirar en las atrocidades del IS.

Pero a nadie le importa esto. La mayoría cree que cuando pase esto —ante lo cual no habrán hecho nada— criarán malvas y se cumplirá el españolísimo refrán el que venga detrás que se joda. Claro que a lo mejor esos optimistas se llevan una sorpresa.

España, año mil (I)

Aún desde la lejanía germánica sigo la actualidad española con inquietud. Quizá alguno piense que me estoy repitiendo en ciertas entradas; pero la actualidad, vista desde lejos, no deja lugar a muchas invenciones y puede que a ésta que les voy a proponer tampoco. Pero vamos a ello.

Desde hace algún tiempo vengo observando que existen fuerzas que quieren descomponer España. Ya no sé si son “internas” o “externas”. Lo que sí recuerdo es que Heinrich Kissinger, un señor más malo que la tiña, le dijo a Carrero Blanco que «España, cuando es importante, es peligrosa». Carrero se opuso a esa declaración en un momento en que, si las cosas hubieran ido de otro modo, España podría haber acabado teniendo su propio programa nuclear; y Carrero, a través de la subcontrata de ETA, voló por los aires.

Sea como sea, la entrada de España en un “nuevo tiempo”, de la mano del Rey —antes Juan Carlos I y hoy Campechano I—, supuso el inicio de la tensión sobre la cohesión territorial, especialmente desde Vascongadas y Cataluña. Justamente los más favorecidos por el antiguo Régimen se ponían a la cabeza de los agraviados. El sonsonete «Llibertat, amnistia i Estatut d’Autonomia» fue el mantra de esa primera fase. Nadie quería que lo tildaran de «franquista» (a pesar de que buena parte de la clase política de todos los colores de entonces había entonado el Cara al sol con fervor renovado y en lo alto los luceros). El PNV negoció poniendo los muertos de ETA sobre la mesa y Cataluña el dinero (los entonces nacionalistas catalanes hicieron buena la frase la pela és la pela). Y UCD, que no quería revivir las tensiones de los años 30 que nos llevaron a la guerra civil, cedió. Y cedió. Y cedió. Y volvió a ceder, como los peces en el río.

Tras la fase del Estatut, conseguido éste (en Cataluña, en 1979), los entonces nacionalistas se dedicaron a otra cosa. Emulando a Stalin, podría decirse que se dedicaron a construir el nacionalismo en un solo país y en dos direcciones:

a) Hacia dentro, a través de la lengua y la cultura. Construyeron un discurso que los niños de hoy se saben de la primera a la última letra y que, años después, se sintetizaría en un eslogan que por desgracia haría fortuna: Espanya ens roba. Aunque todo empezó con aquello del fet diferencial, que es como decir: «Nosaltres no sóm espanyols» (lo que, a su vez, en cierto modo recuerda aquel verso de Al vent: «Nosaltres no sóm d’eixe món»). Que, además, haya censura y muerte civil en esas tierras es un accidente y un exotismo. O al menos eso piensan en Madrit.

b) Hacia fuera, a través primero de la queja continua e inconsolable; después, del previo pago para tener la fiesta en paz. Craso error de los Gobiernos centrales que en España han sido, pues eso al final se ha convertido en «Vamos a hacer que nuestra permanencia en el Estat Espanyol sea más cara que nuestra salida».

A partir de ahí se entiende toda la vesania fundamental que se ha ido inoculando en las distintas regiones de España, ante la que los Gobiernos centrales no han hecho absolutamente nada. Y cuando uno lee que hasta los andaluces (algunos de ellos, al menos) dicen querer la independencia, se da cuenta de lo lejos que se ha llegado al tensar la cuerda de la cohesión territorial anulando de paso la influencia de los Gobiernos centrales en los territorios autonómicos. Lo que en la práctica significa pasarse por donde yo les diga el art. 152.1 de la muerta.

Solas


Así de solas fueron al —o salieron del— Juzgado las señoritas a los que unos salvajes agredieron por haber montado una carpa en la ciudad. Su única compañía fueron los reporteros que cubrieron la noticia. ¿Ocurre esto en Minsk, o en Caracas, o en Pekín? No. Esto es Barcelona, nen. I què passa a Barcelona, nen? Pues pasa lo que pasa desde hace años sin que importe demasiado el color del Govern. Que a aquellos que tienen la osadía de sentirse orgullosos de pertenecer a la puta Espanya los machacan de todas las formas posibles. En el caso presente no fue necesario que todo un pueblo se echara encima de ellas, como ocurrió con una familia que pretendió escolarizar a su hijo en español (concretamente, en Molerussa, territorio tradicionalmente CiU). Bastó con que cinco brètols pegaran una patada a la paradeta —que hubiera dicho el recordado Josep Maria Bachs— y atizaran a las señoritas dejándolas com un sant Crist.

Naturalmente, han ido al juzgado a presentar la correspondiente denuncia. Pero no las ha acompañado nadie. Estaban todos muy ocupats preparando el inicio de la campaña electoral. Ahí está  García Albiol, que uno no sabe si es que no le dejan decir lo que le gustaría decir o es que tiene otras preocupaciones: alt com un Sant Pau, ni está, ni se le espera. No fuera a ser que los brètols de siempre volviesen a pintarrajear y a apedrear las sedes del PP. Muts i a la gàbia. Y no quiero hacer más sangre con un partido que lleva años de gangrena catalana.

Lo de Ciudadanos tiene más delito. Siendo uno de sus puntos estrella en Cataluña la lucha contra la imposición nacionalista, ¿dónde coño estaba Inés Arrimadas, jefa de la oposición en el Parlament? ¿Preparándose para lucir palmito en la debata? En esto hay que reconocer que Dolores Agenjo, de quien ya hablamos en este blog, ha tenido igual suerte, aun siendo de C’s, que tiene fama de «cuidar de los suyos» en las lides separatistas. La soledad de estas señoritas es mayor, no obstante. No me consta que estas señoritas ostenten militancia alguna en alguno de los dos partidos citados, que son los únicos que defienden —sobre el papel— la españolidad de Cataluña. Por lo cual y dado que no eran de los suyos, C’s no ha considerado conveniente mostrarles su apoyo. Quizá cuando sólo estaban implantados en Cataluña podría haber habido algo de apoyo. Pero parece que ahora que son un partido nacional tienen otras miras.

De los hotros, ni qué decir tiene: el silencio será la norma. La go-gó del Baix Llobregat habrá pensado que ya tiene bastante con haberse entregado con armas y bagajes al prusés —lo que, incomprensiblemente, no ha movido a Pdr Snchz a ponerle firmes—. Se conoce que la enorme bandera española que mostró en cierto discurso no fue más que una boutade destinada a tranquilizar a la vieja guardia (y evitar que el voto socialista se escapara a C’s) que otra cosa. Perder aceite es lo que tiene. Sólo falta que salga Montilla a decir lo de «son casos aislados, chiquilladas que no merecen mayor atención».

Curiosamente, las feminazis tampoco han salido en defensa de estas señoritas. Debe ser que, como son fachas, está muy bien que les enseñen que no pueden ir por la calle con la bandera española y orgullosas de ello. Lo de siempre: si no eres de ellos, no eres mujer «de verdad» o gay «de verdad». No tienes derechos, eres una «no-persona» y te pueden partir la cara en la calle sin más.

No tengo idea de cómo irán las cosas en el juzgado. Desearía que detuviesen a los cinco brètols y se les aplicara el Código Penal cual corresponde en estos casos. Lamentablemente, la iniquidad empieza en el hecho de que para los Mossos los hechos sólo constituyeron un delito leve de lesiones. O sea, poco más que un tortazo. Luego falta que un juez bien aleccionado no los condene porque es la primera vez y no tienen antecedentes.

Pero el silencio más atronador es el de la Selección. Sí, ésa Selección a causa de la cual a esas señoritas les han partido la cara. Parece ser que el Marquès Del Bosc no ha considerado oportuno pronunciarse. Y que algunos jugadores tienen problemas más importantes que ése, explicados aquí y aquí.

Resulta una ironía sangrienta que al mismo tiempo que ocurren estos hechos, salga Sergio Ramos con esta gilipollez:

Hubiera sido preferible que Ramos hubiera mostrado como mínimo solidaridad con esas señoritas, ya que clamorosamente ha faltado la de los políticos, la de plumillas deportivos de medio pelo bienpagaos y poco dispuestos a meterse en líos. Y, por supuesto, la de muchos patrioteros de golpecitos de pecho y puñetazo en la barra del bar. Aparte de que si Ramos se muere, ya no podrá seguir cobrando el sueldazo que le pagan por dar patadas a un balón en nombre de España. Así está el patio.

Reitero mi solidaridad con estas señoritas y mi deseo de que los brètols que las agredieron sean convenientemente castigados. Aunque no doy por sentado que vaya a ocurrir así, quiero confiar en que, como decía Kant, es gibt noch Ritter in Spanien.

“Dignidad” ante la blasfemia (II)

Pero el cuadro más lamentable, naturalmente, no es el del hecho en sí. El cuadro más lamentable es el de las reacciones ante el hecho. Veamos.

La autora dice que «no quería ofender con su poema». Eso es como si a uno le dan un puñetazo y después, mientras a uno le sangra la nariz, le presentan excusas: «Perdona, no quería hacerte daño». O aún peor, como hace la izquierda paternalista y condescendiente, «es por tu bien». Todas las demás explicaciones que da la autora no son más que humo bioideológico feminista y poco más. Lo mollar del asunto es que se permitió con plena conciencia de lo que iba a suponer.

La flamante (o flamboyante) alcaldesa de Barcelona se agarra al manido argumento de la «libertad de expresión». Pero ya sabemos que la libertad de expresión, en el progrerío, es one-way: dicho pronto y muy mal, ellos pueden ofender impunemente tus sentimientos religiosos, pero tú, en respuesta, no te puedes cagar en ellos y en su puta madre. Por otra parte, como hemos dicho alguna vez en este blog mío y de ustedes y otros usuarios remarcan, el contexto es de ataque únicamente a la religión católica. No atacan a la religión judía (a los judíos sí, no obstante, por lo del «genocidio palestino») y menos aún a los musulmanes, respecto de los que ni siquiera levantaron la voz cuando se masacraban a los cristianos en Siria. Están muy presentes las imágenes de París, de los charlies y claro, «cuando las barbas de tu vecino veas quemar…». ¿Religión de paz? Aprendieron la lección.

Pero la reacción más interesante de todas fue la de Alberto Fernández Díaz. Al parecer, nada más oír los versos, se levantó y se fue. Una reacción valiente, sin duda. También la que se espera de los católicos: es decir, que no hagan nada. Si los católicos hubiéramos actuado como los musulmanes, un cura católico hubiera gritado un anathema sit! (el probable equivalente católico a la fatwa musulmana) y a esa ¿señora? cualquier creyente la hubiera podido matar donde la hubiera encontrado. Claro que una Asociación de Abogados Católicos va a interponer una querella contra ella y a lo mejor contra el Ayuntamiento también; pero es probable que la cosa quede en nada: una multa, que el Ayuntamiento pagará religiosamente y aquí paz y después gloria (la Justicia ya está bien aleccionada sobre ese particular).

Quizá el señor Fernández Díaz debería haber montado el escándalo él mismo y haber parado los pies a esa ¿señora? De la misma manera que a él un passerell (extranjero, para más inri) le impidió colocar una bandera española en el balcón de un Ayuntamiento español. Quizá así se vería que los católicos (y dentro de éstos, los del PP) no están muertos, ni acollonados. No hay apelaciones a la dignidad de la huida cuando se insultan no sólo los sentimientos religiosos de buena parte de los barceloneses, sino que a ello se añade la ofensa de pagar el hecho con dinero público (es decir, de todos). Seguramente, Fernández Díaz hubiera tenido que tragarse los apóstrofes habituales de la izquierda cainita («opusiano», «meapilas», y otros del mismo jaez) y deposiciones periodísticas en los digitales habituales. Pero es lo menos que hubiera podido hacer, en vez de despacharse en las redes sociales sobre su presunta «gallardía».

Frente a una agresión ilegítima y completamente gratuita (el formato del Pare Nostre usado también por Martí i Pol no es ofensivo e incluso se puede decir que tiene su gracia, absolutamente incomparable con la ventosidad emitida por la ¿señora? Miquel) creo sinceramente que no hay que esconderse (Benedicto XVI, Jn 16, 33). Por mucho que nuestra casta política (de la que ya forma parte Podemos) quiera primero retirarnos de las calles, después relegarnos a las catacumbas y finalmente perseguirnos, como todavía se sigue haciendo hoy en otras partes del mundo. Quousque tandem, Catilina, abutere patientia nostra? Debería haber una forma de hacer entender a los rojelios y a los masones que se parapetan tras ellos que esa clase de ofensas no sale gratis. Pero no espero que eso se produzca ni mañana ni pasado mañana.

Finalmente, un recordatorio para la ¿señora? Miquel. Por cosas como ésta acaban haciendo las personas la guerra: contra «els fills de puta que avorten l’amor (cristià)».

“Dignidad” ante la blasfemia (I)

Estos presuntos laicistas no desaprovechan ocasión ninguna para dar la nota. Ya se trate de Rita-me-irrita Maestre, la de «arderéis como en el 36» con las domingas al aire en una capilla católica, la profanación de tumbas, la damnatio memoriae —que intentaron pero luego tuvieron que dar marcha atrás porque lagente se les puso en contra y son cobardes, en el fondo— de ocho novicios asesinados vilmente por los comunistas… siempre hay motivo para que den el cante.

La última vez, anteayer. Una ¿señora? que atiende por Dolors Miquel y que se presenta como «poetisa», pero desconocida en el panteón de les grans lletres catalanes, tenía que leer algo en una entrega de premios. Y el resfriado ingenio de esa ¿señora? no ideó otra cosa más original que leer un poema que parió en 2006. Un Padrenuestro pretendidamente «feminista», pero en realidad blasfemo y ofensivo para muchas personas, católicas o no, pero en este último caso respetuosas con las que sí lo son. No quería hacerlo, porque ya se le da bastante publicidad por ahí, pero simplemente para que ustedes puedan juzgar dejo texto y traducción:

Mare meva, que no ni sé on ets,
de qui només en tinc el nom…

Mare nostra que esteu en el zel
sigui santificat el vostre cony,
l’epidural, la llevadora,
vingui a nosaltres el vostre crit
el vostre amor, la vostra força.
Faci’s la vostra voluntat al nostre úter
sobre la terra.

El nostre dia de cada dia doneu-nos avui.
I no permeteu que els fills de puta
avortin l’amor, facin la guerra,
ans deslliureu-nos d’ells
pels segles dels segles,
Vagina.
Amèn…

Madre mía, que ni sé dónde estás,
De quien sólo tengo el nombre.

Madre nuestra que estás en el celo,
Santificado sea tu coño,
La epidural, la comadrona.
Venga a nosotros tu grito,
Tu amor, tu fuerza
Hágase tu voluntad en nuestro útero
Sobre la tierra.

Danos hoy nuestro día de cada día
Y no permitas que los hijos de puta
Aborten el amor, hagan la guerra,
Y líbranos de ellos
Por los siglos de los siglos,
Vagina.
Amén…

Si lo que esa ¿señora? pretendía era un «canto a la maternidad», podría haberlo redactado en términos menos ofensivos. Pero en realidad es menos original de lo que parece, bien mirado. El escándalo es el recurso de los mediocres (es una «poesía» mediocre y adscrita, en el fondo al «caca-culo-pedo-pis»). Y esta ¿señora? no desaprovechó su escaso minuto de gloria. La ultraizquierda —pero no sólo ella— es muy fan de la frase (que le oí en cierta ocasión al Follonero, hoy reconvertido a reportero serio) «Es mejor pedir perdón que pedir permiso». Los educados lo somos de la contraria, sin más, y la diferencia es notable.

Always look on the bright side of (y III)

En mi modesta opinión, no veo factible una grosse Koalition. Los votantes sencillamente no la entenderían por mucho que se pareciese a las líneas finales de Rebelión en la granja. No son creíbles unos partidos que, después de 30 años de vivir muy bien instalados en el turno, saquen ahora el esqueleto de la «unidad nacional» sólo porque parece que les van a cerrar la barraca. Peperos y sociatas dándose de tortazos en las redes sociales… ¿y ahora van sus jefes y se entienden? No lo veo ni de coña. No obstante, cabe la posibilidad: la transformación del PP en partido socialdemócrata se completó en las municipales del pasado mayo y por ahí podría caber el entendimiento, ahora que se han desembarazado de los molestos Ignacio González y Esperanza Aguirre (igual que antes desarbolaron las sucursales vasca y catalana) y el PP valenciano ha quedado desautorizado por la corrupción galopante que gastaban.

Si me permiten una pequeña apuesta, les diré algo que sí veo factible, siempre y cuando la guerra de Ferraz termine o, por lo menos, dé un respiro: PP-PSOE-Cs, actuando éste último como fulcro. Es indiferente cómo lo configuren. Da igual si los otros dos partidos entran en el Gobierno o se limitan a ejercer exclusivamente un control parlamentario. Que es verdad que Sánchez ahora mismo no quiere ni oír hablar de ello… pero puede que con la rentrée y con el exclusivo fin de que Podemos no gane más peso político, se avenga a algún tipo de apaño.

Finalmente, quedamos nosotros. Ustedes y yo. «La gente», antes llamada «el pueblo». A nosotros, como dijo la Trinca:

—Ep, i el poble?

—Al poble que el donin pel… subidubiuauàaaaa…

Pero, ¡ay! Ya no estamos en 1977 y ya no nos quedan ni les conferències de Sant Vicenç de Paül, porque ahora la moda es lo laico. No obstante lo anterior, nosotros somos por derecho propio los verdaderos protagonistas de esta escena:


(aquí el texto).

Always look at the bright side of… (I)

Me he inspirado para esta entrada en unas declaraciones de Albert Rivera en las que el político naranja afirmaba que «»La vida de Brian» es más serio que esto», en referencia al sainete montado en Cataluña a cuenta de quién va a gobernar en los próximos meses. Sin embargo, debo advertir a ustedes que a nivel nacional estamos igual.

Pista catalana

La cuestión, como siempre, está en ver quién representa qué. Y ustedes podrán discrepar, naturalmente; pero a nivel catalán yo veo a ésos de la CUP como el famoso y jamás como se debe alabado Frente Popular de Judea. No resulta difícil imaginar a esos tres mil seguidores discutiendo aquello de que «Yo creo, Ned, que un grupo anti-imperialista como el nuestro debe reflejar las divergencias de intereses entre las bases» (Judith, que podría ser representada por la egipcia Anna Gabriel). Tampoco es muy difícil imaginar a los respetables miembros del Consell Nacional (eso, que no falte en un partido indepen que se respete) de la CUP decir esto:

—A los únicos que odiamos más que a los del PSC es a los cabrones de Junts Pel Sí.

—¡Disidentes!

—Y a los de Iniciativa per Catalunya

—¡Disidentes, disidentes!

—¡Y a los de Ciutadans!

—¡Disidentes!

—¡Y a las Candidaturas de Unidad Popular!

—¿Qué?

—¡A las Candidaturas de Unidad Popular!

—Las Candidaturas de Unidad Popular somos nosotros, idiota!

—Aaaah…

Es absolutamente ridículo que el destino de una parte de España esté en manos de poco más de tres mil antisistema y que, en una primera votación, saliesen exactamente dos mitades entre los militantes con derecho a voto: 1.515 de un lado y otros tantos del otro para ver si apoyaban o no la investidura del president cadáver Mas. Un pucherazo en toda regla. No se veía nada igual desde que en 1980, en Almería, se hizo votar a los muertos para que la provincia aceptara el Estatuto de Autonomía y de paso formar parte de Andalucía y no de Murcia, como una cantidad respetable de almerienses vivos deseaba. Por si faltara algo, la agonía se prolongará hasta el 2 de enero, en que habrá una segunda votación.

Y lo peor es que ni siquiera la unión de las fuerzas constitucionalistas (C’s, PP y PSC-a-ratos) puede salvar del ridículo a la casta política catalana. Para todos ellos es vade retro lo de volver a convocar elecciones, pese a que está más que agotado el plazo de dos meses concedido por el Estatut (67.3 EAC). A los de Junts Pel Sí les pone los pelos de punta porque intuyen correctamente que perderían más escaños aún y que eso ofrecería mucho más flanco a la acción de la Justicia, que aun a ralentí, ya les ha pegado unos cuantos zarpazos. Y a los otros, porque es una murga tener que dejar el escaño que han ganado tras unos meses sin poder empezar a cotizar para la pensión completa que les esperaría en otras circunstancias.

Pensamiento mágico catalán (y III)

Ante la situación descrita en las dos entradas anteriores, ¿cuál es el panorama de la votancia? Continuar leyendo «Pensamiento mágico catalán (y III)»

Pensamiento mágico catalán (II)

Uno tiene la impresión de que lo más valioso que tiene Pujol padre en estos momentos no son los millones que sus hijos mueven de un lado para otro para que no se los encuentre la AEAT y la UDEF (Què cony és això de la UDEF?). Lo más valioso que maneja el enano más poderoso de Cataluña es información. Información sobre todos los draps bruts de todas las personas que han sido, son o pueden ser importantes en Cataluña. Y posiblemente, también de Madrit, lo que explicaría en parte que durante 30 años los Gobiernos centrales no se hayan apartado un milímetro de la consigna «Cataluña no se toca», por mucho que en su territorio se cometan ilegalidades, delitos e inconstitucionalidades varias. Es decir, en Madrit no preocuparía tanto el prusés en sí, sino lo que Pujol podría sacar a la luz si se ponen en serio a frenar en seco el prusés. Estoy convencido de que Pujol tiene dossiers de todos ellos. Con el peligro que tiene, además, porque en Cataluña no dejarían de publicar cualquier cosa que dijera (increíblemente, todavía es alguien en Cataluña).

Tenemos una oposición que, con las debidas excepciones, da pena. Quizá los únicos que se han mantenido a la altura son los de Ciudadanos, cuya candidata Inés Arrimadas se lanza por primera vez al ruedo catalán y ha tenido que soportar la humillación de que la TV-dels tres recortara su intervención en diferido sobre la campaña electoral. No es que traigan mucho en la mochila, pero por lo menos se oponen a la carraca nacionalista y no se arrugan porque al ser relativamente nuevos en la plaza no tienen historia de corrupción. Es verdad que se ven cosas raras en Andalucía, en Valencia o Murcia; pero hay que dar tiempo al tiempo.

Distinto es el caso del PSC, que lleva mucho tiempo jugando a dos barajas sin definirse, lo que le ha costado quedar en el furgón de cola de las encuestas. Eso no quita para que Miquel Iceta, bailando una de Queen con las protestas del asesor de turno, se haya agenciado una inmerecida publicidad y no tenga derecho a enfadarse cuando algunos decimos que la política es un circo. Incluso el votante del PSC de toda la vida mira con cariño ahora a C’s, que es el centro izquierda nacional que hubiera debido ser el PSC, en vez de abrazar la sociovergència. Sociovergència herida de muerte por la operación Pretoria y otras: como siempre, han tenido que ser los jueces los que limpien las listas de los partidos.

Del PP más vale que no hablemos. Dejemos aparte que Sánchez-Camarga apoyó disciplinadamente unos presupuestos de Mas de 2010, cuando éste daba la matraca con el pacte fiscal (la aplicación del régimen fiscal de concierto o convenio vasco-navarro… que Pujol rechazó en 1980). Olvidemos también que la consigna en Cataluña fue siempre no cabrear al separatismo, salvo en los tiempos de Vidal-Quadras, hoy totalmente amortizado. La tardía designación de García Albiol, alt com un Sant Pau, bregado en Badalona y que no arrugaba sus dos metros de altura por nada, daba esperanzas.

Bien, pues ahora ya sí se arruga: resulta que quien va a debatir con el guerxo no va a ser él, sino el Margallo morón. El primero le citó, como a los toros. Y el otro respondió como se supone que debía responder un español… en el siglo XVI: «Cuando quieras y donde quieras». García Albiol ha tenido que dar un paso atrás y dejar que el ministro se ponga cual valentón de Cervantes a enfrentarse al secesionista. Y todo porque el ministro es amigo del alma del gran jefe. Suponemos que, como decía Francisco Camps, «le quiere un huevo». Claro que si la argumentación de Margallo va por estos derroteros, el PP puede darse por jodido. La peor parte se la lleva García Albiol, que queda de candidato kleenex (algo que profetizó Federico y no me va a quedar más remedio que darle la razón). Las reclamaciones, al parecer, a Jordi Cornet, diputado y jefe de campaña de García Albiol, que como poco debe haber recibido instrucciones de la Logia. No se humilla así a un candidato de tu propio partido a la Generalitat. El PP sigue con la venerable tradición de dispararse a los pies. Ellos verán.

Y por fin, la prensa, el mal llamado cuarto poder. Tres clases hay en las Batuecas de periodismo: el vendido, el buenista y el de verdad. El vendido es el que actúa de correa de transmisión del partido que sea por tres comidas al día. El buenista es el que creía, como el empresariado catalán, también mal llamado societat civil, que «no iba a llegar la sangre al río» y abunda en esa idea apaciguadora… que supone la inaplicación de la ley por conveniencia política. Y el de verdad, que desgraciadamente no tiene un altavoz suficiente, pero que es incansable en la denuncia de los pasteleos entre unos y otros y de las ilegalidades que se cometen y permiten por tener la fiesta en paz. De todos ellos hay ejemplos, así que no vamos a dar nombres.

Pensamientos al vuelo

Ideas, intuiciones y otras cosas que se me pasan por la cabeza

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Las cuatro esquinas del mundo

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Pensamientos diversos a vista de pájaro

Cuatro amiguetes y unas jarras

Ya que no podemos arreglar el mundo, hablaremos de lo que nos interesa: la política y los políticos, el fútbol, el cine, y todo lo que nos molesta, acompañados por unas jarras de cerveza. Bien fresquitas, por supuesto

General Dávila

Nada hay como el soldado español y mi única aspiración siempre ha sido estar a su altura

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Escribo y difundo lo que me interesaría leer. Para todos los públicos

Verdades Ofenden

"Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga" Diderot. / "El que tiene la verdad en el corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión" Ruskin – (Bitácora-Biblioteca virtual y PERSONAL, recopilatória de aquellos artículos que despiertan mi interés)

C Y K L O S

Asociación de Astrología de Cataluña

Queremos salir de la Crisis

¿Los políticos Tambien?

Galicia Futura

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La Imagen Reflejada

El Patito se vió reflejado en el agua, y la imagen que ésta le devolvía le cautivó por su hermosura: era un magnífico Cisne

Es war einmal...

"Los dogmas del quieto pasado no concuerdan con el tumultuoso presente." (Abraham Lincoln)